Ser madre, según AMAIA ARRAZOLA.
Libros // La ilustradora vitoriana Amaia Arrazola es un torbellino de creatividad que se muestra sin artificios a través de su obra, a medio camino entre el cómic y el diario íntimo. Entre sus libros podemos destacar ‘Pequeña & Grande. Audrey Hepburn’, ‘Cosas que nunca olvidarás de tu Erasmus’ o ‘Wabi sabi’. En su último trabajo nos habla del meteorito que ha desbaratado su vida (y no, no es el Coronavirus).
¿Qué es ‘El meteorito’? Es mi hija. Tuve una niña hace dos años y puso todo patas arriba. Devastó toda la existencia y generó nuevas formas de vida.
¿Cómo nace la obra? El libro es un grito. Necesitaba hacer este libro para contar lo que había vivido. El mundo de la maternidad se suele mostrar desde un análisis más sociológico o médico más que desde el punto de vista de las mujeres, que somos quiénes lo vivimos en primera persona.
También necesitaba continuar con mi trabajo y seguir creando cosas. Si se habla de enfermedades, se habla de guerra o de política. ¿Por qué no hablar de mi maternidad?
En el libro se rompe con imágenes estereotipadas de la maternidad en las que muchas veces la mujer se tiene que sentir culpable por no llegar a las expectativas. Nos han vendido una maternidad muy rosa, muy endulzada que no cuenta bien que lo que supone para nosotras. Yo cuento mi experiencia porque hay tantas maternidades como personas. Hay sentimientos ambivalentes, desde el amor absoluto al cansancio más extenuante. Todo esto te genera un caldo de cultivo que a veces es agotador. No se habla mucho de la depresión postparto, de los cambios en el cuerpo de la mujer… Mi intención no era hacer un libro bandera sobre la auténtica maternidad sino contar mi experiencia.
La maternidad te obliga a repensarte y reconstruirte. No puedes mantener el mismo nivel de trabajo. Yo antes trabajaba ocho horas al día a dibujar. Me levantaba temprano y paraba solo para comer. Pintaba murales, viajaba de un lado a otro… un montón de proyectos que ahora son imposibles. Tengo que compatibilizarlo todo con sus horarios, sus necesidades y hay veces que te peta la cabeza.
El libro es confesional. Un diario que escribes a la persona que fuiste antes de ser madre. Sí, claro. Yo no soy nadie para dar consejos. No soy asesora ni pediatra. Quería hablarme a mi misma y entenderme. Contarme las cosas que he sentido, cómo ha sido mi embarazo, qué le pasa a mi cuerpo, a mi trabajo. También a mi pareja, como todo lo demás también salta por los aires.
Por supuesto hay también un inmenso amor a la vida que has creado.
A través de tu obra podemos repasar tus momentos vitales. En ‘Cosas que nunca olvidarás de tu Erasmus’ vemos la época de estudiante, en ‘Wabi Sabi’ tu viaje a Japón, ahora tu maternidad… El dibujo es mi modo de expresarme. Dibujo porque respiro y respiro porque dibujo. Siempre me han gustado los relatos que parten de una vivencia personal y lo que mejor se me da es narrar lo que vivo. A medida que crezco como persona evoluciono como ilustradora.
«Este libro está hecho con un boli y tres rotuladores de colores. No me preocupa tanto que el dibujo esté tan perfecto sino ver cómo organizar mis pensamientos, cómo los explico… Al final vas madurando y le vas dando importancia a otras cosas».
Entiendo que tu propia obra te va llevándote cada vez a despojarte cada vez más de artificios para centrarte en el contenido. Creo que es por una pérdida de pudor. Cuando empiezas en el mundo de la ilustración te escondes detrás de los dibujos. Cada línea, cada color tiene que estar perfecto y delegas el contenido en otras personas. A medida que vas avanzando y leyendo otras obras te sientes más segura y con ganas de contar otras cosas. El dibujo está hecho durante el confinamiento con una niña de dos años. Te puedes imaginar cómo ha sido el proceso. Cada día dedicaba dos horas por las tardes a trabajar –mi pareja lo hacía a las mañana– y le dedicaba sobre todo el tiempo a escribir. No me preocupa tanto que el dibujo esté tan perfecto sino ver cómo organizar mis pensamientos, cómo los explico… Este libro está hecho con un boli y tres rotuladores de colores. En el pasado hubiese sido impensable. Al final vas madurando y le vas dando importancia a otras cosas. Por supuesto que habrá otros ilustradores que tengan otro camino.
En el libro cuentas cómo el verte en una revista totalmente retocada te hizo cuestionarte quién eras.
No tanto quién soy porque era una posparturienta deshinchándome como la imagen que estaba vendiendo. Estoy muy agradecida por la oportunidad que me dio la revista pero no me hallaba en lo que se proyectaba. Nada me entraba, tenía que tener los ojos abiertísimos… Te da un poco de risa y de tristeza. Mi cuerpo no encajaba con la imagen que querían transmitir.
El libro sale en medio de una pandemia que hace que no haya muchos espacios donde defenderlo. Por una parte parece que no hay espacio para hablar de otra cosa que sea la pandemia.
Por otra te llevas sorpresas. Hicimos una presentación online con Esther Rivas, que hizo el prólogo del libro. Pusimos el libro a la venta en una galería y se vendieron 170 ejemplares. Hemos tenido que parar porque no dejaba de ir a firmar. El libro es un melón por abrir. Estoy recibiendo un montón de mensajes de mujeres que me dicen que se sienten muy identificadas con lo que cuento y es algo que nunca me había pasado. Una vivencia tan personal como la maternidad es a la vez muy compartida.
A lo largo de tu trayectoria también has destacado por el muralismo. No sé si es compatible con tu nueva vida. Por ahora lo tengo aparcado porque es un ejercicio físico: llevar la pintura, subir y bajar de la grúa, compaginarlo con los tiempos de la niña… He solido hacer colaboraciones con mi chico, que también es pintor. Por ahora me centro más en el trabajo de estudio pero todo volverá.
¿Qué más proyectos tienes? Lo que más ilusión me hace es que, durante el confinamiento, hice unos ejercicios en cartón para Ane que subí a Instagram. Eran unos animalitos que tenían la cabeza por un lado y el culo por otro para montar. Los subí a las redes y a la gente le encantó y una editorial, Flamboyant, me llamó para publicarlo. Va a salir en enero y va a quedar genial. Texto de Kike Infame.