Abel Góngora. En la cresta del amor.
Abel Góngora (Barcelona, 1983) estudió en la Facultad de Bellas Artes de la Universitat Politècnica de València y se especializó en animación. Ha trabajado para prestigiosos estudios de animación de todo el mundo como Cartoon Saloon en Irlanda. Actualmente es supervisor de animación y animador Flash en Science Saru, el estudio del director japonés Masaaki Yuasa, participando en películas anime como ‘Night Is Short, Walk on Girl’, ‘Lu Over the Wall’ o esta ‘El amor está en el agua’, que llega a España a tiempo para San Valentín.
Cuando saliste de España fue con la intención de trabajar para el estudio irlandés Cartoon Saloon. Una serie de circunstancias te han llevado a colaborar con Masaaki Yuasa y ahora te dedicas especialmente a sus proyectos. ¿Fue porque era el trabajo más estable, porque admiras especialmente a este director, una combinación de todo…?
Cuando trabajé en Irlanda pensé que iba a vivir cambiando de trabajo según los proyectos que es la manera en la que la mayoría de animadores trabajan incluso en Japón. Llegué a Francia y me ofrecieron un contrato fijo porque entré en una empresa muy particular que estaba creciendo mucho. Me quedé unos cinco años en Francia y gracias a esa experiencia hice contactos en Japón. Me enviaron allí para un pequeño proyecto porque contaban con una filial en Japón. En esa ocasión conocí a Masaaki Yuasa. Mantuvimos el contacto y cuando ellos decidieron abrir Science Saru, me llamaron a mí y a mi compañero Juan Manuel Laguna y nos ofrecieron venir para realizar un episodio especial de ‘Hora de aventuras’. Yo me quedé hasta el día de hoy trabajando con ellos.
¿Hay muchos animadores españoles en Japón?
Creo que no hay muchos. Éramos dos durante bastante tiempo en Science Saru y mi compañero Juan Manuel Laguna finalmente se volvió a España. Quizá en algún estudio de 3D en el que se realicen videojuegos o películas. Sin embargo en el mundo del anime que yo sepa no hay ningún español.
Una de las características del cine de Yuasa es que experimenta mucho con el aspecto visual de sus películas y no todas tienen el mismo estilo, ¿te resulta eso estimulante a la hora de trabajar? En particular ‘Night is short, walk on girl’ me parece muy creativa en ese sentido.
Yo admiraba mucho a Yuasa, era uno de mis ídolos incluso cuando yo era estudiante de animación. Cuando le conocí fue algo muy impresionante. Al principio yo era un poco como un fan. Cuando me ofreció venir a su estudio fue algo increíble. A mí me encanta lo que él hace y la originalidad de su trabajo.
Tengo entendido que tu especialidad es la animación Flash, una herramienta que yo creía que estaba casi en desuso en favor de otras como Toon Boom. ¿Cómo se utiliza este programa en una producción para cines?
Yo siempre he trabajado en Flash aunque ahora se llama Animate. No sé si se ha dejado de usar pero siempre hay algún estudio que lo sigue usando. Es verdad que ahora hay otros programas que quizá son mejores pero a mí me parece muy simple y lo sigo usando. Es verdad que igual hay otras personas dentro del estudio que no lo usan pero yo sí sigo con ello. Dependiendo de lo que necesite cada proyecto usamos uno u otro programa o una combinación de varios. El caso es buscar una solución con la que podamos representar lo que el director quiere. A veces no uso Flash sino Photoshop o After Effects. Es cierto que algunos estudios se han pasado a Toon Boom u otros programas.
Hablando de ‘El amor está en el agua’ coincide con otros animes (y con alguna otra película de Yuasa) en contar una historia de amor incluyendo elementos fantásticos. ¿Cuál(es) diría(s) que son los elementos diferenciadores de la cinta en su temática, mensaje…?
Es verdad que en las series y filmes de Yuasa existe este elemento. Pero esta película diría que es más accesible para el público general. Es una historia de amor romántica. No tiene violencia, no tiene monstruos como otros de sus proyectos. Es una historia en esencia bastante simple aunque tiene una parte fantástica y varias sorpresas en su guion. Mantiene la personalidad y originalidad de Yuasa pero se ha adaptado más a que el público general pueda verla y disfrutarla. El diseño de personajes también es algo más realista y quizá eso la acerca un poco más al público.
Tiene influencia de películas clásicas como ‘Ghost’. Yuasa siempre piensa mucho en el cine de imagen real. Él incorpora elementos de películas que no son de animación. Si dejas de lado la parte fantástica es bastante realista. Los personajes son reales, tienen profundidad, tienen estudios…No es lo típico de otros animes u otros proyectos suyos donde quizá sí que había más estereotipos o los personajes eran más simples. Esta es mi opinión, quizá Yuasa como director lo ve de otra forma.
