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Sidonie. Músicos hablando de música.

Sidonie-1

El próximo 28 de Abril, en Bilbao, podremos disfrutar de nuevo de la presencia de Sidonie, uno de los grupos de referencia del denominado indie estatal. En esta ocasión vienen a presentar su último trabajo, “El peor grupo del mundo”, un disco plagado de nostalgia donde la banda catalana habla, sobre todo, de música y de músicos.  

Hablemos de “El peor grupo del mundo”, un disco sobre música escrito por músicos…Así es. A mí me encanta leer biografías y ensayos sobre músicos y me encantaría hacer una porque siempre he dicho que soy un periodista musical frustrado, pero lo que pasa es que no tengo tiempo. Así que la única opción que tenía era hacer canciones que hablaran de esto, de nuestra pasión por el pop, que es de lo que siempre hablamos entre nosotros, y lo que hemos hecho es trasladar esas conversaciones a canciones y en eso se ha convertido el disco.

A lo largo del disco nombráis a Elvis, Brian Eno, Los Ramones, Los Doors, Morrisey, Lori Meyers, Mi Capitán, Jota, Egon Soda… ¿Todos os han influido de alguna forma? Claro, lo bueno que tiene Sidonie es que cuando nos hacen una entrevista nunca ocultamos nuestras influencias, estamos muy orgullosos de la música que escuchamos y lo que nos gusta es compartirlo con la gente. Ahora hemos dado un paso más allá al citar todos estos nombres que nos han marcado, sean antiguos, actuales, extranjeros o de aquí, en el estribillo de “Carreteras infinitas” y “El peor grupo del mundo”, nos encanta y es como hacer un guiño o como un juego de “tú conoces esto, yo también y si no lo conoces te gustaría…”

¿También es una forma de no encasillaros en un determinado estilo? Sí. A nosotros, cuando empezamos, se nos asociaba con la psicodelia porque hacíamos algo muy influenciado por Los Beatles del 66 y del 67 y este sambenito lo arrastramos todavía a día de hoy porque nos siguen preguntando “¿Dónde quedó la psicodelia?” Y yo siempre digo que, en realidad, sigue estando, nunca la hemos dejado… pero es sólo un tipo de música más de las que escuchamos entre millones de otras cosas que nos gustan. A nosotros lo que nos encanta son las canciones, ya sean de Sinatra, de Patti Smith o de George Harrison… nos encanta recibir esas emociones de gente que ha sido muy grande en el mundo de la música.

En la nota de prensa también reivindicáis a toda la gente que ha hecho algo en la música por pequeño que sea… ¿Sabes qué nos pasa a los compositores? Que estamos tan obsesionados con cantarle al desamor que a veces se nos olvida cantarle a la música, que es nuestra pasión, a lo que nos dedicamos y que además es algo que podemos compartir con muchísima gente. Nosotros hemos tardado ocho discos en hacerlo y ahora me arrepiento de no haberlo hecho antes.

En la producción habéis vuelto a contar con Santos, Fluren y Ricky Falkner que ya casi forman parte de la familia Sidonie…De hecho Santos me ha hecho padrino de su primera hija, así que somos familia casi de verdad. Yo estoy encantado, llevamos toda la vida con ellos y es maravilloso haber encontrado estos compañeros de trabajo y además contar con Ricky que es uno de los talentos más grandes de España y tenerle como amigo…pues hay que aprovecharlo y por eso ha cantado en “Carreteras infinitas”. Yo no he visto ningún tipo con la capacidad musical que él tiene, hay muchos y muy buenos, pero creo que Ricky Falkner es único.

