¿Qué fue de Ana García? Un verano en Vinaròs.
Un grupo de actores y actrices recuerdan a Ana García, una chica de Bilbao que pasaba sus veranos en Vinaròs (Castellón). La muerte de aquella muchacha es el punto de partida para hablar sobre la violencia que se ejerce sobre los cuerpos diferentes. Hablamos con el director Borja Ruiz sobre esta obra de la Compañía Joven de Pabellón 6.
¿Cuál ha sido tu relación con Pabellón 6? Mi relación con P6 comenzó cuando sólo era una idea que fomentó Ramón Barea. Nos llamó a trece personas para empezar a movilizar ese proyecto. Mi vinculación ha sido estrecha pero yo tengo mi propia empresa que es Kabia Teatro. Nos han dado la oportunidad de representar allí algunas obras, incluso un espectáculo, ‘La noche árabe’ que hicimos en coproducción con P6 e Hika Teatro. Esta relación cercana ha desembocado en esta posibilidad de dirigir el cuarto proyecto de la Compañía Joven.
¿Cómo se eligió a esta Compañía Joven? Hicimos una selección durante tres días entre sesenta y tantas personas. Intentamos trabajar con ellos todos los aspectos que consideramos esenciales en un actor o actriz. Realizaron escenas textuales, cantaron y también tenían la posibilidad de trabajar cualquier otra disciplina como danzas o acrobacias. Luego también hicimos trabajos en grupo. Hicimos una selección que fue muy dura porque hay gente con mucho talento y nos quedamos con nueve personas que han hecho un trabajo buenísimo.
El texto es de Javier Liñera pero ¿contribuyeron a él los propios actores? El planteamiento sobre el tema lo tuvimos claro antes de tener el elenco. Sabíamos que queríamos contar una historia que hablara de la violencia que se ejerce sobre las personas que entienden su sexualidad y su género de forma diferente a la habitual. Estos actores y actrices han escrito algunos textos que Javier Liñera después ha pasado por su pluma.
¿Aportaron los intérpretes sus ideas sobre el tema de la diversidad? Sí, es muy bonito verles actuar porque ellos muchas veces hablan en primera persona al representar en la obra a una compañía de teatro. Por un lado así creábamos personajes más cercanos a ellos y por otro podíamos jugar al teatro dentro del teatro. Esa compañía habla la historia de Ana García. La voz individual, diversa y diferente de cada uno de ellos se plasma claramente en el espectáculo.
¿Cuál es la reflexión de fondo? Queremos hacer reflexionar sobre lo injusto que es el hecho de que las personas que perciben su sexualidad de forma diferente reciban todo tipo de violencias, algunas mucho más evidentes que otras. Hay una fibra político-social que queremos tocar en el espectador, pero también una fibra emocional.
¿Se expresa de forma cotidiana o simbólica? Hay una capa de espectáculo que es muy cotidiana. La compañía está actuando y decide si contar o no lo que sucedió un verano en Vinaròs. Pero después el espectáculo vuela hacia otras capas más poéticas, simbólicas, referenciales…hay muchos lenguajes diferentes que se trabajan ahí. Está lo musical, el trabajo simbólico de los objetos…pero al espectador le llega una historia muy sencilla y muy reconocible.
¿Cómo es la puesta en escena? Tiene muchos elementos. Hay un espacio que al principio aparece vacío pero luego se va transformando a través de percheros, ropa, iluminación y música en directo (los chavales cantan muy bien). El espacio nos lleva a lugares muy diferentes y a texturas emocionales muy diversas. La escenografía se ha hecho también con un taller de jóvenes atrezzistas. Así que lo de Compañía Joven se ha llevado hasta las últimas consecuencias. Texto de Roberto González.