Nuria González. La mujer sensata.
‘Todas las mujeres’ comenzó como una serie de televisión, dirigida por Mariano Barroso y escrita por él junto a Alejandro Hernández Díaz. Tres años después se editó en formato de largometraje. Ahora se ha convertido en una obra de teatro de éxito con un reparto que incluye rostros tan conocidos como el de Nuria González.
¿Es muy fiel la obra al guion de la película de Mariano Barroso? Nunca leí el guion de la película, y el visionado me queda muy lejos…pero puedo decirte que esta adaptación, firmada por el director, no se redondeó hasta prácticamente el final de los ensayos. Por lo que deduzco que la respuesta es no, no mucho, aunque lo que se cuente sea la misma historia.
En el filme el personaje masculino, Nacho, tiene una conducta muy cuestionable…A ratos resulta simpático y en otros odioso…¿cómo lo ves? ¿Crees que tiene alguna posibilidad de redención? Lo veo como lo ve el espectador: un niño de mamá haciéndose el hombre y lanzando mentiras como quien lanza granadas de mano para desviar la atención de quien le expresa su desacuerdo. Alguien que se enamora continuamente sin llegar nunca a amar, que sólo piensa en sí mismo hasta las últimas consecuencias… podría seguir.
Respecto a la redención… no creo, tendría que ser algo muy impactante lo que le hiciera tomar conciencia. Un milagro o casi.
Tu personaje, Marga, es de los que sale mejor parados por su profesionalidad y sensatez. Ni embauca al protagonista ni se deja embaucar por él, al menos en el tiempo en que interviene en la historia. ¿Cómo imaginas su pasado? Para no remontarnos muy atrás, los últimos diez años de la vida de Marga son la crónica de un reflote personal muy intenso, y un duro trabajo hasta convertirse en la profesional de prestigio que ahora es. Podría decirse que es ese tipo de persona capaz de patear el fondo tan fuerte como para sacar medio cuerpo en el impulso, una luchadora admirable con una honda cicatriz en el corazón.
Al estar tan repartido el protagonismo ¿hay que dar más en los momentos en qué apareces? En la película las actrices se van sucediendo en escenas relativamente cortas pero todas resultan memorables. Es correr los 100 metros. Cuando empiezas a emocionarte, ya te tienes que ir… me costó acostumbrarme.
De un personaje hay que dar todo, no se puede dar más, ni se debe dar menos. Tener poco tiempo para contarlo precisamente implica el riesgo de la sobrecarga, así que hay que tener buen cuidado de no querer ‘dar demasiado’. Mi opinión es que hay que dar lo que hay, dosificando fino.
¿Cuál es (a tu parecer) el secreto del éxito de Daniel Veronese (‘Bajo Terapia’, ‘Espía a una mujer que se mata’)? No sé qué opinará él, yo no creo en los secretos del éxito: está todo bien a la vista. Se dedica a dirigir actores+ama trabajar con actores= ¿qué puede salir mal?
El grado de disfrute marca indeleblemente cualquier aspecto del proceso y en dirección de actores se nota más cualquier falla. Fue un placer con Daniel.
«De un personaje hay que dar todo, no se puede dar más, ni se debe dar menos. Tener poco tiempo para contarlo precisamente implica el riesgo de la sobrecarga, así que hay que tener buen cuidado de no querer ‘dar demasiado’. Mi opinión es que hay que dar lo que hay, dosificando fino».
¿Te resulta más fácil encontrar roles interesantes en el teatro? En teatro se abarcan más registros y durante más tiempo. Hay más probabilidades de auténticas sorpresas, mucha variedad. Y luego están los ensayos, amo ensayar.
¿Te parece que últimamente se escriben mejores papeles para las mujeres en otro tipo de ficciones o que hay más libertad en general para hacer cosas nuevas en determinadas plataformas? Has participado por ejemplo, en ‘Matar al padre’, una producción para Movistar +. No soy una gran consumidora de tv, pero parece que se empiezan a valorar algunos parámetros que hasta hace unos años no parecían existir. Puede ser que el medio haya encontrado motivos para asumir algunos riesgos y dar un voto de confianza a los creadores responsables de las ideas.
He participado en una serie, aún sin fecha de estreno, ‘Señoras del Hampa’ y es la primera con más personajes femeninos que masculinos en la que trabajo…iba siendo hora, ¿no crees? Se agradece, también como espectadora.
Tu papel de presentadora implacable en el concurso ‘El rival más débil’ te dio mucha fama. También hiciste de villana en la célebre ‘El milagro de P. Tinto’, una de mis comedias españolas favoritas en los últimos tiempos. ¿Te divertía ese rol de malvada tanto como parecía? A pesar de que siempre mantenías la seriedad daba la sensación de que lo disfrutabas mucho. ¡Y tanto que disfrutaba! Había un guiño con el espectador que funcionó como un tiro…no hubiera sospechado nunca que tanta gente viera concursos.
La madrastra de Joselito en ‘P.Tinto’ fue una de mis primeras incursiones en cine; recuerdo con pavor cuando Javier Fesser me dijo poco antes de rodar mi primera secuencia que lo había pensado mejor y mi personaje hablaría en español…¡Me lo había aprendido en Grosnio! ¡Supe qué siente una maraca! En fin, peor hubiera sido al revés.
Hablando de esto y aunque tocas todos los géneros, ¿tienes alguna querencia especial por la comedia? Te suelen acompañar la ironía y el humor negro, incluso en obras como ‘El florido pensil’.
Creo que no es una cuestión que tenga que ver con mis preferencias, al menos hasta ahora. La comedia bien hecha no tiene nada que envidiar en rigor al drama bien hecho, es más, se podría decir que la comedia requiere de todo lo que el drama y un plus en oído, porque se basa en el ritmo…una décima de segundo de más o de menos y revientas la gracia. Y nada hay en el mundo que pueda hacer brillar una mala comedia.
Yo disfruto con las emociones, todas ellas. Mi trabajo es conseguir que el espectador se emocione. Texto de Roberto González. Fotografía de Sergio Parra.