Mi gran pequeña granja. Una cooperación natural.
Cuando los ladridos de su querido perro Todd lleva a John y Molly Chester a ser desahuciadosd e su apartamento en Los Ángeles deciden dejar atrás la ciudad para construir una granja diversa y ecológica en un terreno de 200 hectáreas. El protagonista y director nos cuenta la odisea que dio pie a este multipremiado documental.
Cuando iniciaste el proyecto de la granja, ¿sabías también que ibas a rodar el documental?
No, en realidad no. Había dejado el negocio del cine. Siempre sigo grabando pequeñas cosas que llaman mi atención porque está en mi naturaleza hacerlo. No fue realmente hasta el quinto año de llevar la granja que me dí cuenta de que iba a hacer el documental sobre ello y que podía estructurarlo de alguna forma. Tenía cosas grabadas y no sabía si las iba a utilizar para mostrar mi vida y la de mi mujer o la naturaleza pero entonces me dí cuenta de qué iba a tratar la trama. Recopilé en ese quinto año lo que había rodado y dediqué tres años más a terminar la historia.
Entonces, ¿filmaste todo en tiempo real o hay alguna recreación?
Casi todo está filmado en tiempo real. Quizás hay algún pequeño plano que preparamos como alguna hoja, una mariquita o cosas así…pero por lo demás no hay nada preparado.
Una de las virtudes del documental es la belleza de su fotografía.
Yo he sido fotógrafo para cine durante veinticinco años e hice un montón de trabajos sobre la naturaleza. Cuando monté la granja el hombre que nos asesoró, Alan York, me dijo que tenía que filmarlo todo porque la naturaleza iba a hacer que cambiara completamente. Así que al principio tuve una serie de becarios filmando algunas cosas. Más adelante, cuando ya decidí que iba a hacer el documental me dediqué yo a rodarlo con ayuda de un equipo de gente con la que ya había trabajado previamente.
Al principio incluyes unas animaciones. ¿Te parecieron útiles para expresar la visión idealista de la granja que teníais cuando empezasteis?
Absolutamente. El objetivo de incluir la animación era doble 1/no tenía muchas imágenes filmadas para establecer la premisa de la historia y 2/ lo que era más importante, reflejar lo increíblemente caprichosa, idealistas y ridícula que era nuestra idea inicial.
Se mencionó que el documental podía llegar a los Oscar, aunque no ha sido seleccionado.
Bueno, estuvimos en la shortlist (finalistas) de los Oscar. No llegamos a ser nominados pero esa es otra historia acerca de qué opino sobre la categoría de documental de los Oscar. (Risas) Ponen un montón de documentales a competir y la mayoría de ellos son internacionales. Este año sólo se ha colado uno norteamericano. Creo que deberían hacer como con las otras películas y crear una categoría especial para los documentales extranjeros. Sí, estoy un poco quemado (Risas).
En el filme se ven algunos momentos que sirven de recompensa pero también se percibe que es una vida muy dura. ¿Crees que más gente debería trabajar en este tipo de granjas?
Es un modo simple de vivir que no es nada sencillo. Creo que no hay mejor modo de reconectar con el significado y el propósito de nuestra existencia. Te ofrece un gran entendimiento de la transitoriedad de la vida y de la propia vida en general. Obtienes un conocimiento sobre cómo funcionan los ecosistemas. Y me refiero a este tipo de granja regenerativa. Una granja que trata de trabajar y potenciar el poder de un ecosistema naturalmente diverso. Eso es para mi el mejor regalo de todo esto. Es una manera nueva y muy profunda de contemplar mi existencia.
¿Y crees que es necesario desde un punto de vista ecológico?
Los granjeros que trabajan con este sistema eco-regenerativo son los mayores ambientalistas del planeta. Tienen un enorme poder para regenerar la biodiversidad. Un ecosistema completo es un sistema inmune.
Realizar este documental, ¿te ha devuelto el interés por el mundo del cine?
Absolutamente. Estoy increíblemente interesado en seguir contando historias acerca de la granja. Quiero narrar la historia de la colaboración entre el hombre y la naturaleza. En nuestro país durante los últimas decadas hemos utilizado tantos químicos a la hora de trabajar en la granja que hemos dejado de entender el ritmo y beneficio de los ecosistemas complejos.
Texto de Roberto González.
‘Mi gran pequeña granja’, dirigida y protagonizada por John Chester, se estrenó el 31 de enero.