Nada Surf. ¿Estamos vivos? Vamos a celebrarlo.
La ciudad que nunca duerme vio crecer en los 90 a este grupo con un estilo que bien podría definirse como rock alternativo. Han pasado muchos años, conciertos y discos y parece que nada de esto haya cambiado a los integrantes de un grupo que se mantiene fiel a su esencia. De todo ello hablamos con Matthew Caws.
Un cuarto de siglo en la escena con seguidores que no defraudan. ¿Cuál es el secreto para ser unos auténticos supervivientes en una industria que cambia a pasos agigantados? No puedo decirlo con exactitud. Sólo sé que somos muy afortunados. Disfrutamos mucho en cada concierto. Cada noche el público nos apoya y nos estimula. Puede que eso no ocurra siempre desde el primer minuto, ¡pero siempre llega! Éramos viejos amigos antes de unirnos en esta banda, eso también ayuda mucho. Además tenemos un equipo que es como una familia, lo que evita que «el negocio» sea demasiado estresante. En cuanto a los cambios en la industria, creo que sólo hay que mantener una actitud sana: seguir los cambios con los que te sientes bien, ignorar el resto.
En alguna ocasión habéis comentado que el mayor riesgo que puedes correr después de veinte años haciendo discos es ser demasiado perezoso, ¿es algo que os ha ocurrido? Humm… te creo que he dicho eso, pero me pregunto qué quería decir… en cualquier caso mi relación con la palabra «perezoso» ha cambiado en los últimos años. Ya no estoy seguro de creer en ella como concepto, creo que la pereza es en realidad ansiedad, al menos para la gente que ama lo que hace, y yo realmente amo lo que hago. Me encanta trabajar. A veces tengo ansiedad, pero afortunadamente cada vez menos a medida que envejezco. O está desapareciendo o estoy aprendiendo más formas de lidiar con ella. Creo mucho en la terapia, pero pienso que debería ser gratuita. Todo el mundo saca beneficio de ella, incluso la sociedad en general.
Mirando hacia atrás, a vuestros comienzos, se nota esa esencia de siempre, esa calidez en las letras, pero con una madurez lógica debido a la evolución de estos años. Me alegro mucho de que así lo percibas. Es cierto. No tengo una filosofía general a la hora de componer canciones, pero sí sé que siempre intento acercarme a algo en lugar de alejarme de algo, si es que eso tiene sentido.
Nada Surf es mucho más que vuestro éxito ‘Popular’. Si tuvierais que definiros como grupo musical, ¿cómo lo haríais? Una vez nos definí como «helado con pepitas de chocolate sin muchas pepitas» (risas). Creo que lo dije porque no me parece que hagamos música muy vistosa, no hay nada de alardes. Como broma, también nos he definido como “los Beatles malos». No estoy siendo humilde. Creo que somos extremadamente buenos, ¡hay mucho espacio debajo de los Beatles! Pero, de nuevo, estoy bromeando. No pienso en términos de buenos o malos, al menos no a menudo. Me parece que casi todas las bandas son increíbles a su manera. Vale, en serio, ¿qué diría? Canciones generalmente emotivas, generalmente positivas, que intentan recordar que hay que alegrarse de estar vivo. Pienso que los seres humanos son fascinantes, frustrantes, entrañables y que merece la pena animarlos. Musicalmente no sé qué decir. Me encanta que las cosas sean pegadizas, que lo consiga o no, es otra historia. En casa me crié con la radio rock y pop de Nueva York y con la música clásica. Texto de Victoria Herrero y Roberto González. Fotografía de Jess Lomas.
