Tinder, según ESTELA ORTIZ Y NÚRIA GÓMEZ GABRIEL.
Libros // Estela Ortiz y Núria Gómez llevan años seleccionando las mejores muestras de los hombres que utilizan la aplicación Tinder para escribir ‘Love Me, Tinder’, un original libro que sirve de escaparate de las relaciones modernas y sus protagonistas. Los diez capítulos de este desenfadado ensayo proponen diez categorías y vienen acompañados de multitud de perfiles reales de hombres en esta app. Hablamos con ellas sobre el funcionamiento y el uso que se hace de esta herramienta a la hora de ligar. Los detalles son hilarantes y preocupantes a partes iguales.
1. -¿Cómo definiríais este libro como si fuera la bio de un perfil de Tinder? Estela Ortiz: ‘Love Me, Tinder’ es un libro en el que se trata de convertir la experiencia voyeur de conocer los perfiles que existen en Tinder en una experiencia crítica.
2.-¿Dónde pueden acabar tus datos si usas esta aplicación? Nuria Gómez.: Tus datos pueden acabar en empresas como Vimeo, por ejemplo. Si vas rastreando la pirámide empresarial de MatchGroup acabas llegando a grandes corporaciones multinacionales de comunicación americanas. Los perfiles no sólo se comparten en aplicaciones de Dating sino que también se distribuyen a empresas de publicidad.
3.-¿Qué tipo de algoritmos utiliza? N.G.: Está el Elo Score, que es el que funciona por la puntuación del deseo. Cuanta más gente te da Like sube tu puntuación y lo que hace Tinder es mostrarte gente de un índice similar. Luego tiene otros como Word2vec que básicamente lo que hace es ordenar el uso de tu lenguaje: la jerga, qué tipo de palabras usas, qué significados…
4.-El subtítulo del libro es “una mirada crítica a lo que ellos ofrecen”. ¿Os referís a lo que ofrecen los usuarios masculinos o a lo que ofrece la empresa? Porque tratáis un poco de ambas cosas. E.O.: Lo de “ellos ofrecen” se refiere a que lo que analizamos son patrones de auto-representación masculina en Tinder.
N.G.: Pero no hablamos de masculinidad. El eje que hay de fondo es observar cómo esos patrones reflejan un relato social que al final tiene que ver con el éxito neoliberal y la cultura del emprendedor. Es posible que en los perfiles de ellas encontráramos el reverso de eso mismo.
5.-¿De dónde surge este interés, casi fascinación, por la aplicación? E.O. : Yo desde 2016 tengo una página que se llama ‘Filósofos del Tinder’ que es una página de facebook que se ha hecho viral que recopila bios de perfiles de tíos en Tinder. Empezó como una coña y al final se acabó convirtiendo en un proyecto muy grande. Yo soy politóloga y fui de alguna manera categorizando mentalmente los discursos que había
N.G.: Yo me dedico a la cultura visual y llevo desde hace tiempo investigando sobre pornografía emocional, sobre cómo exponemos nuestras emociones y cómo las gestionamos con un interés determinado.
E.O.: De la unión de estas dos cosas ha salido el libro.
N.G.: Surgió de una charla que hicimos en la universidad en la que Estela exponía todo lo que pasa dentro de la app y yo lo iba contextualizando con relatos que se relacionaban de alguna forma.
6.-¿Qué emojis suelen tener más éxito a la hora de conectar con una persona? N.G.: Todos los que tienen que ver con el positivismo, como el corazón, la cara sonriente, la cara sonriente con corazones, la cara llorando como una cascada, la cerveza… Bueno, no sabemos lo que tiene éxito. Esto es lo que se usa más. Los perfiles casi se han convertido en emoticonos porque no hay espacio para otras emociones que no sean la felicidad y el buenrollismo.
E.O.: ¡Sonríe que es gratis!
7.-¿Qué tipo de perfiles de chicos os interesan más, no a nivel personal, sino como objeto de estudio? E.O.: Como objeto de estudio a mí me interesan mucho unos que no están en el libro, que son los losers de Tinder. Son los que dicen que «mi vida es una mierda, mi trabajo es precario y hago lo que puedo». O los que hacen perfiles de coña pero haciendo un contradiscurso a lo habitual.
N.G.: A mí los que más me gustan son aquellos que se describen directamente como objetos, diciendo cuántos platos pueden cocinar al día, qué horas libres tienen disponibles, etcétera. Si el amor siempre ha sido algo funcional,(hacer la cena, comprar una medicina para el que está enfermo…) estos perfiles lo llevan a un extremo describiendo cuántas funciones tienen. Son casi como sus gadgets.
Texto de Roberto González.