Paco Plaza. La venganza es un plato demasiado frío..
El responsable de terrores favoritos como ‘REC 3. Génesis’ y ‘Verónica’ reinventa el comercial thriller made in Spain con ‘Quien a hierro mata’, contundente crónica de una revancha que desnuda las miserias del ser humano sin descuidar la sorpresa y el entretenimiento. Luis Tosar es su protagonista: un hombre con una vieja herida aún sangrante.
Hay un dicho popular que reza “Cuidado con lo que deseas…” Ese es el mensaje de esta película: hay que tener mucho cuidado con lo que uno desea, porque se te puede volver en contra.
El personaje principal, encarnado por Tosar, y su antagonista hacen un poco de Dios, al decidir el rumbo de la vida de otra persona. En esta película, Luis se mete en unos jardines, en una bola de nieve, con un efecto dominó: empujas una ficha, pero no sabes a lo que conduce. A lo mejor estás desencadenando algo que no es lo que tú querías y excede mucho a tu deseo. Quizás, cuando intentas hacer algo por un sentido de la justicia y por lo que tú crees correcto, en realidad lo que estás haciendo puede acabar volviéndose en tu contra. La película tiene un aroma de tragedia griega de Sófocles, de Shakespeare, de ‘El Rey Lear’, donde las relaciones familiares son muy importantes. El filme refleja en su trama una venganza, pero el universo que retrata es el de la familia y de las raíces de nuestras acciones. Y posee una especie de fatum lorquiano, con el destino aplastando a los personajes.
En ‘Quien a hierro mata’ hay dos mundos –el de luz, con el personaje de María Vázquez- y luego el oscuro, que tiene tanta fuerza… porque el mal arrasa. Por eso me gusta del cartel de la película que tenga una parte negra y otra blanca, con la luz roja. Porque en realidad nadie es bueno o malo: todos tenemos dos caras y por muy buenos que seamos, en diferentes situaciones, nuestras acciones no tienen por qué corresponder a nuestra bondad. A veces, una persona despreciable puede tener un gesto de nobleza, y una persona noble puede hacer cosas terribles.
La película, donde aparece el submundo del tráfico de drogas al fondo, no es un ‘El Padrino’ a la española, ni una película sobre la mafia gallega. Las personas no son tan diferentes en esos ambientes. En mi contacto con los narcotraficantes que hemos conocido preparando la película, me llamó la atención que en realidad ellos no son tan distintos de abogados, médicos o gente que se dedica al cine que he conocido a lo largo de mi vida. Quien es un cabrón es un cabrón, tenga el oficio que tenga. Aunque en la película estamos en un entorno –las Rías Baixas- donde el narcotráfico ha sido muy importante para la economía local.
Para la banda sonora del filme has confiado en una artista nueva en esto de componer para el cine… Estoy muy satisfecho con la banda sonora: creo que es súper especial. Y el escoger a alguien con cero experiencia en esto es muy gratificante, porque su aproximación no es la habitual en la música de cine: Maika Makovski ha compuesto temas que expresan las emociones de los personajes. Ella, como todo el mundo sabe, es música de rock (y presentadora), con carrera en el indie y había hecho una cosa en teatro, con Calixto Bieito y Juan Echanove. Un día, localizando en Galicia la película, iba oyendo en el coche el disco ‘Body’ y pensé “¡Este piano!”. Porque lo toca con una intensidad y una emoción que me cautivan. Es muy expresiva y creo que ha hecho un trabajo de composición buenísimo. Texto de Alfonso Rivera. Fotografía de Lucía Faraig.