Helena Goch. Disciplina y oído.
Helena Goch va a un ritmo meteórico. Debutó allá por 2014 y hace unos meses lanzó su segundo disco ‘La Rama Dorada’. Cambió del castellano al inglés, pero mantuvo su característico tono melódico y su sensibilidad. Amenaza con un tercer disco pronto, del que dice tener las canciones escritas, y eso que todavía está de gira. ¿Cómo es posible hacer tanto en tan poco tiempo en un mercado tan arduo como el de la música?
Segundo largo, ‘La rama dorada’. Con perspectiva, ¿cómo valoras este nuevo trabajo? Estoy feliz de ir recorriendo este camino, creo que el cambio de idioma ha ayudado mucho a que el disco llegue a más personas. Me gusta haber hecho lo que me ha apetecido, haberme divertido experimentando con nuevos sonidos. Al final de eso se trata, de divertirte haciendo canciones.
Ya no eres nueva en el mundo de la música, ¿cómo valoras el panorama musical? ¿qué cambiaríais? ¿en qué debe mejorar? Supongo que cambiaría tantas etiquetas, tantos prejuicios. La música no debe etiquetarse, debe escucharse.
Como comentabas, de ‘Little Tiny Blue Men’ a ‘La rama dorada’ has pasado del inglés al castellano, ¿por qué? ¿vas a combinar ambos idiomas o el cambio es definitivo? Bueno, el cambio vino por la semillita plantada por la pregunta de «¿por qué no cantas en español?”. Siempre he escuchado muchísima música en inglés, y cuando empecé a cantar comencé a hacerlo en inglés. Pero es cierto que el español consigue que quien te está escuchando te entienda desde el minuto uno. Esto me ha permitido llegar a muchas más personas. Por ahora creo que el cambio es definitivo, pero también me gustaría escribir alguna canción en francés algún día.
Muchos cambios en muy poco tiempo, ¿cómo te definirías? ¡Uy!, ¿musical o personalmente? Personalmente me gusta mirar a las estrellas e imaginarme otros mundos, la astronomía me encanta. Soy una persona con muchos miedos, hacer música hace que se me olviden.
Provienes del mundo de la interpretación, ¿por qué decides dar el salto a la música? Yo antes trabajaba como actriz y siempre había sido la chillona. Tengo un timbre de voz muy agudo y esa era yo, la de la voz de pito. Un día descubrí que tenía oído musical y que ese agudo insoportable al hablar podía convertirse en algo especial cantado. Fue muy emocionante descubrir que podía cantar bonito y fue natural. En mi opinión, cuando algo te sale de una manera natural hay que explorarlo, hay que investigar dónde te lleva y eso hice. Me lancé al vacío y no me arrepiento para nada.
Dicen de ti que eres una de las cantautoras nacionales con más futuro por delante, eso es que tiene que haber mucho trabajo por detrás… Me sonrojo, la verdad es que llevo un horario de oficina. Me levanto, desayuno, y cojo la guitarra hasta la hora de comer. Después, continúo hasta la noche. Si quiero que esto sea mi trabajo debo comportarme como tal, así que intento ser muy disciplinada. En mi caso, generalmente doy primero con la melodía, pero también, cada canción es un mundo.
¿Qué puede esperar el público del Cotton de Bilbao en tu próximo concierto? Me acompañarán Sara Altez con el bajo y Rakel Robayna con los teclados y lanzando bases que son maravillosas. No tenemos ninguna pretensión más que pasar un rato especial, de esos que te calman, alegran o ponen a bailar el alma en esta era en la que andamos tan desconectados de nosotros mismos.
Por último, planes de futuro...Ya tengo las canciones de mi tercer disco compuesto, ahora nos vamos de gira con ‘Girando por salas’ y a la vuelta, tercer disco. Texto de Adrián Blanco. Fotografía de Doble Lente.