Zubiaur Musika Eskola. La caja de ritmos.
Como viene siendo ya habitual el hecho de convocar un concurso genera que se presenten una serie de ideas relevantes que derivan en un resultado, en la práctica totalidad de los mismos, de calidad garantizada en la propuesta ganadora. Cabe destacar el nivel de las propuestas presentadas, más o menos arriesgadas y desde diversos planteamientos, ya que no existe tipología como tal de Escuela de Música y suele ser frecuente encontramos a medio camino entre edificio de imagen muy plástica y singular como si fuera un centro de arte y edificios más contenidos que sin embargo resuelven de forma más adecuada todo lo relativo a los requerimientos específicos funcionales que le son propios.
Este el caso que nos ocupa. Ya desde el lema con el que participó en el concurso resulta toda una declaración de intenciones en cuanto a su relación con el Zelaieta Zentroa colindante. Y no es otro que ‘Contrapunto’. Si acudimos a la definición de esta palabra encontramos que “es una técnica de composición musical que evalúa la relación existente entre dos o más voces independientes (polifonía) con la finalidad de obtener cierto equilibrio armónico”. Y precisamente eso es lo que se consigue un equilibrio armónico con el edificio con el que está obligado a dialogar.
Para lograr esto, emplea varias estrategias muy adecuadas. En primer lugar, resaltar los contrastes para conseguir una identidad propia, por ejemplo, transición opaca del Zelaieta Zentroa, precisamente en la escalera asociada al frontón, contra el cuerpo acristalado de las escaleras de la Musika Eskola. En segundo lugar, no solo, no renunciar, sino potenciar la fuerza formal del muro original del frontón colindante y de alguna manera incorporarlo al proyecto como elemento singular e histórico. Un tercer recurso sería la propia disposición del prisma principal del edificio que se separa del Zelaieta Zentroa una distancia similar a la que se eleva es como un desplazamiento en dos direcciones. Con ello se crea un patio en planta baja y un vacío de agradables proporciones en el resto de plantas, permitiendo la adecuada iluminación y ventilación natural de éstas, evitando el efecto de la medianera. Además de potenciar la trasparencia del cuerpo de las escaleras, convirtiéndose éstas en un espacio agradable de tránsito con vistas a ambos lados. Por último, en cuanto la creación de su propia identidad, cabe reseñar el vuelo de la edificación en las plantas superiores, lo que, además de adecuado, le confiere un carácter grácil y de elemento mueble nada a desdeñar.
Se busca una cierta abstracción, no exenta de control, y es que existe una profusión de ritmos (muy propios de la música) en cuanto a lo medido y modulado de esta arquitectura. Ya lo decía el maestro Saénz de Oiza “al que modula Dios le ayuda”, y es que no solo las entrecalles verticales del revestimiento de las fachadas de “doble piel” (para garantizar el debido control climático), sino los despieces del pavimento interior repiten ritmos iguales o proporcionados, de una sutil armonía. Con un enorme cuidado en el diseño pormenorizado de los espacios, de las perspectivas, control absoluto de todo. Así como de los interiores, los encuentros de los materiales (madera, acero, vidrio y hormigón), la iluminación en banda integrada en las lamas de los falsos techos, y un largo etcétera. Se consiguen unos más que apreciables reflejos dorados nocturnos en cuanto la luz proyectada desde su interior una vez traspasa la piel de acero corten de la chapa “déployé”. Una ópera completa que suena muy bien. Texto de Leonardo Ignacio González Ferreras. Fotografía de Adrià Goula.
ZUBIAUR MUSIKA ESKOLA. AMOREBIETA-ETXANO
Autor: Javier de las Heras Solé.
Ubicación: Zelaieta Parkea. Amorebieta-Etxano.
Lo mejor: La idea en cuanto a la relación con su entorno.
Un detalle: Todo el recibidor de entrada al edificio.