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April 19, 2024

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Before I Die. Una fábula trágica.

BEFORE I DIE - STILL FOTOGRAMA 6 (1)

El navarro Iker Esteibarlanda firma ‘Before I Die’, un contundente documental de denuncia en el que las bellas imágenes contrastan con su dramática historia. Una mujer anónima explica la triste realidad que se vive en una pequeña isla del Lago Victoria, en Kenia, en la que los pescadores intercambian sexo por pescado y las mujeres guardan silencio. Hasta ahora.

Has trabajado en cortos documentales y también colaboraste en la edición de ‘Un día más con vida’, un filme de animación que también tenía un cierto componente documental. ¿Te interesa más el documental que la ficción por su vertiente de denuncia?

Me interesan las dos cosas. He apostado por el documental porque son las herramientas con las que cuento, realizar un cine un poco de guerrilla con poco presupuesto y una libertad total, que es algo que permiten este tipo de proyectos. Sí que me interesa el documental con esa vertiente que has comentado de denuncia social, que me parece también importante que esta denuncia tenga también un rayo de esperanza porque si no, no merece la pena. Pero también me encanta la ficción.

Comentas que fue la belleza de una foto del Lago Victoria, en Kenia, la que te llevó a desarrollar el proyecto. Pero, ¿conocías la dura realidad que te encontrarías?

No sabía nada del lugar, aunque había visto la película ‘La pesadilla de Darwin’ que está rodada en esta localización, no en esta isla, pero sí en los alrededores del lago. Pero lo que se cuenta en ese filme es diferente de lo que se cuenta aquí. Yo no conocía la realidad de esa isla. Vi esa imagen y en un comienzo fue una atracción puramente estética. A partir de ahí comencé a investigar y descubrí lo que allí sucedía. Empecé a ver realidades como las del intercambio de sexo por pescado, la pobreza…todo el microcosmos de la isla.

‘Un día más con vida’ se desarrollaba en Angola, ¿tienes especial interés por el continente africano?

En los últimos cinco años he trabajado en muchos proyectos que han sido rodados en África. He estado en varios países rodando cortometrajes de denuncia social. Y el largo ‘Un día más con vida’ también se desarrolla en África y sí, tenía ya una cierta relación con el continente.

En el documental vemos hablar un hombre y escuchamos a una mujer que permanece anónima. ¿Os encontrasteis con cierta hostilidad entre los hombres y miedo entre las mujeres?

Por seguridad nosotros no contamos a los hombres lo que estábamos haciendo. De todos modos es importante señalar que la isla es súper pacífica. La gente es muy amable. Nos acogieron súper bien, también los hombres, muy alegres, hablaban mucho con nosotros…pero éramos conscientes de que las que realmente sufrían eran las mujeres. Entre ellas veíamos rostros de apatía. No se veía, como ocurre en otros lugares de África, esa energía, esa fuerza para seguir adelante por parte de las mujeres. Las mujeres hablaban poco y aún menos cuando había hombres delante. Hablar con ellas era más delicado porque a ellas sí les sacábamos el tema de lo que estaba ocurriendo en la isla, con ellos no hablábamos de esos asuntos.

¿Tuvisteis que pasar mucho tiempo con la mujer para que os relatara su historia?

Claro, no es fácil que así como así alguien te cuente su vida. Sobre todo a alguien que viene de fuera. Estuvimos trabajando mucho con ella y al final ella se abrió. Para ella también fue una experiencia muy profunda contar la historia. Tenía una carga encima y para ella fue como liberarse de esa carga. En cierto modo que viniéramos de fuera de la isla facilitó que nos lo contase porque dentro de ella no se cuenta nada por este pacto de silencio que hay.

¿Qué medidas tomasteis para preservar la identidad de la protagonista?

Teníamos la entrevista grabada en vídeo pero no hemos usado las imágenes. Nuestro objetivo es que ella quedara en el anonimato. Solo lo saben dos personas. Ella y otra mujer que nos sirvió un poco de gancho y de hecho ella vio cómo iba a quedar el documental y dio su aprobación.

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«Intentamos contar lo máximo posible sin ser demasiado evidentes. No mostramos ni datos, ni miseria, ni nada de ese tipo…es casi un lenguaje infantil. Porque la mujer protagonista dejó de vivir cuando era una niña-así nos lo explicaba- y su forma de hablar en cierto modo también era la de una niña. Pero también tenía una capacidad de expresarse sorprendente».

Ante la ausencia de imágenes de esa mujer has optado por tu impulso inicial, mostrar la belleza del lugar.

Estos planos largos, paisajes, mezclados con la narración, cuentan muchísimo. Ese contraste entre la belleza del lugar combinada con la dureza de las palabras nos daba un resultado más sugerente. De este modo podíamos contar lo máximo posible sin ser demasiado evidentes. No mostramos ni datos, ni miseria, ni nada de ese tipo…es casi un lenguaje infantil. Porque ella dejó de vivir cuando era una niña-así nos lo explicaba- y su forma de hablar en cierto modo también era la de una niña. Pero también tenía una capacidad de expresarse sorprendente, se notaba cómo había estado dándole vueltas y vueltas durante toda su vida.

¿Qué puedes contar del diseño sonoro del filme?

Es una experiencia bastante inmersiva. En el tema de la música tuvimos una pequeña crisis ya que no conseguíamos lo que queríamos. Hicimos un parón. El músico tenía un sonajero de su hijo y eso fue un poco lo que desatascó todo. Se le ocurrió introducir este sonido que le diera ese aire de cuento y de fábula.

El proyecto se mueve en redes con un hashtag, #Rompeelsilencio, ¿crees que el cine puede tener un efecto transformador de la realidad?

Ha habido casos de películas que han cambiado realidades, aunque evidentemente es algo muy difícil. Pero no por ello hay que dejar de intentarlo. En la proyección de Madrid estuvo un actor, Thimbo Samb, que es de Senegal y quedó impactado por cómo la película rodaba este realidad que allí también sucede y sobre todo también el tema de las relaciones familiares.

La pieza fue candidata al Goya al mejor corto documental, ¿eso ha ayudado a la visibilidad del proyecto? (Finalmente no fue nominada).

Se estrenó en Polonia, en un festival bastante conocido, el Camerimage, en noviembre y a nivel nacional en Soria. Anteayer ganó un primer premio en un festival de Perú al mejor cortometraje internacional. Todo acaba de empezar. No sabemos hacia dónde vamos a ir. Que haya sido candidata a los Goya también ha servido para dar a conocer el proyecto y que se haya hablado de él en los medios.

La ilustración del cartel tiene mucho simbolismo, ¿de quién es?

Es una ilustradora, Maite Mutuberria, es una crack, estuvimos hablando mucho de la película, de sus mensajes, de lo que cuenta. Me encanta el cartel porque es su propia interpretación de lo que cuenta el corto y de esta realidad. Es precioso, a mí también me encanta. Texto de Roberto González.

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