Arquitectura. Cité de l’Océan et du surf.
Nada lejos de Donostia, eso sí hacia el noreste y cruzando la frontera, en la bella localidad de Biarritiz, podemos visitar este conjunto museístico y de ocio.
El museo Cité de l’Océan et du Surf pretende concienciar sobre los problemas de los océanos y explorar los aspectos educativos y científicos del mar y el papel del surf en nuestro ocio, desde aspectos de la ciencia y la ecología.
El conjunto edificado, está compuesto por un edificio de museo con áreas de exposición y un auditorio, un cuerpo de restaurante cafetería y oficinas, y por último una plaza que fluye lentamente hacia el terreno circundante con el mar siempre presente al fondo, en el horizonte.
La idea generatriz parte de una forma cóncava, suspendida y abierta hacia el cielo, dejando debajo, sumergido, todo lo relativo al mar, es decir, los espacios expositivos e interactivos del propio museo. Se forman así un batir de olas de las que emergen unos cuerpos ligeros acristalados que parecen flotar sobre las olas. Efecto éste, que queda potenciado con la iluminación nocturna de éstos.
Así el edificio queda integrado en el paisaje circundante de parque en el que se inserta, sirviendo incluso de tránsito o recorrido a través de él hacia el mar. Se busca configurar de forma clara la fachada más urbana hacia la Avenida, mientras que se desmaterializan el resto de éstas en favor de su mejor integración paisajística, resultando perspectivas muy atractivas por su plasticidad. Es de reseñar el esfuerzo en evitar las formas prismáticas excesivamente reconocibles al achaflanar esquinas, reforzado en el dispar despiece de las carpinterías y en el tratamiento de trasparencias de los acristalamientos, para crear efectos variados según la perspectiva.
La línea del horizonte se hace presente desde el espacio público exterior sobre el auditorio, asomándose al mar a modo de balconada. La escalera exterior resuelta en una losa inclinada ligeramente curvada de hormigón, parece descansar plácidamente sobre una ola en un efecto más que atractivo.
Bajo el techo estructural curvado, como insertos bajo una ola, se crea una doble altura sobre la que discurre una escalera descansada y una serie de pasarelas y recorridos, así como unos espacios expositivos de formas afacetadas que rememoran grandes icebergs.
Otro acierto es el empleo de adoquín de piedra natural, de tradición tan marcadamente enraizada en pavimentaciones de ciudades costeras, como material del solado del espacio público, que no deja de ser la propia cubierta del edificio, genera un continuo y a la vez posibilita la presencia de verde en sus juntas lo que refuerza su integración y se vierte hacia el parque en forma de caminos.
Recomendable ver la obra del arquitecto americano y en concreto la ampliación del Centro Kennedy en Washington DC o su más reciente obra el Institute for Contemporary Art, VCU en Richmond, Estados Unidos de América.
Una obra arquitectónica de relevancia, propia de uno de los actuales maestros de la arquitectura mundial, uno de los más apreciados proyectistas de museos, bien resuelta, lejos de fastos y grandilocuencias.
La visita familiar o de grupo es la más adecuada, a mi modo de ver, pero cuidado que puede resultar más difícil coger olas aquí, que en el mismísimo mar.
CITÉ DE L’OCÉAN ET DU SURF. BIARRITZ
Autor: Steven Holl Arquitecs.
Ubicación: Avenue de la Plage. Biarritz. Francia.
Lo mejor: La adaptación al entorno.
Un detalle: El diseño de los antepechos y barandillas interiores.