Alberto Rodríguez. A repetir el éxito de ‘La isla mínima’.
El cineasta sevillano nos habla de su nueva película, “El hombre de las mil caras”, que compite en el 64 Festival de Cine de San Sebastián, del vértigo del triunfo y de su ambiciosa serie de televisión “La peste”.
Como sucedía en “La isla mínima”, la trama de tu nuevo film, aunque transcurre en el pasado, se podría traer a nuestros días… Desgraciadamente, es una cosa que se sigue repitiendo: podría cambiar las siglas políticas y los personajes, pero sería exactamente la misma historia. Lo que hace especial la historia de Roldán fue la fuga y lo turbio que fue todo: cómo lo enredó el personaje de Paesa, pero podríamos cambiarlo todo y seguiría siendo lo mismo, de hecho, la cantidad de dinero que se llevó Roldán es miserable con lo que estamos viendo en la actualidad.
Sí, lo que entonces fue un escándalo, hoy lo desayunamos cada día. Sí, con normalidad: es terrible. En cierto modo consideré que la película era oportuna, que por desgracia se reproducía una y otra vez: los casos Bárcenas o Gürtel son bastante escandalosos… Es curioso, cuando leía el libro de Manuel Cerdán en que se basa mi película, no entendía lo que eran exactamente los paraísos fiscales, pero hoy en día cualquier ciudadano los conoce.
En el casting de tu nuevo film tienes a pesos pesados como Eduard Fernández, José Coronado y Marta Etura, que sorprende con un papel tan maduro… Ha sido un gusto trabajar con ellos, tan listos y con tantas películas detrás. A José lo conocía personalmente y me parece encantador. A Eduard no lo conocía, pero había visto su trabajo y su capacidad increíble de transformación. A Marta tampoco la conocía personalmente y también fue una gozada tenerla en la película. El papel más complicado fue el de Carlos Santos, pues tenía que hacer un trabajo con un referente (Luis Roldán) que formaba parte del inconsciente colectivo. Curramos mucho con los actores en los ensayos, durante mes y medio, y de rodaje tuvimos diez semanas entre Madrid y París, sin incluir los traslados: terminamos en octubre, pero luego tuvimos que ir a Singapur y Ginebra.
¿Cómo te enfrentas a las comparaciones, tras el éxito brutal de tu anterior película? Hay que tomárselo con cierta filosofía, porque es muy difícil repetir el éxito de la anterior. Hemos tratado de despegarnos de la anterior y hacer una película que el público la disfrute.
Vuelves a competir en el festival de Donosti… Un gustazo, con ir soy feliz: siempre me han tratado estupendamente y lo he pasado genial ahí. Y mis películas han salido reforzadas de cara a la taquilla: si ocurre lo mismo, me vuelvo súper contento.
¿Y qué puedes contar de la teleserie “La peste” que estás preparando? Transcurre en la Sevilla del siglo XVI, la ciudad más importante económicamente de Occidente entonces, donde se hablaban hasta 80 lenguas: el oro de América llegaba por el río y los banqueros de toda Europa lo esperaban para administrarlo. Había un submundo muy peculiar, con el diez por ciento de la población de raza negra: unos esclavos y otros libertados. Era una gran metrópolis. Me surgió la idea al pensar cómo sería la ciudad entonces, con su mancebía: un barrio de prostitutas donde se pagaba un diezmo a la iglesia para entrar. Texto de Alfonso Rivera.