Pilar López de Ayala. La vida al volante.
La actriz madrileña, a la que no veíamos desde “Intruders” en 2011, regresa junto a un gran reparto en una comedia coral de Manuela Burló Moreno en torno a una serie de historias que se desarrollan en diversos vehículos con un programa de radio de Julia Otero como telón de fondo.
En los últimos años has espaciado mucho tus proyectos, ¿a qué se ha debido? A raíz de la crisis muchos proyectos se quedaron sin financiación en España y me fui a probar suerte a otros países para poder seguir actuando. Hice una película en Nueva York que aquí no se ha estrenado, y después de estar viajando por países donde se habían estrenado con bastante éxito películas en las que yo participé, decidí que quería continuar con mis estudios; pero no sabía dónde… Y, casualmente, hablé con un amigo de E.E.U.U. que dejaba su casa para irse a vivir fuera y me dijo que me podía quedar allí una temporada; así que se me despejaron las dudas logísticas de golpe. Pedí dinero al banco y me fui para allá. Después de dos años estudiando me ofrecieron “Rumbos” y “El manuscrito”, otra película pendiente de estreno, y me pareció oportuno hacer una pausa de estudios para hacer lo que más me gusta, actuar. Mi sueño es compaginar las dos cosas.
¿Qué es lo que más te interesó de “Rumbos”? El hecho de abordar un personaje que no había hecho antes. Y que a pesar del tono ligero y algo disparatado por momentos, habla de historias cruzadas donde los personajes están en un momento en que las decisiones que tomen van de alguna manera a definir el resto de sus vidas; y eso le daba una trascendencia. Una historia siempre depende de la manera en que se cuente pero después de una conversación con Manuela (Burló Moreno, la directora) me decidí. Me dijo que había escrito el personaje pensando en mí y que después de ver “Besos para todos” de Jaime Chávarri quería explotar un lado menos visto.
¿Cómo describirías a tu personaje? ¿Tiene más de cómico o de dramático? “Rumbos” es más una dramedia, y tiene algo de road movie y de melodrama, pero contado todo con ligereza y humor. Parte de la comicidad viene del mismo drama, de lo absurdo de situaciones cotidianas identificables para todos; y también de la actitud de los personajes frente a esas situaciones.
Aunque hay varios personajes y no se pueden desarrollar todas las historias, tiene la habilidad de no caer en el estereotipo. El desafío interpretativo era crear un personaje que pudiera ser creíble e intentar darle colores; actuándolo con verdad, a pesar de no ser este muy extenso en el papel. Lucía es una mujer que quiere ser normal, llevar una vida convencional: comprar una casa, hacer una familia, ir a clases de pilates… pero se da cuenta de que su pareja no tiene los mismos planes y se convierte en víctima de una manipulación que le lleva a afrontar su vida de una forma totalmente inesperada y a entender que no hay mal que por bien no venga.
Manuela Burló Moreno dice que no os dejó improvisar… ¿eran muy precisos los diálogos? Manuela es muy precisa en sus indicaciones. A veces busca simplemente un tono y no para hasta que lo escucha. En ese sentido transmite la seguridad de quien sabe lo que quiere. Estaba muy receptiva a las diferentes propuestas de actuación y parecía algo más apegada al texto, pero yo soy muy respetuosa con los textos, aunque también puedo hacer una propuesta si hay algo que no me suena coloquial, pero si no me lo compran lo respeto absolutamente; parte de mi trabajo consiste en arreglármelas para hacerlo igualmente creíble.
¿Es más exigente una película como esta que se respalda principalmente en los actores que otra con más elementos en pantalla? Creo que lo has explicado bastante bien, en realidad es una película bastante sencilla que se apoya en fragmentos cotidianos de la vida de unos personajes; intentando, supongo, recrear pedacitos de realidad. En ese sentido Manuela se queda con cada uno de ellos cuando toca contarlos y eso permite una continuidad que, personalmente, agradezco como espectadora. Respecto a la forma de rodarlos fue bastante parecido a otras ocasiones, haciendo tomas para cubrir todos los ángulos. Mi reto era hacer una Lucía creíble y elocuente, y conseguir una evolución en un tiempo más limitado que el que existe normalmente para componer un personaje. Ha sido un desafío porque había noche y mucho llanto, pero disfrutable también por las características de mi personaje que, al fin y al cabo, le pone humor a la vida.
Has trabajado en algunas coproducciones y películas extranjeras, ¿cómo fue la experiencia? ¿Qué proyectos tienes de cara al futuro? Aunque venía participando en algunas coproducciones, las últimas películas no lo han sido. “Night Has Settled” es una película íntegramente americana. También tengo pendiente de estreno “El manuscrito”, una producción italiana. Entre los proyectos a futuro tengo “Blanco en Blanco” de Theo Court, para rodar en la Patagonia chilena a finales de este año y principios del que viene. Y más a corto plazo y sin concretar, hay una comedia italiana, otra española, y un proyecto de televisión en España que estoy estudiando. Texto de Roberto González.