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15 días para acabar con el mundo

15 días para acabar con el mundo

15 días para acabar con el mundo.
Cuando el futuro dejó de importarnos.

El escritor Manuel Astur presenta la novela “15 días para acabar con el mundo”, trabajo en el que teniendo como telón de fondo el sonido grunge de los 90, se radiografía la adolescencia de aquella época, una generación que se abría a la modernidad.

Estamos ante tu primera novela tras haber publicado varios relatos cortos y un poemario. ¿Te has sentido cómodo con el cambio de género o has tenido que enfrentarte a problemas no previstos a la hora de desarrollar la historia? Es mi primera novela publicada, pero en realidad en la novela es donde me siento más cómodo y siempre estoy con alguna entre manos que me obsesiona. Aunque tampoco considero que, al menos en mi literatura, exista gran diferencia entre géneros, todo viene del mismo imaginario y la misma poética.

La adolescencia suele ser una etapa de la vida complicada, aunque en el caso de alguno de los personajes resulta desolador el fatalismo con el que viven. ¿Has pretendido encarnar en ellos a una generación a la que se le suele echar en cara su apatía? Bueno, quizás nuestra generación sea la que más ha tardado en madurar, o peor lo ha hecho, porque el sistema imperante, llámalo neoliberalismo, capitalismo, redes sociales, etc, nos quiere eternos adolescentes hastiados. Pero creo que todas las generaciones cometen, más o menos, los mismos errores. Más que criticar, pretendía recordar al lector la ilusión y el teatro de tener dieciséis años, esa inocencia tan dramática y maravillosa con la que se puede cambiar el mundo y acabar con el cinismo.

La acción transcurre en una Asturias a mediados de los 90, sumida en la crisis que trajo su desindustrialización y en la que, como en Seattle, casi siempre está lloviendo. Por cómo el lugar influye en la vida de los personajes, casi me atrevería a decir que es el lugar mismo uno de los protagonistas de la novela, ¿estás de acuerdo con esta afirmación? Totalmente. El paisaje y Asturias es el tercer personaje protagonista. Al menos en Asturias, el clima, la desconexión con el resto de España y las tradiciones propias influyen muchísimo en nuestro modo de concebir el mundo. Suena un poco tópico, pero está claro que sí, mañana tras mañana, abres la ventana y está lloviendo afecta a tu personalidad.

Han pasado veinte años de la muerte de Kurt Cobain y en todo ese tiempo se ha compuesto, compartido y escuchado más música que nunca y sin embargo no ha surgido una figura comparable a la suya, ¿fue Cobain el último gran héroe generacional que fue capaz de dar la música? No sólo creo que fue el último sino que a veces sospecho que fue el primero. Al menos a ese nivel mundial. En España -y en U.S.A, no olvidemos que los Doors vendieron sólo unos cuantos miles de discos en su momento- no nos enteramos de Jim Morrison, ni de Hendrix, ni de ninguno de los clásicos, al menos no la gran mayoría de la población. Cobain fue nuestro primer ídolo generacional globalizado y, cuando murió, hasta mi madre sabía quién era. No sé si la música podrá generar otra estrella de tal calibre, sospecho que no, pues ahora, por razones de accesibilidad y facilidad, hay miles de pequeñas estrellas, la mayoría fugaces, cuyo mensaje, si es que lo hay, no tiene tiempo de calar, además del hecho de que tenemos muy mermada nuestra capacidad de admiración pues nos miramos mucho el ombligo. Sospecho que, si surge alguna nueva estrella o líder generacional, ya no vendrá de la música. Aunque quién sabe, no hay nada escrito, y esto está bien.

“15 días para acabar con el mundo” Manuel Astur, Ed. Principal de los Libros. 335 páginas, 19’50 euros.

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