Paco Plaza. Terrores cotidianos.
El que fuera director de la saga REC junto a Jaume Balagueró nos trae otra película de terror ambientada en los años 90 y parcialmente inspirada en hechos reales. Verónica está protagonizada por actrices debutantes secundadas por habituales del realizador como Maru Valdivielso o Leticia Dolera.
Tras el éxito de la saga REC, ¿sientes que hay más expectativas con tus nuevos proyectos? Más que expectativas lo bonito es que cuando haces una película que conecta con la gente eso genera más interés en lo próximo que vayas a hacer. Me llegó esta oferta por parte de la productora Apache, que quería hacer una película inspirada en sucesos que habían ocurrido en España en los años 90. Cuando empezamos a ver la información que había nos dimos cuenta de que había existido cierto repunte de actividades paranormales en esa época. Cogiendo elementos de estos casos reales construimos esta historia que al final no está tan anclada en una narración fidedigna de los hechos.
Aunque estén arropadas por actrices más conocidas las protagonistas son adolescentes, ¿fue difícil el casting? Siempre que trabajas con adolescentes y con niños el proceso de casting es muy estimulante. Para la protagonista teníamos setecientas cincuenta chicas. Fue una búsqueda por colegios, escuelas de teatro amateur…
La mayoría de tus protagonistas suelen ser femeninas, ¿se debe a la tradición de las final girls en el cine de terror? No ha sido nunca una cosa consciente pero en el caso de Verónica sí que quería explicar una historia en un universo puramente femenino. No hay apenas personajes masculinos. Es verdad que a lo largo de mi carrera siempre le he dado protagonismo a las mujeres pero no ha sido a propósito.
¿Por qué ha sido consciente en este caso? De alguna manera esta película narra una historia del descubrimiento de la feminidad, una niña que se ve forzada a convertirse en adulta antes de tiempo y a ocupar el rol de su madre. Me gustaba esa idea de que ella se resistiese a abandonar su infancia, que es ese espacio irreal, onírico en el que las normas apenas interfieren.
Recientemente ha existido una franquicia sobre la Ouija y hay varias películas sobre fenómenos paranormales, ¿has tratado de diferenciarte en algún aspecto? Cuando te planteas una peli piensas en la historia que estás contando intentando ser lo más impermeable posible a lo que te rodea. La Ouija es un elemento recurrente en el cine de terror, incluso en algo como El exorcista. Me gusta utilizar la Ouija que se vendía en el kiosco, con la que yo jugaba de pequeño con mis amigos, aquella que tenía una pegatina de “anunciado en televisión”. No me suele gustar cuando en las películas aparecen objetos encontrados en un desván cargados de energía maligna. Me gustaba mostrar esa inmersión de lo sobrenatural en los cotidiano.
También utilizas el contexto, bastante español, del colegio de monjas. Cuando estudias en un colegio religioso estás muy predispuesto a lo sobrenatural porque desde pequeño te están hablando de que existe otra vida. La formación religiosa te hace más receptivo a lo mágico.
Como actor, productor o incluso como director has tocado algún otro género, ¿te sientes especialmente cómodo en el ámbito del terror? Nunca sabes. Me siento muy bien encasillado como director de cine de terror porque es lo que siempre me ha gustado como director y lo que me resulta más divertido como espectador. Te permite subvertir la realidad y jugar como si fueras un niño. Texto de Roberto González.