Ainara LeGardon. Música de cemento y acero.
La artista bilbaína ha colaborado con Jaime de los Ríos en la instalación sonora “Caementum”, una propuesta enmarcada en el programa Labore con motivo de las actividades relacionadas con Donostia 2016. Además de esta muestra han tenido lugar otras intervenciones de artistas en otros cinco museos de Donostia.
¿Cómo se ha desarrollado el trabajo con el proyecto Labore durante la etapa de residencia? ¿Qué características especiales tiene el Museum Cemento Rezola? Se han desarrollado varias líneas dentro del proceso. Para llegar a la instalación final ha sido necesario realizar un estudio previo, una búsqueda en la historia y condiciones del barrio, la fábrica y el propio museo. Conocer los procesos industriales que se llevan a cabo en Rezola, y dejar que ese contexto de producción empapara nuestro proceso artístico. El museo es un lugar muy especial para los habitantes del barrio, quienes lo visitan frecuentemente y utilizan como punto de encuentro. Es un lugar vivo, y para nosotros era importante mostrar esa característica.
¿Cómo habéis organizado el trabajo entre Jaime de los Ríos y tú? Jaime y yo ya habíamos convivido y trabajado juntos previamente, por lo que sabemos que nuestros diferentes lenguajes artísticos encuentran siempre una zona de intersección en la que ambos nos enriquecemos con la visión y aportaciones del otro (como Jaime describió en la presentación, “descodificamos la vida de forma distinta” cuando estamos con el otro). Jaime se encarga de toda la parte digital y la relacionada con las nuevas tecnologías, y yo con el diseño sonoro, desde lo analógico y orgánico. Dicho esto, los dos hemos participado desde el primer día en todo el proceso: desde el trabajo más teórico desgranando las capas de referencias y significados que podría contener la pieza, hasta la realización de moldes para los artefactos de cemento con micrófonos embebidos.
¿Qué acogida tuvo el concierto que ofrecisteis en el museo? Quedamos muy contentos con el resultado de la muestra. Nos gusta llamarla así, pues nuestra interpretación no fue más que una de las posibles experiencias que, como instalación-instrumento, ofrece “Caementum”. Fue muy bonito ver entre el público desde conocidos artistas sonoros hasta los jubilados del barrio. Mujeres de setenta u ochenta años, interesadas en comprender cómo de aquellos bloques de hormigón podían salir los sonidos que marcaron su infancia (la sirena de la fábrica, los molinos, etc.).
¿De qué maneras podrá interactuar el público con la exposición que puede visitarse hasta mayo? “Caementum” es una instalación “inmersiva” en la que el/la visitante puede sentir, más allá de escuchar y ver. Será quien, al tocar y manipular los artefactos, los haga vibrar y sonar (a través de unos sensores conectados a varios amplificadores). Dispondrá de la oportunidad de controlar los volúmenes y las texturas, que serán recogidos por otro micrófono que enviará una señal a un ordenador. Mediante un algoritmo ese sonido se representará en imagen, que podrá verse a través de un bloque de hormigón translúcido. Se han aprovechado elementos y materiales ya existentes en el entorno de Rezola, a los que hemos dado un nuevo uso. En “Caementum” hemos dotado al cemento y al hormigón de capacidad tanto sonora como visual. Y ¿por qué no? Capacidad, también, evocadora. Texto de Roberto González. Fotografía de Rafa Rodrigo.
“Caementum” podrá visitarse hasta mediados de mayo en Museum Cemento Rezola. Más información en http://dss2016.eu/eu/