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September 14, 2024

Alberto Cairo. Cómo mienten los gráficos.

Es una escena recurrente en los debates televisivos. Un candidato a la presidencia del Gobierno coge una tarjeta y muestra un gráfico para atacar a uno de sus rivales políticos. En ocasiones el gráfico muestra una verdad parcial o, incluso, una mentira. Combatir este tipo de desinformación y educar al lector es lo que pretende Alberto Cairo, catedrático Knight de Infografía y Periodismo Visual en la Universidad de Miami, con su nuevo libro ‘How Charts Lie’.

¿Qué podemos aprender de ‘How Charts Lie’? El objetivo principal del libro es que sirva como un manual para que cualquier persona, independientemente de su especialización o su formación académica, pueda entender mejor las infografías o las visualizaciones de datos a las que estamos expuestos. Parece muy obvio, pero no es una tontería, porque a lo largo de los años he observado que hemos interiorizado ciertos mitos alrededor de los gráficos. Por ejemplo, “una imagen vale más que mil palabras” es algo muy común.

Entonces, ¿una imagen no vale más que mil palabras? Depende mucho del contexto, del tipo de imagen y de si el lector tiene los conocimientos necesarios para leer esa imagen o infografía. ‘How Charts Lie’ es una demostración de por qué una imagen no vale más que mil palabras.

En ‘How Charts Lie’ hablas de cómo interpretar visualizaciones que muestran la trayectoria de huracanes, mapas electorales o gráficos manipulados sobre inmigración, entre otros. ¿Qué nos recomiendas para que no nos dejemos engañar por un gráfico? La primera recomendación es prestar más atención. Consiste básicamente en ser más consciente de tus propios sesgos ideológicos, religiosos o de cualquier otro tipo. En definitiva, conocerse a uno mismo y ser más consciente de que esas creencias (ser más de izquierdas o de derechas, por ejemplo) nos llevan muchas veces a engañarnos a nosotros mismos. Es imposible para un ser humano ser consciente de todos los sesgos que tiene, pero sí es posible educarse a uno mismo. De esta forma, cuando vemos un gráfico en redes sociales podemos evitar compartirlo inmediatamente simplemente porque el gráfico confirma lo que queremos creer. El lector debe parar un momento, ser consciente, leer el gráfico con cuidado, interpretar qué quiere decir, ver cuál es la fuente de los datos, etc. Una vez ha comprobado esto, y está seguro de que el gráfico no le engaña, es momento de compartirlo con mayor seguridad.

En este sentido, ¿dónde radican los peligros de un gráfico malinterpretado o incluso malintencionado? Los lectores somos responsables de mejorar el ecosistema informativo. Una de las razones por la que este ecosistema informativo se está deteriorando se debe a que los lectores creamos cámaras de eco. Compartimos entre nosotros informaciones y gráficos que ya conocemos o, más peligroso todavía, que confirman lo que queremos saber.

Uno de los temas que repasas con más cuidado en el libro es el uso de los gráficos en la arena política norteamericana con el Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, a la cabeza. Los gráficos manipulados son cada vez más comunes en las campañas políticas. Es un hecho muy peligroso ya que los los gráficos y los números, inconscientemente, son muy convincentes y persuasivos. ¿Cómo se defiende uno contra eso? Prestando un poco más de atención. Cuando un político muestra un gráfico, siempre es necesario poner en duda la narrativa que el político construye alrededor de ese gráfico. Debemos analizar el gráfico con atención para ver si el éste confirma lo que el político dice. Por otro lado, también es verdad que las infografías se pueden utilizar de forma adecuada. Es decir, en una campaña política, un gráfico que esté bien diseñado puede usarse para argumentar en favor de políticas positivas y constructivas. Éste es uno de los mensajes del libro. Texto de Adrián Blanco. Fotografía de JCA.

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