Rulo y la contrabanda. Un viaje de lo más personal.
Rulo tiene motivos para sonreír y celebrar su camino en la música. Y qué mejor que hacerlo con un disco que tiene tintes de biografía y con el que podemos conocerle un poco más. Él es Raúl y este es su trabajo ‘Basado en Hechos Reales’.
Se podría decir que este disco es pura emoción. Y eso que comentas que eres de exteriorizar poco. Bueno, lo cierto es que me cuesta exteriorizar en mi día a día, algo que no me ocurre en las canciones donde me da más pie a desnudarme emocionalmente. Incluso aunque a veces sienta hasta rubor. En ‘Basado en Hechos Reales’ hay un poco de todo. Pero me gusta que la gente perciba que hay mucha emoción. Eso es lo que buscaba.
Son 10 canciones donde predomina la melodía y donde podemos hacer un recorrido por tus experiencias vitales y profesionales. Bueno, a mí me cuesta definir el disco, pero creo que hay un poco de todo (estilísticamente). No me doy cuenta del disco que hago hasta que está ya terminado. Es algo muy intuitivo y visceral. Pero concibo el disco como un viaje y espero que al público le guste tanto como a mí.
Has dicho en alguna ocasión que en este álbum hay influencias de Tom Petty o Neil Young. Eso quizá te aleja más del pop y te sitúa más en el rock, pese a que no te gusta que se te encasille ¿no? Pienso en MÚSICA, con mayúsculas y sin prejuicios previos. Sí que es cierto que al grabar con un productor de EEUU y después de escuchar tanta música norteamericana estos últimos años sí se nota más esa influencia en este disco. Pero bueno, no me encasillaría en ningún único estilo.
Temas de amor, desamor, recuerdos de la infancia, adolescencia… ¿Es como una biografía? Siempre hay nostalgia en mis discos. Es marca de la casa (risas). Soy muy optimista y siempre intento ir hacia adelante, pero de vez en cuando echo la vista atrás, casi siempre con una mirada risueña. Como diciéndome a mí mismo: “no estuvo mal”. En el disco hay de todo: ese amor que nace (‘Todavia’, ‘La última bala’…) y cuando se acaba (‘Polaroid’). También hay una reflexión sobre los sueños rotos (‘El blues de los sueños rotos’)… Un poquito de casi todo.
Dices que ahora te sientes más libre que nunca, ¿Qué te ataba antes (si puede contarse)? Estar en una banda. Es una cosa muy guay a los 20 años. Lo mejor que te puede pasar. Pero, a partir de los 30 es una utopía y artísticamente es un corsé que al compositor le puede llegar a ahogar. En solitario puedes dar bandazos artísticos más libremente. A eso me refiero.
Es la primera vez que te has ido fuera de España a grabar. ¿Qué tal la experiencia en Los Ángeles? Imagínate. Un chico de Reinosa que hacía sus primeras canciones con 13/14 años que acaba grabando en Los Ángeles con uno de los productores más premiados. Ha sido una experiencia/aprendizaje increíble. Hemos trabajado muy duro, pero hemos disfrutado mucho. Muchísimo. Cada día era una película. Siempre con final feliz.
Además, el productor ha sido Thom Russo que ha colaborado con el gran Eric Clapton… ¿Eso es presión? Más que presión sentía ilusión. Sabía de su trabajo y talento, y eso te hace ponerte las pilas para demostrarle que haces las cosas bien. Texto de Victoria Herrero.