Mayte Martín. Un homenaje para reivindicar a los grandes clásicos.
La artista catalana desgranará en Getxo los temas de su último trabajo ‘Tatuaje’, donde la cantante revisa doce temas clásicos de la música popular, para homenajear de esta manera a los grandes compositores y compositoras que, en su momento, crearon estas canciones que ya forman parte de la historia de la musica.
¿Por qué decides hacer un disco con versiones de grandes clásicos? ‘Tatuajes’, en primer lugar es un homenaje, o un tributo a los grandísimos autores que pusieron en el mundo estas obras. Por otro lado, también es una forma de reivindicar una época de la música que creo que la gente joven no conoce porque, en la mayoría de los casos, no tienen referencias musicales de este tipo, y escuchan otro tipo de cosas. Lo que pensé a la hora de hacer este trabajo era que está muy bien tener memoria para que estas grandes obras no desaparezcan, aunque, como es lógico, vengan otras cosas nuevas.
¿Te costó mucho hacer la selección para quedarte con estos doce temas que, finalmente están en el disco? Sí que he tenido que dejar unos pocos temas en el tintero, pero a decir verdad, no me ha costado nada seleccionar las canciones, porque se escogían solas. Es muy obvio que si se quiere hacer una recopilación de composiciones realmente importantes y significativas, no podía faltar ninguna de estas doce.
‘Tatuajes’, el título del disco lo dice absolutamente todo, porque son canciones que te han marcado, de algún modo, ¿no? Yo creo que me han marcado a mí y a todo el mundo al que le ha gustado la buena música. Son tatuajes para mí pero también para todos los demás.
¿Cuál es el tema que más te ha costado adaptar? Quizá te diría ‘Ne me quitte pas’ por la excelencia de la creación y de la interpretación original de Jacques Brel, y también, obviamente, por el idioma, ya que cantar canciones en una lengua que no es la tuya siempre tiene la complejidad de la pronunciación.
¿Sentías algún tipo de presión o responsabilidad, al abordar unos temas tan reconocibles para todo el mundo? No había ninguna presión en absoluto, porque ‘Tatuajes’ es un disco que, como te contaba antes, he hecho para reverenciar a todos esos artistas, y no para tener yo el mérito de interpretar maravillosamente estas canciones; mi reto era sólo rehacer estas canciones y reinterpretarlas siendo muy respetuosa con el original y con las interpretaciones originales. Todo lo que haya de mi cosecha es absolutamente involuntario, no buscado.
¿Y qué influencia ha tenido la banda que te ha acompañado (Nelsa Baró, Guillermo Prats y Vicens Soler), para conseguir ese aire jazzy, por el que has llevado las canciones? Los temas los propuse yo, pero luego se fueron creando entre todos, y como ellos me conocen tan bien, saben entender a la perfección mis intenciones. Son tres músicos con influencias jazzísticas, y en el caso de Nelsa, por ejemplo también tiene formación clásica, y es una pianista con muchas formaciones y colores distintos, que es lo que necesitaba este trabajo.
«Por supuesto que siempre estaré en el flamenco, aunque esté haciendo también otras cosas, pero quedarme sólo ahí habría sido antinatural, porque tengo muchas cosas que contar».
Lo que está claro es que, aunque cuando empezaste intentaron catalogarte como cantaora, a lo largo de tu carrera no has parado de huir de cualquier tipo de purismo, buscando siempre caminos nuevos… Es que para mí esto es lo natural, cuando hago algo que no es flamenco no estoy haciendo un experimento, meterme en otros territorios es lo normal, porque llevo toda mi vida escuchando música. En su momento me hice conocida en el mundo del flamenco, porque esa fue mi primera palabra musical, y es lo que se oía en mi casa; pero si lo que se hubiera oído, habría sido bossa nova, eso es lo que habría hecho… Está claro que cada género musical es un mundo, pero nunca me sumerjo en un mundo que no conozca y si hago copla, flamenco o bolero, es porque comprendo el alma de lo que estoy haciendo.
Por supuesto que siempre estaré en el flamenco, aunque esté haciendo también otras cosas, pero quedarme sólo ahí habría sido antinatural, porque tengo muchas cosas que contar. Al final, no es algo que se haga de manera premeditada, sino que son impulsos naturales, y yo no puedo poner limitaciones a la hora de amar la música ni de ejecutarla. Entiendo que haya gente para la que sólo existe un estilo, y es lo único que les emociona, pero esa no es mi verdad.
¿Estás ya preparada para cantar los temas de este nuevo disco? ¿Cómo afrontas los directos de presentación de las canciones de ‘Tatuaje’? Pues con muchísima emoción, cada vez que canto estas canciones entro en un estado muy especial y hay tanta intensidad que, después de cada tema, es como si se hubiera acabado el concierto, y hubiera que volver a empezar. Estoy constantemente en un estado de emoción absoluto, y cada canción es un mundo, porque dentro de tí estás oyendo a La Negra Sosa, a Violeta Parra, a Jacques Brel… estás oliendo todo eso, porque es un aroma diferente en el que hay que introducirse para a continuación, volver a salir para seguir disfrutando de todo. ‘Tatuaje’ son doce “micromundos” en una sola obra, vamos de la copla a la bossa nova, de ahí a la canción de autor, al folklore argentino, la canción italiana, la francesa… es algo maravilloso pero, a decir verdad, también muy complicado de ejecutar.
Pero bueno, todo eso se podrá comprobar en el concierto que daremos en el mes de abril en Euskadi, un sitio donde por cierto, he ido menos de lo que hubiera querido, porque la verdad es que me encanta su gente; estoy muy contenta de llevar a Getxo ‘Tatuajes’, y es un concierto que me hace mucha ilusión.Texto de Sergio Iglesias. Fotografías de Llibert Teixidorla.