Manel. Cada disco, un paso más allá.

Desde que presentase el pasado octubre su quinto álbum, Manel ha llenado salas, teatros y escenarios. El proyecto “efervescente, divertido” de cuatro amigos que comenzó hace ya más de una década en Barcelona ha cristalizado en uno de los grupos más reconocidos por sus letras costumbristas del panorama pop-folk nacional. En un compás de espera de su gira, Aux.magazine habla con su vocalista Guillem Gisbert para conocer de primera mano cómo crearon su último disco ‘Per la bona gent’.
A pesar de que la banda catalanoparlante mantiene sus raíces pop y folk, su último álbum supone un pequeño paso más allá con respecto a la música que han creado hasta ahora. “El uso del sampleo (técnica que consiste en la edición y manipulación de sonidos para utilizarlos como instrumentos musicales en una canción) en algunas de las canciones es nuevo para nosotros. No lo habíamos hecho antes y nos ha ofrecido caminos nuevos”, destaca Guillem. Este paso, que ya comenzó en su disco anterior ‘Jo competeixo’ (2016), les ha permitido explorar nuevas fronteras. Si es un paso definitivo hacia melodías con tintes electrónicos lo determinará el futuro y sus sensaciones.
A fin de cuentas, “la mecha” que les lleva a componer sus temas o a seguir unas melodías u otras suele ser “temática”. Primero, obtienen las primeras letras o melodías por separado. Luego se reúnen en un local donde discuten, tocan, prueban, refinan y aplican arreglos al tema. Según el vocalista principal de Manel, “es un proceso que puede llevar meses o un incluso años”.
Ese cuidado por cada uno de sus temas (produjeron sus tres primeros discos ellos mismos) es una de las claves del crecimiento de Manel. También, como apunta Guillem, el hecho de ser amigos y de que cada uno de ellos se siente parte importante de la banda, les ha hecho progresar mucho en los últimos años. “Una parte importante para que un grupo de música se comporte como tal es explotar los talentos de cada uno de los miembros”, afirma.
Como explica Guillem, supone “un esfuerzo de consenso” pero les permite “aprovechar las opiniones y lo mejor de cada uno”. “A veces es doloroso y complicado. Aunque suena muy bien, tragarse ese ego y entender que hay un bien común que se llama Manel, es complicado”, destaca.
Ese esfuerzo y esa constancia les ha llevado a evolucionar como banda. Han roto con los esquemas del pop-folk catalán inicial de ‘Els millors professors europeus’ (2008) y ‘Atletes, baixin de l’escenari’ (2013) y han apostado por “Per la bona gent”, un disco que supone un paso más allá hacia la electrónica y los sintetizadores.
“Antes de lanzar el disco, y tras compararlo con nuestros primeros trabajos, amigos que lo escucharon nos plantearon hasta qué punto nos estábamos pasándo de la raya, nos preguntaban si estábamos pidiendo demasiado al oyente”, afirma Guillem. “No dudaba del trabajo que habíamos hecho, pero siempre tienes que confirmar esas sensaciones una vez lanzado el disco. Al final, mides la respuesta de la gente en función de si las entradas se venden o no. Es un reflejo muy cruel y duro, pero es asi”.
La gente, como demuestra el cartel de “no hay billetes” en la mayoría de sus últimas actuaciones, ha respondido. Texto de Adrián Blanco.