Dear Werner. Una odisea cinéfila.
‘Del caminar sobre hielo’ es un libro que narra el viaje de Werner Herzog desde Múnich a París en un acto de fe para evitar la muerte de su mentora Lotte Eisner. En este documental visto en Zinebi 62 el director Pablo Maqueda (‘Manic Pixie Dream Girl’) reproduce el mismo periplo y lo acompaña de sugerentes narraciones de Maqueda y Herzog reflexionando sobre el oficio del cineasta.
¿Era este un proyecto que rondaba por tu cabeza desde hacía tiempo? ¿Te pareció que para homenajear a Werner Herzog era necesario realizar algún tipo de gesta, un tema que define su filmografía y su carácter?
Yo lo veía bastante impactante y obligado. ‘Del caminar sobre hielo’ es un libro que me marcó desde la primera vez que lo leí. Me pareció una metáfora muy bien ejecutada de lo que es el sacrificio en pos de salvar la vida de una persona como un acto de fe para poder salvarse a uno mismo. Ese mismo sacrificio me lo llevé a mi situación en un momento de mi vida en que sufrí un golpe duro con respecto a la financiación de mi siguiente largometraje y en el que mis fuerzas flaqueaban. Recordé este libro que siempre me ha inspirado y decidí dejar de esperar permisos para realizar una película y de estar pendiente de puertas que se abren y se cierran. Simplemente lanzarme al camino y rodar. El valor de producción de esta película no vendría determinado por su presupuesto sino por el arrojo físico que me impulsara a sacarlo adelante.
A nivel técnico, ¿ibas preparado para toda eventualidad?
El mayor reto de esta película ha sido técnico porque yo no soy director de fotografía y he tenido que aprender muchísimo sobre ello para capturar de la mejor manera posible el poder de la naturaleza que se presentaba ante mis ojos. Mi mayor miedo era poder vivir momentos impactantes y sobrecogedores en plena naturaleza pero no ser capaz de reflejarlos con la cámara. En ese sentido estoy muy contento con el resultado y también con el trabajo de José Venditti, el diseñador sonoro y compositor de la música de la película. A nivel técnico sí que fue un desafío poder solucionar todos los problemas de grabación con dos cámaras muy pequeñas a la hora de rodar a altas horas de madrugada, de reflejar un atardecer un poco más bello en cámara de lo que normalmente se ve…jugando un poco con los filtros, el propio etalonaje…y también hay mucha noche americana, intentando simular noche cuando era más bien la tarde.
En efecto la música de José Venditti era muy importante, ¿pensaste desde el primer momento en él?
Sí, el proyecto nace con él. Yo le propuse que iba a ser muy sensorial, muy inmersivo, que quería que el espectador caminase conmigo y que todo fuera muy subjetivo: que sintiera mis pasos y el sonido que me envuelve y que la música no fuera un mero leitmotiv sino que fuera un protagonista más. Hubo mucho trabajo de referencia, de construir diferentes estados de ánimo. Yo le iba diciendo qué sensaciones me iba transmitiendo cada paisaje. No te transmite lo mismo la selva negra que zonas más urbanas. Luego también hubo mucho trabajo de postproducción durante la pandemia, email va, email viene…trabajando mucho todo el diseño sonoro para reflejar lo que era el libro en la pantalla.
Herzog tiene una doble faceta como director de ficción y documentalista, ¿te atraen las dos por igual y te han influido por igual? También te has movido un poco en los dos campos ya que firmaste ficciones como ‘Manic Pixie Dream Girl’ o #realmovie.
Sí, me siento muy similar a él en el sentido de que le tengo como un faro que siempre me ha guiado a la hora de tratar el cine de ficción y de no ficción de la misma manera, con el mismo peso y el mismo equilibrio. Incluso a día de hoy el cine de no ficción quizá por la economía de medios que posee me llama más la atención por la capacidad de los directores de crear imágenes poderosas sin grandes presupuestos o equipos, simplemente con el arrojo de subir a una montaña o, como en el caso de Herzog en uno de sus más recientes trabajos, a uno de los volcanes más peligrosos de Indonesia a sus casi ochenta años, con el único objetivo de filmar lo que antes nadie había nunca filmado. Por eso el Werner Herzog documentalista es el que a mí siempre me ha llamado más la atención, con documentales como ‘La cueva de los sueños olvidados’, ‘Encuentros en el fin del mundo’, ‘Grizzly Man’ o ‘Into the Abyss’. Son películas cada una con una razón de ser muy única y genuina pero a la vez muy herzogianas. En ellas se transmite su visión del mundo a través de esa voice over, esa narración de Herzog con su acento alemán. Es esa voz de Dios que está presente filosofando a cada plano. Aunque obviamente sus películas de ficción son historia del cine.
