Oliver Stone, Joseph Gordon-Levitt y Shailene Woodley. La red que nos vigila.
En San Sebastián hablamos con Oliver Stone y con los actores Joseph Gordon-Levitt y Shailene Woodley con motivo de “Snowden”, el nuevo thriller del realizador neoyorquino que dramatiza la vida del antiguo agente de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) que filtró documentos clasificados como alto secreto, generando un debate acerca de la constante vigilancia a la que los ciudadanos se ven sometidos por parte del Estado.
En 2014 se estrenó “Citizenfour”, un documental de Laura Poitrias que trataba de ofrecer algo de luz sobre el caso de Edward Snowden, que se puso en contacto con ella y rebeló su versión de la historia cuando ella y otros periodistas le entrevistaron en un hotel de Hong Kong. El largometraje ganó el Oscar en su correspondiente categoría y puso sobre la mesa un debate que provoca opiniones polarizadas en Estados Unidos. Un par de años más tarde el siempre inquieto Oliver Stone trata de ofrecer una versión complementaria de aquel filme, centrándose en la parte humana del personaje. El realizador de “Nacido el 4 de julio” acudió al Zinemaldi con un discurso crítico sobre el gobierno de su país, comparando el régimen de vigilancia de Estados Unidos con la Stasi y señalando que Obama no había mejorado las cosas en este sentido, una idea que también expresa Snowden en el filme. Como otras obras recientes de Stone, la película resulta algo irregular pero, pese a sus altibajos, consigue mantener el interés durante su prolongado metraje gracias a ciertos momentos de tensión y la buena labor de sus protagonistas: Joseph Gordon-Levitt (“Origen”, “Don Jon”) y Shailene Woodley (“Los descendientes”, la saga Divergente), que encarnan respectivamente a Snowden y a su novia, Lindsay Mills. Tuvimos la oportunidad de hablar, junto a unos pocos medios, con Oliver Stone y con la pareja de actores protagonistas.
¿Qué te llevó a dirigir este filme a pesar de que ya existiera “Citizenfour”?
OLIVER STONE: “Citizenfour” es una buena película pero está rodada en tiempo real durante seis días en Hong Kong. Pone mucha atención a la tensión del momento pero no llegas a aprender mucho sobre los programas que se empleaban en la NSA y era importante explicar esto al público que no tiene conciencia de nada de eso. Hablamos de la guerra cibernética y del uso de los drones y de un sistema de vigilancia global que va mucho más allá de experiencias pasadas. Es de una magnitud increíble y se realiza sin ningún consentimiento democrático. Como se dice en la película el pretexto es el terrorismo pero es una cuestión de control social y económico a nivel global y sobre todo el mundo.
Has dirigido películas con un contenido histórico o político y otras más centradas en la acción. Tanto en unas como en otras ¿crees que es importante ofrecer entretenimiento para interesar al espectador?
O.S.: Por supuesto. La mayor parte del público no ve documentales. Los únicos documentales que tuvieron algo de repercusión fueron “Fahrenheit 911” de Michael Moore- y aún así no tuvo mucho efecto porque Bush fue reelegido- y “Una verdad incómoda”. Esta historia es difícil de comprender y la mayoría de los ciudadanos americanos, que no están tan educados, despreciaron a Snowden inmediatamente por ser una persona que había filtrado información secreta. Les llevó años comprender lo que podía significar la figura de un delator en este caso.
¿Crees que la situación que se muestra en la película podría modificarse con un cambio de gobierno?
O.S. : El problema es el sistema. Eso abarca al complejo de la industria militar, a la seguridad, la guerra de información, el uso de los medios por parte del gobierno…es tan gigantesco y hay tanto dinero en juego que no creo que ningún candidato pudiera cambiar las cosas, a menos que se tratase de alguien que fuera completamente en contra de la corriente. E incluso si eres presidente tu poder es limitado como demuestra el incidente con John Kennedy. Le pusieron fuera de juego, en mi opinión, porque iba demasiado contracorriente. Ahora nos encontramos con un sistema en el que no hay diferencia en que gobiernen demócratas o republicanos. Es un país en guerra que basa su economía en lo militar. Tenemos que encontrar enemigos y si no los hay, los creamos. Cuando se acabó el comunismo había que encontrar otro rival y ese fue Manuel Noriega. Se le consideraba el nuevo Hitler. Luego fue El Chad, Libia, Gadafi…Después Putin, los rusos, los chinos, los armenios…no tiene fin.
