Oleanna. Lucha de poder en el aula.
Natalia Sánchez encarna a una estudiante que se enfrenta a un profesor (Fernando Guillén Cuervo) en esta versión de una obra escrita por David Mamet en 1992, que explora el controvertido tema del acoso sexual.
El acoso está desgraciadamente de actualidad, ¿crees que esta obra puede llevarnos a pensar en el tema en más profundidad? Sólo el hecho de tratar el tema ya lleva a la reflexión pero además Mamet hace que nos replanteemos muchas cosas que damos por seguro en esta vida, si la sociedad en la que vivimos es machista o no lo es, qué vara de medir usamos para juzgar a unos y para otros…
En Estados Unidos la pieza llegó a ser muy polémica y algunos espectadores se enzarzaron en peleas a puñetazos en los pasillos, ¿en qué sentido es controvertida la postura de Mamet? Lo mismo que esta representación coincide con todos los casos que se están destapando ahora mismo de acoso sexual en el trabajo, la creación de la obra coincidió con una época en la que se dio un caso particular, el del juez Thomas, en un momento en el que el feminismo estaba en pleno apogeo y por fín empezaba a levantar cabeza y hacerse un hueco en la sociedad. Ahora no es tan delicado, la gente mide más las cosas pero sí que se genera mucho debate y discusión entre los espectadores. Hay gente que está súper de acuerdo con un personaje y otra que está totalmente en contra. Algunos consideran que la obra es machista, otros creen que es una crítica brutal al machismo…
¿Cómo es la psicología de Carol, tu personaje? Muy compleja. Al principio está muy poco empoderada y en una posición desfavorecida frente al profesor por ser más pequeña, por ser mujer, por ser,estudiante…él está a las puertas de un ascenso y ella está a las puertas de un suspenso. Pero en un momento dado giran las tornas. Ella representa a todas las personas que están discriminadas a nivel social, económico, político o sexual por el hecho de pertenecer a un grupo distinto al que tiene poder.
También se ven los pros y los contras del ambiente universitario. Habla del peligro que tiene el poder asambleario como algo que está hecho para ayudar a un alumno pero que si se utiliza mal puede destrozarle la vida, al igual que las leyes que sirven para ayudar a una mujer maltratada, si se emplean mal, pueden llegar a hacerle daño. Mamet juega un poco a eso, a demostrar que no hay buenos y malos y cómo abusamos cada uno de nosotros del poder que tenemos.
Es un duelo interpretativo entre Fernando Guillén Cuervo y tú… Le llaman duelo porque somos dos pero es como un viaje para nosotros. Mamet escribe muy bien a los personajes, Luis Luque hace un gran trabajo como director y Fer y yo le hemos puesto muchas ganas y nos dejamos la piel en el escenario porque el texto lo merece.
Has trabajado en teatro, cine, televisión, te has dedicado a la canción…¿te parece que alguno de estos campos es más exigente que el otro? Cada uno tiene una exigencia muy concreta. En el teatro no hay ningún corte y eso te obliga a estar muy activa y muy presente. El audiovisual es muy sufrido y hay que dejarse la piel pero es otro tipo de exigencia. Texto de Roberto González. Fotografía de Miguel Ángel de Arriba.