Residencial Jardines de Bilbao. Más vale terraza no volada…
Resulta obvio decir que la forma de mirar nuestro hábitat ha sufrido una transformación desde la aparición de la pandemia en nuestras vidas. Hemos mirado dentro y fuera de nuestras viviendas con una mirada diferente. Esto ha motivado una reciente apreciación de los espacios de transición exterior e interior en nuestras viviendas (terrazas, balcones y miradores). En el caso que traigo para comentar, anterior a los acontecimientos del pasado año, se produce no sólo la existencia de espacios de terrazas no voladas (dentro del plano de fachada), sino que además lo son en unas dimensiones y proporciones adecuadas a su función y se realzan en el conjunto de las fachadas de la edificación, pasando a ser un elemento compositivo de las mismas, una nota de color naranja, como una llamada de atención o casi una premonición. Todo ello a diferencia de casos con terrazas diseñadas con un carácter marcadamente efectista por su plasticidad como las del Complejo Torresolo en Leioa de este mismo equipo de arquitectos.
El edificio diseñado por Idom (antiguo ACXT), está situado en la Avenida Lehendakari Aguirre, frente a la entrada de metro, junto al parque y la plaza Ibarrekolanda y el Conservatorio de Música Juan Crisóstomo de Arriaga obra muy apreciable de los arquitectos Roberto Ercilla y Miguel Ángel Campo.
Se trata de un edificio de manzana cerrada de 7 plantas y una torre de 11 plantas de altura en la esquina de Lehendakari Aguirre con la calle Benidorm, pero con un repertorio de detalles de calidad, con los que responde a su privilegiada ubicación.
El cuerpo de la torre se realza en un mayor basamento creando un soportal de doble altura en la esquina más representativa, con lo cual minimiza el efecto de su mayor altura al tiempo que resuelve la diferencia de cotas entre uno y otro extremo del mismo, igualmente amplía su remate superior a las dos últimas plantas. Esto se corresponde a una composición académica de basa, fuste y capitel propia de los órdenes clásicos y los huecos rasgados verticales se asemejan a las estrías de los fustes de las columnas. De esta manera, la zona central iguala en número de plantas al cuerpo edificado de la calle Benidorm. Variados y diversos diseños para fragmentar el resultado, dinamizar y no crear un edificio anodino y excesivo. Cambio del lenguaje arquitectónico de una parte a la otra del edificio, con unas ligeras coincidencias de materiales. El edificio responde a su entorno bien diferenciado, con una pureza de huecos y ritmos cuando se adosa al caserío preexistente y de forma más libre y representativa en el cuerpo principal de la torre. Todo esto reforzado por transiciones formales y de materiales en sus diferentes fachadas. Geometrías iguales en cuanto a las chapas metálicas microperforadas plegadas y los revestimientos en aplacados pétreos. Esto sorprende toda vez que son materiales bien diversos tratados de la misma manera desde su efecto formal, es decir, igualmente plegados.
Apreciable juego de escalas que responden como no podía ser de otra manera a la localización urbana y a la propia ordenanza urbanística.
Otra obra de autor del internacionalmente acreditado estudio IDOM que aporta sensibilidad y detalle al conjunto urbano edificado. Quedamos expectantes a la espera de la siguiente.
RESIDENCIAL JARDINES. BILBAO
Autores: IDOM.
Ubicación: Avenida Lehendakari Aguirre. Barrio de Sarriko. Bilbao.
Lo mejor: La composición de fachadas.
Un detalle: El remate de las dos plantas superiores en el vuelo ligeramente quebrado.
Texto de Leonardo Ignacio González Ferreras. Fotografía de Aitor Ortiz.