¿Y qué puede hacer el ciudadano común?
O.S.: Creo que podemos tener conciencia de la situación, luchar con todo lo que esté en nuestras manos. Si no lo haces te conviertes en parte del rebaño y si decides vivir así eres libre de hacerlo. Yo prefiero vivir sobre mis pies y no sobre mis rodillas. Snowden sugiere el cifrado de datos. También podemos protestar, reflejarlo en películas, libros, contarlo a través de la prensa…
¿Te identificas con Edward Snowden?
O.S.: Hice la película desde un punto de vista dramático. Traté de ponerme en su piel y descubrir lo que pensaba y sentía. Sí, me identifico con él. Pero él hizo esto con veintinueve años y yo no tenía ese tipo de conciencia a los veintinueve. Además él es mucho más contenido de lo que yo nunca fui. En esos años yo estaba bajo los efectos de la bebida, las drogas, era más mujeriego…hice todo lo que pude para romper las normas. Tiene una personalidad diferente a la mía. Es menos sociable de lo que yo era.
¿Por qué consideraste que había que dar relevancia al personaje de Lindsay Mills?
Porque la gente se hubiera aburrido si sólo fuera una película técnica sobre espionaje y ordenadores. Es importante para mostrar al hombre, para descubrir quién es. ¿Sería la misma persona y tendría el mismo coraje para hacer lo que hizo? Tal vez. Pero no tenía muchos amigos con los que quedara después del trabajo. Su único contacto con el mundo era y es Lindsay. Eso nos quedó muy claro cuando hablamos con él, que a él ella le importa mucho. Eso es muy humano y le da a la película una identidad.
«El problema de Estados Unidos está en el sistema. No se trata de que gobiernen demócratas o republicanos. Es un país en guerra que basa su economía en lo militar. Tenemos que encontrar enemigos y si no los hay, los creamos», Oliver Stone.
Joseph, uno de los aspectos que más llama la atención de tu interpretación de Snowden es la manera en que imitas su voz. Ya has realizado otros trabajos camaleónicos antes como tu encarnación de Philippe Petit en “El desafío” pero ¿te preocupaba que esa imitación distrajera de los sentimientos que tiene que expresar el personaje?
JOSEPH GORDON-LEVITT: Una de las primeras cosas que trato de averiguar cuando compongo un personaje es cómo va a hablar. Si se trata de alguien real que ha respondido entrevistas y dado muchas charlas ya sabes que tiene un modo muy específico de hablar. Para mí la voz no está tan disociada de lo que es el personaje en el interior. Para mí conseguir la voz, la postura y la manera de andar correctas es lo que va a reflejar quién es el personaje en el fondo. El tiempo que pasé escuchando su forma de hablar me llevó también a analizar quién era y por qué había actuado de esa manera.
Lindsay Mills era una persona menos conocida. ¿Tuviste más libertad a la hora de interpretarla?
SHAILENE WOODLEY: Lo bonito de Lindsay es que cuando la historia salió a la luz ella seguía interesada en mantener su privacidad y admiro eso de ella. No tuve la oportunidad de conocerla hasta una semana después de empezar la producción pero Oliver y su guionista Kieran Fitzgerald la conocieron así que tenía un poco de información interna y algo de lo que se sabía por los medios, pero realmente no sabía mucho sobre ella antes de que empezáramos a rodar.
«Una de las primeras cosas que trato de averiguar cuando compongo un personaje es cómo va a hablar. Para mí conseguir la voz, la postura y la manera de andar correctas es lo que va a reflejar quién es el personaje en el interior», Joseph Gordon-Levitt.
