Dianne Reeves. Jazz directo al corazón.
“Beautiful Life” (2014) es el último disco en solitario de Dianne Reeves. Un trabajo que proyecta la forma de ser de la artista norteamericana. Las melodías de este álbum, más los toques improvisados que proyecte Reeves sobre el escenario, son algunos de los principales alicientes del próximo Getxo Jazz.
La vida de la vocalista de jazz, Dianne Reeves (Detroit, 1956), no se entiende sin la música. Diecinueve discos y cinco premios Grammy la avalan. Su gran mentor, el trompetista Clark Terry, la descubrió en una competición escolar hace más de cuatro décadas. Hoy, Reeves es una de las artistas más reconocidas a nivel mundial del estilo que surgió en el Nueva Orleans negro de los años 20.
En su época universitaria ya tocó junto a Terry en más de una ocasión hasta que Reeves eclosiona y comienza a volar en solitario en el mundo del jazz. En cualquier caso el factor que más ha influido en la carrera musical de Reeves es su familia. “Me ha ayudado e inspirado a la hora de hacer música”. Para la artista “la música es una forma de vida”.
Además, Reeves está muy agradecida de haber vivido los momentos que ha afrontado durante su vida. “Los tiempos en los que crecí, el momento en que me hice profesional, en el que la música de todos los estilos rompía fronteras, me hizo convertirme en la persona que soy”, afirma. “Entonces, y ahora también, había grandes músicos de jazz a los que seguir como referencia”, destaca Reeves.
Sobre la situación del jazz actual, Reeves cree que estamos ante un momento privilegiado de este arte. “Hoy en día hay muchas más instituciones, escuelas para conocer y hacerte un hueco en el mundo del jazz. Además, el jazz es un estilo presente a nivel internacional, los músicos jóvenes pueden expresarse a través de este estilo”. Para Reeves, el status quo del jazz no queda ahí: “Es un estilo, una cultura muy rica en la que cada vez hay más voces, más compositores y más artistas mujeres”.
Sobre cómo se relaciona la improvisación típica del jazz con los quehaceres de un vocalista, Reeves es contundente. “La voz es una parte muy importante de esta expresión que es el jazz”, subraya. “En este caso, la improvisación está relacionada con la conversación. Es como esta entrevista. Si mañana alguien me hace la misma pregunta, responderé algo parecido pero no de la misma forma. Eso es la improvisación”, reflexiona la artista.
Reeves habla de adaptarse al momento tanto durante los instantes de improvisación que requiere el jazz como a la hora de componer, cantar, tocar un instrumento, vivir. “Cualquier comportamiento de un artista es una reflexión del momento. Es decir, respondemos a lo que nos ocurre, nos afecta ahora”, explica la vocalista de jazz.
Sobre su próxima actuación en el festival de Jazz de Getxo, Reeves espera plantarse ante el público junto a otros cuatro músicos y transmitirles sus experiencias. Promete ofrecer un jazz “sin palabras, muy espiritual y que conecte con el corazón”. Texto de Adrián Blanco.