«Aunque sus películas de ficción son historia del cine, el Herzog documentalista es el que a mí siempre me ha llamado más la atención. Sus documentales son películas con una razón de ser muy única y genuina pero a la vez muy herzogianas. En ellas se transmite su visión del mundo a través de esa voice over. Esa voz de Dios que está presente en cada plano».
Ya que contaste con el propio Herzog para narrar segmentos en exclusiva para la película, ¿no te sentiste tentado de incluirle en persona?
Mi primera propuesta fuera que él apareciera en el documental caminando conmigo en el epílogo y él accedió. Teníamos todo previsto para rodar en Londres aprovechando un viaje que él tenía para promocionar ‘Family Romance’, una de sus últimas películas. A cinco días escasos de que pudiera tener lugar esta reunión llegaron el confinamiento y la pandemia y él tuvo que cancelar los billetes. Pero luego cuando él pudo ver la película me dijo que , según su opinión, ganaba sin que apareciera él en ese epílogo porque es como un fantasma que sobrevuela todos y cada uno de los planos, un compañero invisible en este viaje. Habría sido reiterativo que apareciera él reflexionando sobre una película que ya reflexiona sobre él.
En la narración haces alusión a películas como ‘Aguirre, la cólera de Dios’ o ‘Grizzly Man’, entre otras. En lo visual, ¿trataste de homenajearle de forma consciente o de dar tu propio estilo?
Ambas cosas. Cuando vio la película me dijo que lo que más le interesaba era cuando menos hablaba de él y más hablaba sobre mí, pero a su vez le parecía interesante que consiguiera hablar de mí a través de su cine. En ese sentido el homenaje era muy claro por mi parte y también se tenía que reflejar en lo visual. Por eso la película tiene diversos guiños que el seguidor de Herzog podrá agradecer: la niebla , los osos, la plataforma de salto de esquí, la cueva, las referencias a los extraterrestres…También sirven como una herramienta para que, si tú no has visto esas películas, puedas acercarte a ellas. Es lo que más ilusión me hace del filme, que lleva a alguna gente a ver películas que no conocían.
¿Qué te gustaría que el espectador extrajese del documental?
Para mí era muy importante que la película pudiera arrojar un granito de arena para reflexionar sobre el oficio del cine. Creo que es un trabajo sobre el que se habla mucho en clave de éxito y de dinero. Yo quería que esta película supusiera una reflexión sobre el cineasta con una conciencia de clase muy obrera, como un trabajador más. Ahora mismo ,en estos tiempos de pandemia, es donde quedan mucho más claros los oficios que realmente importan. La cultura es un bien necesario que hay que cuidar y defender pero hay otros oficios que deben estar mucho más protegidos y que a día de hoy tienen condiciones económicas denigrantes como la educación o la sanidad. Esta película muestra a un director de cine caminando solo e intenta expresar que da igual ir el primero o el último, que lo importante es seguir caminando. Cualquier persona que intente emprender un proyecto se sentirá identificada. Muchas veces nos centramos demasiado en la meta, en el objetivo que queremos conseguir, pero nos olvidamos de lo bonito que es el camino.
Próximamente realizarás ‘La desconocida’, el proyecto que te estaba costando levantar.
Sí, la verdad es que la película ha sido un talismán durante todo este año. Después de seis años estamos casi completando la financiación y rodaríamos en verano de 2021. Estoy muy contento porque es un proyecto que llevamos desarrollando mucho tiempo, la adaptación de la obra de teatro ‘Grooming’ de Paco Bezerra, con Manolo Solo, Laia Manzanares y Eva Llorach en el reparto. Va a ser mi primera película con un presupuesto estándar para la industria y tengo muchas ganas de ponerme con ello. Texto de Roberto González.