¿Trabajasteis mucho para que funcionara la química entre Edward y Lindsay?
J.G.L.: En efecto. Hay un montón de información sobre las opiniones de Snowden y su postura política pero no hay apenas información sobre él como ser humano. Su relación más importante en la vida es la que tiene con Lindsay. Ed tiene mentalidad lógica de ingeniero y Lindsay es una artista con un pensamiento más libre. El abuelo de Snowden trabajó en el FBI y él creció pensando que el gobierno hacía lo correcto mientras que Lindsay se cuestionaba más este tipo de cosas. Ella tuvo mucha influencia en Ed y eso lleva al drama que vemos en la película.
En “Citizenfour” Edward dice que los medios se fijan demasiado en la personalidad más que en los hechos. Pero ahora “Snowden” se centra precisamente en la identidad del personaje.
J.G.L: La verdad es que Edward se sentía algo avergonzado e incómodo de que se estuviera rodando una película sobre su vida. Sé que yo también me sentiría igual si se hiciera una sobre mi vida y mis relaciones sentimentales. Pero a él le importa menos su confort personal que el hecho de que se discutan los temas por los que está luchando. Y si no fuera por estas películas no se estaría hablando de la privacidad de las personas, la responsabilidad del gobierno y del futuro de internet en un festival de cine como este.
Como actores, ¿notáis alguna diferencia a la hora de realizar una película como esta, basada en hechos reales, o una de ciencia-ficción?
S.W. Lo que resulta divertido de ser actor es ponerse en la piel de otras personas y tomar contacto con diversas partes de tu forma de ser. Para mí no es necesariamente muy distinto interpretar a un personaje de ciencia ficción o encarnar a alguien más mundano. Esta es la primera vez que doy vida a alguien que existe en realidad y en ese sentido sí había algo más de presión porque no se trataba sólo de hacer un buen trabajo desde el punto de vista artístico sino también de proteger la integridad de Lindsay Mills.
«Para mí no es necesariamente muy distinto interpretar a un personaje de ciencia ficción o encarnar a alguien más mundano. Esta es la primera vez que doy vida a alguien que existe en realidad y en ese sentido sí había algo más de presión», Shailene Woodley.
En el filme se transmite la idea de que no tienes que estar de acuerdo con los que gobiernan para ser un patriota. ¿Es Oliver Stone un patriota?
J.G.L.: Creo que sí lo es. Aunque esa pregunta nos lleva a otra: ¿qué es ser un patriota? Hay un tipo de patriota al que le parece bien todo lo que hace su gobierno sin importarle lo que sea y luego hay otro tipo de patriota que es el que se hace preguntas. Y eso sólo es posible en una nación libre, en una democracia. Hay un montón de países en el mundo en los que al pueblo no se le permite estar en desacuerdo con su gobierno. Es un privilegio poder tener ese tipo de conversación acerca de lo que hacen los gobernantes.
Joseph, tú dirigiste una película, “Don Jon”. ¿Te inspira para tu trabajo rodearte de directores como Oliver Stone?
Sí, te agradezco que lo menciones. Obviamente cuando trabajo con otros directores trato de aprender lo más posible. Pero sobre todo cuando no estoy dirigiendo puedo concentrarme simplemente en actuar. Cuando diriges tienes que seguir la pista a cualquier pequeño detalle de la película pero cuando actúas te vuelcas sólo hacia tu interpretación y es maravilloso poder descansar y ponerte en las manos de un gran cineasta.
¿Qué opina Snowden del filme?
J.G.L.: Lo ha apoyado mucho. Tuve la oportunidad de conocer a sus padres en uno de los pases y su madre me dijo que yo le recordaba a su hijo. Ha sido una de las respuestas más emocionantes que he recibido sobre uno de mis trabajos y lo digo sin exagerar. Texto de Roberto González.
«Snowden», dirigida por Oliver Stone y protagonizada por Joseph Gordon-Levitt, Shailene Woodley, Rhys Ifans y Nicolas Cage, se estrena el 14 de octubre.