Grises. Animales de escenario.
Grises regresan con su quinto álbum,‘De Peces y Árboles’. La banda de Zestoa está este verano por el norte presentando su último trabajo. Tras experimentar con la música electrónica en ‘Erlo’ (2016), vuelven a su esencia más pura “rugiendo” y buscando que nos identifiquemos con sus letras.
Hola, Amancay, ¿qué tal la acogida del nuevo álbum ‘De peces y árboles’? ¡Ha sido un inicio de gira súper positivo! Ya es el quinto álbum y se nota que hay un grupo de gente que espera siempre con ganas nuestros próximos pasos… ¡Gracias!
¿En qué se diferencia este nuevo disco de los anteriores? La temática que planteamos en las canciones es más universal y la gente se siente más identificada con las letras.
¿Cómo define Grises el sonido de este álbum? Después de experimentar en el anterior (‘Erlo’) con la música electrónica, en este nos quedamos con la esencia bruta y natural de Grises. Es el álbum más maduro y completo donde aunamos todo lo que llevamos aprendido estos años.
¿Con este disco pretendéis “hacer ruido y rugir”? Somos animales de escenario y es donde más contentos nos encontramos. Como objetivo principal, queremos que la gente llegue a una catarsis musical; que se liberen de sus tensiones del día a día y que nuestra música les haga cambiar.
Esta vez, habéis decidido auto-editaros… Es algo que siempre hemos querido probar. En la industria musical, todos ganan dinero menos los músicos. La autoedición nos ha permitido tener el control total del producto final.
¿Os dedicáis 100% y en exclusiva a la música? Sí, todos, ¡por suerte! Yo empecé en el conservatorio a los seis años; tengo la carrera de violín. La música es parte esencial de nuestras vidas.
¿Cómo fue montar la banda con tu hermano Eñaut? Fue algo natural. En casa siempre había una guitarra o un piano a mano… ¡Grises empezó más como un juego para pasarlo bien! Yo incorporé el violín y acabó en un viaje vital muy bonito.
¿Y con el resto de integrantes? Todos somos del mismo pueblo (Zestoa), y nos conocemos de toda la vida. Hay una tradición musical muy bonita y todos los músicos nos juntábamos en locales.
¿Os quedáis con tocar en festis o en salas? No vemos una cosa sin la otra. En los festivales tenemos escenario grande, buena acústica. Y las salas, en España, te puedes encontrar de todo (risas)… Animo a la gente a que no vaya a un festival masivamente, sino que escuche a los grupos y, más adelante, se acerque a las salas, que es donde realmente ves la esencia de la banda. ¡Hay que hacer una reeducación importante a nivel cultural, pero eso es otro cantar!
¡Os esperan muchas fechas próximamente! ¡Tenemos un verano bonito en cuanto a fechas! Vamos tranquilamente ya que la gira de salas ha sido potente. Así que estamos encantados ¡y nos encanta tocar cerca de casa! Esas palizas de irte a Granada y volver… ¡mejor en el norte! (risas)
¿De dónde viene el nombre de la banda? Tiene que ver con los marcianos grises. Nos sentíamos diferentes. Hemos crecido viendo ‘Expediente X’ y somos muy frikis.
¿Cómo llevas ser la chica en un grupo de chicos? ¡Menos mal que están saliendo muchas más bandas así! Genial, nunca me he sentido diferente en el grupo por ser chica. Me siento muy cómoda. Eso sí: no entiendo la poca presencia de mujeres -en general- en todos los ámbitos, pero en la música sobre todo. Es surrealista, no tenemos los mismos privilegios que los chicos y eso se nota. ¡Si no nos adueñamos de lo que nos toca, vamos mal! Texto de Ángela Saiz.