Una exploración íntima de la existencia, según Laura C. Vela y Xirou Xiao.
Libros // Laura C. Vela y Xirou Xiao presentan ‘treinta’, un proyecto en común de marcado carácter poético e intimista que combina fotografía, texto y dibujo, en el que se reflexiona en torno a la idea de cumplir treinta años.
1. – ¿Cómo surge la idea de llevar a cabo un libro como ‘treinta’? ¿Qué podremos encontrar en él? XIROU: Al cumplir treinta años, vivía en una etapa de cambio vital. Me mudé a la sierra de Madrid y me acerqué a la naturaleza para repensar y sentir qué estilo de vida quiero vivir. Invité a Laura y le pregunté si le apetecería hacer un nuevo libro sobre esta etapa. También era mi intención invitarla como amiga para acompañarnos juntas en estos momentos vitales, y hacerlo desde la creatividad.
LAURA: Para mí, ‘treinta’ es también una reconciliación con la edad y los cambios que conlleva. Hablamos mucho de la decepción, de los miedos, de la tripa que nos ha salido y del pelo… Esto me recuerda a unas palabras de Lin Yutang que metí en el libro: “Solo cuando están sueltos los pies y las manos, y cómodo el cuerpo, puede estar cómodo el corazón también. Entonces es cuando ante mis ojos hay amigos que conocen mi corazón, y a mi lado nadie hay que me lastime los ojos”.
2. – Es vuestro segundo libro en común, ¿ha sido más sencillo el proceso de creación por la experiencia acumulada en el proyecto anterior o ha sido necesario abordar nuevas formas de encarar el proyecto? X: Obviamente, la experiencia acumulada en el proyecto anterior cuenta mucho en este segundo libro. Las nuevas formas que encaran en el libro tienen más diálogos entre Laura y yo. Y además, muestro más dibujos míos.
L: El libro anterior, ‘Como la casa mía’ (ed. Dalpine, 2019), está firmado solo por mí porque nació de una pulsión mía, con Xirou como protagonista, pero con mi dirección y conceptualización. Podría decirse que era un libro sobre ella y su proceso en la búsqueda de un hogar y un lugar, pero ‘treinta’ es ya un libro con ella, de las dos, que de hecho nace de una idea suya. Todas las decisiones las hemos tomado juntas y hay muchos más elementos que en el anterior, porque ahora son dos autorías, y ha habido que pensar en nuevas formas de ensamblaje y convivencia de nuestros mundos y voces.
3. – Asistimos a todo un ejercicio de introspección, de mostrar vulnerabilidades, sentimientos íntimos y entrega mutua. Muchos hablarán de la belleza de la obra en sí. Yo además añadiría que es un trabajo valiente. X: Sobre “valiente”, como coautora desde dentro, a nivel personal, yo no percibía tanto la valentía, porque para mí era más el deseo de expresar y compartir al mundo, aparte de la creatividad, es como un acto testimonial.
L: Hemos intentado mantener esa naturalidad y sinceridad propia de las conversaciones íntimas. Algunas cosas nos daba miedo publicarlas, pero también nos hacía ilusión compartirlas y esperar que el libro sirva para encontrar resonancias, nuevas amigas, complicidades.
4. – A pesar de vuestra juventud acumuláis ya una trayectoria artística importante, ¿qué situación asume quien pretenda ser artista hoy en día? ¿La precariedad es algo inevitable? X: La precariedad es un tema inevitable. Siento que lo que gano no corresponde con lo que debería valer. Por otro lado, defiendo y valoro mucho el lenguaje artístico y creativo, porque realmente creo en ello y creo que es una herramienta para la transformación social y para el florecimiento humano.
L: La artista debe asumir que necesitará grandes dosis de paciencia, entusiasmo, entereza y una red que la sostenga. Si haces el camino del arte sola, es muy duro. Creo que sí hay público suficiente, pero hay que llegar a ellos. El problema no es el público sino lo que pasa mientras estás creando… Sin ayudas y sin apoyos, lo habitual es que tengas que trabajar a la vez que creas, así que acabas trabajando los siete días de la semana. Más que precaria me siento agotada. Texto de David Tijero.