Kutxa Kultur Kanta. Un tema a seis bandas.

Eduardo Amado del grupo Siete C nos habla sobre el tema musical ‘Zeruertzak’, que compusieron en equipo durante el confinamiento los seis residentes de Kutxa Kultur Musika: Lemy River, Ido, Indian Feathers, Beste Urtaroak, Cônvoi y los propios Siete C.
Tú fuiste el artífice de esta propuesta. ¿Cómo se te ocurrió? ¿Pensaste que era una forma de colaborar y hacer visible la música de las bandas residentes de Kutxa Kultur? Exacto. Yo suelo seguir el trabajo de algunos artistas, creadores y productores norteamericanos y canadienses en YouTube y es relativamente frecuente que realicen ese tipo de colaboraciones a distancia. Igual unos viven en la Costa Este y otros en la Costa Oeste. Así que en marzo, en medio del confinamiento, me pareció que era la oportunidad ideal para realizar un proyecto de este tipo en la que cada artista aportara su sabiduría, su tipo de música, sus gustos…Kutxa Kultur me pareció la plataforma ideal porque estábamos seis grupos en contacto. Les propuse el reto y les pareció bien a todos, también a Kutxa Kultur que ayudó a impulsar el proyecto. Hicimos una lista de colaboración en un orden determinado para que cada uno fuera aportando su parte sin que se formara mucho barullo. Fuimos montando poco a poco las pistas. Al final tomé todas esas pistas y asumí también la labor de composición y de darles una forma más narrativa. Iban Martín de Lemy River aportó las letras que luego Iker Lauroba de Beste Urtaroak tradujo al euskera y luego hicimos una mezcla entre euskera y castellano.
¿Qué aportó cada grupo al proyecto? La primera pista de la canción la propuse yo, con un piano muy ambiental, y sobre eso fue creciendo. La caja de ritmos la puso Iban de Lemy River, Iker Lauroba aportó una guitarra eléctrica, Idoia una melodía, un piano y un sintetizador, y ahí ya empecé a ver cómo podría ser la canción, dónde llevaría el estribillo…incluso donde se podía hacer una pausa para que Raúl de mi grupo, Siete C, pudiera introducir un rap. Así fuimos montando las piezas poco a poco. Una guitarra eléctrica que aparece al comienzo es de los chicos de Indian Feathers y Cônvoi aportaron unos sintetizadores, una caja de ritmos, unos samples de scratch que encajaron genial para la parte del rap. Al final teníamos una melodía tarareada pero no teníamos una letra. Hablé con Iban y le conté un poco cuál sería la idea, que era crear un paralelismo entre el final de una relación y lo inevitable que es cuando las cosas no están yendo bien y lo que fue el confinamiento para nosotros. Queríamos que fuese bilingüe y nos gustaba mucho la voz de Idoia para llevar el peso de la canción y creíamos que aportaba mucho para este sonido pop, lánguido y melancólico. Y ella suele cantar en euskera. También establecimos una especie de diálogo en el que interviene Iban de Lemy River y finalmente Leire de Beste Urtaroak, también aportó algunas voces. Había bastante material y parte de ello se ha quedado fuera, inevitablemente.
¿Qué queríais transmitir con la letra?No queríamos mencionar directamente el confinamiento y que la canción se pudiera seguir entendiendo en 2024. Hablamos de horizontes, esa idea de una línea que parece que se acerca pero a la vez es inalcanzable.
¿Se decidió enseguida que Idoia Asurmendi sería la cantante y que su voz sería el hilo conductor? No lo decidimos en conjunto pero el tarareo de la melodía inicial lo propuso ella. Además siendo la única voz femenina de este año en Kutxa Kultur Musika nos pareció lógico que tuviera un papel importante o reconocible en la canción. Iban ha aportado también su voz. Dependió un poco de la disponibilidad de cada uno.
«Componer este tema en conjunto nos ha obligado a todos a jugar fuera de casa, a salir de nuestra zona de confort. Todos hemos hecho cosas nuevas por el bien común, por el beneficio de la canción. Hemos aprendido mucho unos de otros».
¿Cómo surgió el rap? Supone una ruptura con el resto de la canción. Incluso dice “No me gusta esta música”.Sí, nos interesaba crear un momento disruptivo en la canción. Monté el tema por pasos. El primer paso era que se avecinaba el fin de una relación o del confinamiento. Luego se comenta cómo se acerca, si nos va a pillar o no, al final termina pillándonos, es algo inevitable, que hemos visto venir…luego viene el desánimo, el cabreo, la discusión…Ese momento de revuelta, de frustración, que hemos visto también incluso en el Parlamento. Eso está representado por ese rap. Es un momento en que la canción se vuelve más tenue y entonces entra esta “protesta”. También hay juegos de palabras, un campo en el que Raúl es experto. Por ejemplo cuando dice “bufan”, que es una palabra que suena parecida a “Wuhan”. También se habla de “tos” y “carraspeo” como algo que podría generar la tensión de la relación o la pandemia…
¿Tratasteis de potenciar las diferencias entre las bandas o de unificar el estilo? Nos ha obligado a todos a jugar fuera de casa, a salir de nuestra zona de confort. Indian Feathers componen un formato más directo, más agresivo, más dinámico…Esta es una canción bastante más ambiental, con un formato más electrónico…El formato rap a Raúl no le viene del todo nuevo porque ha cantado en grupos de grunge o Nu Metal en su día, pero no es algo que haga habitualmente. Todos hemos hecho cosas nuevas por el bien común, por el beneficio de la canción. Hemos aprendido mucho cada uno de los otros.
El videoclip está muy cuidado ¿Se decidió que se terminaría de rodar una vez acabado el confinamiento? El videoclip surgió a mitad del proceso. Viendo la forma que estaba cogiendo la canción los de Kutxa Kultur decidieron que lo ideal era lanzarla acompañada de un videoclip. Era una forma de que tuviera visibilidad en el panorama musical nacional. El contenido del videoclip es mérito de Suso de LACØRTE Films, que también está dentro de Kutxa Kultur. Yo le conté de qué iba la canción y a partir de ahí Suso creó la storyline y los planos. Teníamos pensado lanzar la canción cuando terminara el confinamiento. Esta es la canción que ha salido después de todo esto, pero inicialmente no teníamos la idea de grabar el videoclip. Texto de Roberto González. Fotograma de LACØRTE Films.