Errementari. El herrero más diabólico.
Paul Urkijo presenta su primer largometraje, una historia del folklore vasco rodada en euskera, con un herrero con malas pulgas, una niña salvaje y un demonio entre sus protagonistas. La cinta pudo verse en Sitges y llega apadrinada por Álex de la Iglesia.
Sé que este era tu cuento favorito desde niño pero, ¿cuánto tiempo llevabas queriéndolo adaptar al cine? Llevo quince años haciendo cortos y siempre soñando de alguna manera en poder hacer largos. En ‘Errementari’ me embarqué hace unos seis años, más o menos, desde que ya tenía el guión y empecé a buscar financiación.
¿Qué es lo que te atrae de esta historia? Me hacían mucha gracia algunos de los elementos del cuento, la idea de un herrero que es tan malvado que hasta los propios demonios lo temen. El cuento es muy corto y muy sencillito. Cogí las claves del cuento, desarrollé a los personajes y lo ubiqué en una época histórica determinada.
¿Cómo llegó Álex de la Iglesia al proyecto? Ya estábamos a punto de cerrar la película cuando él se puso en contacto conmigo a través de twitter. Yo le conocía desde 2008 cuando estuve trabajando con él en ‘Plutón BRB Nero’ y no habíamos coincidido mucho pero le había llegado que estaba preparando un proyecto y había visto diseños de las criaturas. Leyó el guión y le gustó. Una vez que rodé y tenía el primer montaje se lo enseñé y entonces decidió entrar en el proyecto.
Al igual que las películas de Álex de la Iglesia, ‘Errementari’ combina el terror con muchas dosis de humor. Es un elemento que también usaba bastante en mis cortos. Me gusta mezclar el terror con la intriga y el humor. En los cuentos tradicionales hay mucho de eso. De alguna manera siempre que aúnas terror con humor suele surgir el humor negro. Es algo que me sale de manera natural.
¿Cómo elegiste a Uma Bracaglia, la niña que interpreta a Usue? Hicimos un casting de más de trescientos niños. Yo lo que buscaba era una niña salvaje que fuera capaz de introducirse en ese mundo demoníaco. El rodaje fue muy duro y Uma lo aguantó todo con una sonrisa.
¿Tenías claro que quería rodarla en euskera? El euskera es una de mis lenguas maternas. Esta historia es un cuento vasco y por lógica tenía que hacerla así. Hubo planteamientos de hacerla en otros idiomas pensando en el mercado pero habría quedado menos auténtica. No tendría problema en rodar otra película en castellano, en inglés o en chino si hiciera falta.
¿Cómo fue la experiencia de llevar la película a Sitges? Pues muy bien. Al principio estaba un poco acojonado porque estás esperando cuál será la reacción de la gente. Al final hubo un poco de todo pero en general los comentarios fueron muy bonitos. El público allí reacciona muy bien a los momentos más terroríficos.
Los efectos especiales tienen un toque tradicional. Tenía claro que al ser una leyenda, un cuento y yo estoy muy influido por todo el cine fantástico de los años ochenta. Yo he crecido con el empleo de animatrónicos en las películas. Quería que fuera una cosa muy físico. Hemos usado protésicos, animatrónicos y maquillaje real sobre los actores. Luego hemos completado algunas cosas con lo digital. Creo que la labor que mejor funciona es cuando combinas las dos técnicas. Aferrarse a una sola me parece una tontería. Y también hay mucho trabajo digital para simular la época, el siglo XIX: borrados de muchas cosas que serían anacrónicas, fondos que se han hecho a través de cromas y en el final que hay una escena más surrealista rodamos también con cromas y recreamos la escena digitalmente. Aunque hay también criaturas y columnas que son decorado.
¿Algún próximo proyecto? Tengo varios, también en el campo de lo fantástico pero de momento tenemos que estrenar y ver cómo le va a ‘Errementari’. Texto de Roberto González.