Mai Egurza. La noche es para los soñadores.
La dibujante de Irún ilustra un guión del belga Zidrou, sobre una misteriosa epidemia de sonámbulos que comienza con un policía que se despierta accidentalmente cada día en casa de una joven a la que no conoce de nada. El uso del color y la expresividad de los personajes apoyan esta historia entre onírica y costumbrista.
¿Cómo llegaste a realizar esta colaboración con Zidrou? La primera vez que estuve en el salón del cómic de Angouleme fui en el autobús de la Escuela Joso con algunos de los profesores a los que yo ya conocía. Llegamos temprano y fui con ellos a una cafetería donde algunos habían quedado con Zidrou. En aquel momento yo aún no había leído nada suyo, aunque sabía que tenía mucho éxito. Empezaron a enseñar portafolios y por coincidencias yo tuve que llevar uno también, así que fue de mano en mano y terminó en las de Zidrou. Me dio su opinión y empezamos a intercambiar emails. Hablamos de posibles proyectos durante un año. Al año siguiente me llegó un email de Zidrou en el que hablaba con los editores de Norma sobre las condiciones de “El paseo de los sueños”. Se trataba de un guión que Zidrou había escrito tiempo atrás, pero que adaptó para que encajara mejor conmigo. A él le habían gustado mucho unos dibujos de chicas gorditas que yo había hecho años atrás y le gustaba la idea de que la protagonista tuviera esas curvas. El diseño de Linh gustó a la primera, hice varias pruebas, pero la idea estaba clara. Fue con Nap con quien tuvimos algunos problemas, en aquella época a mi me resultaba más difícil dibujar hombres que mujeres y veíamos al personaje de manera diferente.
¿Cómo trabajaste el dibujo de esta obra? Unos meses antes de empezar con “El paseo…” me compré una Cintiq y aunque al principio me sentía un poco incómoda por dibujar directamente a ordenador hice varios trabajos con ella y le cogí “el puntillo”. Es más fácil corregir cuando se trabaja en digital. Hago todo el trabajo en photoshop. Me gusta imprimir las páginas a medida que avanzo para poder montarlas en un portafolio y verlas montadas una junto a la otra, da más perspectiva.
Hablando de perspectiva: tengo muy mala visión espacial, para todo. Soy capaz de dibujar fondos pero tengo que corregirlos tantas veces que decidí aprender a utilizar un programa de 3D para asegurarme de que no cometía errores muy gordos.
¿Cómo interpretas el mensaje y trasfondo de la historia? Cuando leí el guión no tuve claro qué quería contar Zidrou, pero si me pareció una historia agradable y con momentos muy simpáticos, otros más fantásticos… me gusta la mezcla. Sinceramente, creo que tengo que dejar pasar algo de tiempo y volver a leerlo “en frío”, porque creo que después de todo ese tiempo de trabajo no soy capaz de verlo con objetividad, jeje.
¿Tuviste plena libertad para hacer tuyo el diseño de los personajes protagonistas? Una de las cosas que más me gustan a la hora de trabajar con Zidrou es que da mucha libertad. De hecho me dio tanta que al principio me sentí muy confusa, no sabía cómo entenderlo. Después de haber pasado algo de tiempo con él creo que ya le entiendo mucho mejor, es un tío peculiar (está como una regadera), y hay que pillarle el punto. Para “El paseo…” él ya tenía una idea algo definida de los personajes, así que nos pusimos de acuerdo en cuanto a cómo debían ser. En el cómic en el que estoy trabajando ahora es distinto, este guión lo ha escrito pensando en mí, y en algunos dibujos de una estética que nos gustó, así que ahora tengo más libertad.
Hay algunas páginas que requieren un gran trabajo de ilustración como la secuencia de los tejados a doble página ¿te gusta hacer dibujos grandes como estos o prefieres la expresividad de los personajes en primer plano? Creo que se me da mejor dibujar personajes, probablemente porque lo disfruto más y eso es importante. Durante el cómic he ido aprendiendo y he intentado mejorar en los fondos. Ahora les estoy dando aun más importancia e intento tratarlos como a los personajes para que todo encaje mejor. Es un reto, porque me cuesta bastante, pero me gustan los retos, y me gusta aprender.
Procedes del mundo de la ilustración, ¿prefieres centrarte definitivamente en el cómic? He hecho varios cuentos infantiles y es algo que me ha venido muy bien para pulir mi estilo y mi proceso de trabajo, conseguir llegar bien a los plazos y ganar confianza. El trabajo de ilustradora me gusta mucho, me siento cómoda en ese terreno. En el cómic hay que tener otras cosas en cuenta, no hay zona de confort que valga, no puedes decidir “no voy a dibujar animales” porque si toca no te queda otro remedio. También tiene el añadido de narrar, de componer las viñetas y las páginas, de distribuir bien la información, los bocadillos… Me motiva mucho hacer cómic, tengo poca experiencia pero me gusta. Espero que se vaya notando una evolución en mi trabajo.
¿Tienes interés en realizar cómics sobre guiones propios o prefieres trabajar con guionistas? Me veo capaz de hacer alguna tira cómica por mi cuenta, eso no es problema, pero nunca se me ha dado bien escribir historias. Admiro mucho a los guionistas, no creo que yo fuera capaz de hacer su trabajo, tener tantas ideas y saber llevar el ritmo de las historias. No es un trabajo que quiera para mí, me siento más cómoda centrándome en el dibujo, que el guionista haga su parte y yo haré la mía. Además, me gusta tener un compañero de trabajo, sobre todo cuando hay confianza y siento que puedo aportar ideas.
¿Qué tienes pensado para el futuro? No tengo claro que vaya a quedarme en una sola disciplina: la ilustración me gusta mucho, y el cómic, además de gustarme, es aprendizaje constante, al menos para mí. Tengo mucha curiosidad y quisiera probar a animar algún día, aunque tampoco tengo prisa. Me gusta probar cosas diferentes, por ejemplo a principios de 2015 hice algunos diseños de personajes para una película de animación que está en producción ahora mismo. Texto de Roberto González.
“El paseo de los sueños” con dibujos de Mai Egurza y guión de Zidrou está publicado por Norma Editorial, tiene 68 páginas y cuesta 17 euros.
Preciosos trabajo Mai, enhorabuena.