Aparte de hablar sobre música, el disco se podría dividir en tres bloques temáticos: uno en el que aparece el tema de la muerte tratado de una forma bastante natural como en “Fundido a negro” o “Atragantarnos”, otro bloque más metafísico en temas como “No sé dibujar un perro” y luego un último bloque más “nostálgico” con canciones como “Siglo XX” u “Os queremos”… Me encanta que lo hayas separado por bloques y me parece muy divertida la idea. Empezando con el tema de la muerte que, aunque no debería, suele ser el más complicado, yo ya tengo 43 años y he aprendido que la muerte forma parte de la vida y debería ser algo natural, pero la religión ha hecho de esto algo muy oscuro y tenebroso y es una pena porque es el ciclo natural de las cosas y mi manera de enfrentarme a la muerte es haciendo canciones que toquen el tema, simplemente. Canciones como “No sé dibujar un perro” supongo que salen porque estaba un poco agotado de ser tan claro y literal en las canciones y me apetecía jugar un poco con las canciones y ser más surrealista. Y, finalmente, en cuanto al tema de la nostalgia, te diré que yo soy muy nostálgico, aunque eso no quiere decir que siempre esté mirando hacia atrás, simplemente creo que, para mirar hacia adelante, a veces ese momento de recogimiento y mirar lo que has hecho en la vida y revisar los momentos gloriosos y no tan gloriosos pueden ser un buen ejercicio.

Nostalgia que, por cierto, siempre aparece relacionada con la música…Es que yo, todos los recuerdos que tengo, están relacionados con la música, incluso los de mi infancia. Tengo la suerte de que mis padres eran muy aficionados y en casa había una buena discografía de todo: Serrat, LLuis Llach, Los Beatles, Sinatra, mucha música clásica… siempre han estado ahí y por eso es tan importante la música para mí.

En 2017 cumplís 20 años de carrera. ¿Qué cambios habéis notado en todo este tiempo? En realidad es en 2018 ya que Jesús, el bajista de Sidonie, llega en 1998. Lo que vivimos ahora no tiene nada que ver con lo de hace 20 años; por un lado tienes que pensar que, cuando empezamos, todavía cobrábamos en pesetas y prácticamente no había Internet, que supuso un cambio al que nos tuvimos que adaptar todos, y creo que fue un proceso muy interesante. En el tema estrictamente musical, hemos visto nacer y separarse muchas bandas y lo bueno es que siempre hay talentos nuevos increíbles y que, por lo menos en lo artístico, no hay crisis ninguna. Pero lo único que no ha cambiado es que seguimos sin tener apoyos de ningún tipo y que hemos tenido que peleárnoslo todo nosotros solos. Es una pena que, en 20 años, no se haya visto un avance de ningún tipo en este aspecto, porque sigue habiendo promotores que apoyan a músicos extranjeros en vez de a los de aquí, igual que los periodistas musicales e incluso entre las bandas he visto cosas desagradables de no apoyarse las unas a las otras. Tampoco hay intercambio entre grupos de aquí y grupos de Latinoamérica, y ya no digamos grupos del norte de Europa o americanos, que ya tienen su música y no quieren nada que venga de fuera… ningún gobierno ha apoyado la música y con este panorama es un milagro que se sigan formando nuevas bandas porque es un salto al vacío total, y no sé dónde vamos a parar con un país donde no apoyan su cultura.

Otra cosa que no había hace 20 años era tantos festivales. Después de haber participado en tantos ¿preferís tocar en salas pequeñas o en estos grandes escenarios? A mí me gusta que convivan las dos cosas. Te confieso que me encanta estar en festivales donde se viven experiencias muy especiales porque compartes público y escenario con otras bandas, las charlas, la energía que hay en el backstage,… es la única vez al año que te juntas con colegas de profesión con los que tienes mil cosas de las que hablar. Ahora, hay algo que es insuperable que es la cercanía del público que te dan los conciertos en salas y esa energía es única. Pero, como te digo, lo ideal es poder mantener una gira de salas y una de festivales aunque es complicado, porque la gente no tiene dinero y prefiere ahorrar para ver a mil grupos en un festi y aprovechar para estar en la playa, de fiesta… lo es normal pero lo que pasa es que un grupo solo se puede expresar de una forma total en una sala donde puede hacer su repertorio largo y desarrollar todo su potencial.Texto de Sergio Iglesias.

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