«Es una historia de amor romántica. No tiene violencia, no tiene monstruos como otras obras de Masaaki Yuasa. Es una historia en esencia bastante simple aunque tiene una parte fantástica y varias sorpresas en su guion. Mantiene la personalidad y originalidad de Yuasa pero se ha adaptado más a que el público general pueda verla y disfrutarla».
Tiene una temática y gama de colores muy veraniegas, ¿es agradable trabajar con esta paleta calida y dibujar el verano y el mar, o a veces te gustaría estar de vacaciones en esos lugares en vez de delante de la pantalla?
(Risas) Personalmente sí porque a mí me encanta el verano y cuando estuvimos haciendo la película no era esa época. Cuando estábamos animando la película te entraban ganas de irte a hacer surf y además da la casualidad de que he estado en algunas de las playas a las que acuden los personajes.
¿Cómo ves el momento actual de la animación? Están apareciendo películas europeas que parecen seguir los pasos del anime en cuanto a dirigirse a otros públicos más adultos, y algunas son nominadas a premios como los Oscar (fue el caso este año de ‘Klaus’ y ‘¿Dónde está mi cuerpo?’). Sin embargo sigue siendo un producto algo de nicho. ¿Crees que se puede llegar a un modelo similar al japonés en Europa, en el que las películas animadas puedan abarcar todo tipo de edades y de público?
Estamos en un momento muy bueno y quizá sea gracias a Netflix, Amazon Prime y todas las compañías que están buscando producir contenido sea como sea. En algunos casos están trayendo proyectos muy buenos porque dan mucha libertad a los productores y los creadores como ha pasado con ‘Klaus’ en España. Pero de ahí a que en Europa se llegue a la misma situación que en Japón… no sé si se dará el caso porque incluso en Japón no se sabe qué va a pasar. Hay quien habla de crisis de la animación japonesa y no sé si hay tal crisis porque en realidad nunca ha estado en una situación muy buena. Siempre ha habido bajos salarios. Como hay mucho consumo de ficción en los países desorrollados se ven muchas series de todo tipo: de imagen real, animadas…Creo que la animación para niños seguirá estando ahí siempre pero si hay adultos que hemos crecido viendo animación y seguimos guardando esas ganas de ver arte animado seguirán realizándose películas para adultos. Japón es un país un poco especial porque la gente consume mucha animación. Dudo que vaya a suceder lo mismo en Europa o Estados Unidos.
¿En qué sentido se da esa crisis en el anime de la que hablas? Porque algunas películas tienen gran éxito de público…
Hay mucho dinero pero obviamente no va a los creadores de anime. Por eso es muy bueno que Netflix y este tipo de empresas entren en el juego. Rompen un poco la cadena en la que los productores invierten pero se quedan con gran parte de las ganancias y ponen muchos límites al realizador sobre lo que puede hacer o lo que no. Este tipo de libertad que ahora se da permite que directores creativos como Yuasa puedan hacer películas que antes no se hacían porque se pensaba que podían no ser comerciales. Ojalá sigan evolucionando las cosas hacia esa dirección.
Curiosamente también parece haber un resurgir de la animación 2D tanto en plataformas como Netflix como en estas cintas destinadas al público adulto. Confieso que tengo predilección por esta técnica pero también me parece curioso que se use más que el CGI en cintas adultas, ¿quizá es porque se ve más la mano del autor?
Yo tengo una visión un poco técnica. No sé cómo lo ve la gente normal que no se dedica a esto. Yo creo que la animación 2D tiene una calidad distinta. Hace que sientas la historia y los personajes de una forma diferente a la animación 3D. Creo que está muy bien lo que está pasando de dar libertad a los creadores. El estudio de ‘Klaus’ ha decidido hacer un 2D que parece 3D y ‘¿Dónde está mi cuerpo?’ ha combinado varias técnicas empleando 3D pero no de forma tradicional y el acabado da una impresión bidimensional. Todo esto es genial. Pero en realidad no tiene tanta importancia que se use una técnica u otra, siempre y cuando se adapte al proyecto. Lo relevante es que la técnica transmita la historia y cause las sensaciones que el director pretenda causar al público. Hubo una época en que el 2D parecía que iba a morir y ahora parece que ha resurgido un poco o que por lo menos se contempla como una técnica más que pueden usar los directores si así les conviene.
¿Qué te depara el futuro?
Yo por ahora estoy fijo en este estudio. Sea con Yuasa o con otros directores seguiré aquí. Siempre que tenga la oportunidad intentaré colaborar con él. Seguramente seguiré en este estudio por bastante tiempo. Tenemos varios proyectos en marcha y queda mucho trabajo por hacer.
Texto de Roberto González.