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March 19, 2024

Álvaro Siza. El maestro de la luz.

arquitect

Una de las características de los grandes maestros de la arquitectura ha sido el dominio de algo de lo más escurridizo y difícil de domesticar como es la luz. En el caso de Álvaro Siza, su no escondido interés por la escultura desde joven, se plasma en muchas de sus obras y sus interiores se convierten en verdaderas sinfonías de luz en todas sus posibilidades y matices.

Nacido en Matosinhos (Portugal), cerca de Oporto, Álvaro Siza, se convierte en el primer arquitecto no español en ganar el Premio Nacional de Arquitectura de 2019, otorgado por el Gobierno de España.

Su amplia trayectoria, se ha visto jalonada de múltiples premios (entre ellos el Pritzker en el año 1992) y está considerado como uno de los arquitectos de mayor prestigio y como uno de los grandes maestros actuales de la arquitectura llamado a ocupar los lugares destinados a los más grandes arquitectos de la historia.

Sus fundamentos son el rigor y la síntesis, fruto de un estudio pormenorizado del proyecto arquitectónico y de adecuada respuesta al “locus”. Unido esto a un conocimiento exhaustivo de las grandes obras de la arquitectura.

“No se puede proyectar una iglesia si no se conoce antes la Iglesia de Las Capuchinas de Luis Barragán”, llegó a afirmar cuando se estaba valorando por los críticos la Iglesia de Santa María en Marco de Canaveces. Iglesia ésta de Siza, que ha influido seguramente, a su vez en otras más recientes como puede ser la Iglesia de Iesu de Rafael Moneo en Donostia.

Para la escultura, la luz es todo, por dentro y por fuera, la luz da sentido a la materia. Las sustracciones en sus edificios manifiestan la influencia de lo plástico y escultórico. La sobriedad y rotundidez de sus volúmenes al exterior se convierten en calidez y serenidad al interior. Nada es superfluo, nada es ajeno al fin último de crear una arquitectura para ser vivida y sentida por el hombre.

En nuestro ámbito geográfico y de no muchos años atrás fue el encargado de realizar el Bizkaia Aretoa UPV/EHU en el área recuperada de Abandoibarra en Bilbao. Una obra muy paradigmática de sus trabajos, pero siempre con un sello particular y distintivo. Líneas puras formado volúmenes rotundos, pero no exento de singularidades en cuanto a materiales adecuados al lugar (las fachadas interiores que conforman la L están recubiertas de azulejos grises artesanales que se colorean con la luz), composición de huecos de iluminación, así como buscados efectos de zócalo permeable sobre el que se apoya el edificio masivo.

Su amplia y extensa obra le lleva a destacar en obras y encargos de temática bien diversa. Desde vivienda social y obras para las administraciones locales hasta obras más singulares como pueden ser el Museo Liberê Camargo en Brasil, en la que rinde culto a la escultura desde la propia concepción de su imagen e incluso, la más reciente, un rascacielos en Manhattan, de extremada sobriedad y belleza. Con incursiones en lo que se da en llamar arquitectura estereotómica del terreno en una vivienda en Mallorca, que rememora la arquitectura de Alvar Aalto.

En definitiva, resulta conveniente revisar la obra de Siza y en cuanto sea posible visitarla con la mirada atenta en busca de “su luz”.

Por último quizás resulta conveniente recoger una cita de Siza, según la cual “el valor supremo de la arquitectura es la belleza». Texto de Leonardo Ignacio González Ferreras.

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