Beatriz Carvajal. Locos muy cuerdos.
La intérprete de “La que se avecina” encarna a una mujer de sesenta años que debe ser ingresada de urgencia por una crisis de histeria en esta función cómica en la que comparte escenario con Sergio Pazos, Juanjo Cucalón y la hija de la actriz, Montse Pla.
¿Qué tiene de loca y qué de cuerda tu personaje? Es una mujer que pierde un poco la cabeza pero por hechos muy fuertes que le han sucedido en su vida. Necesita crearse una fantasía en la que estos diablillos rojos le hacen superar toda la soledad y las cosas que le han pasado. Es muy cuerda porque es capaz de tirar hacia delante.
Entonces, ¿hay un trasfondo dramático? El hecho por el que los personajes están ahí es dramático pero luego todo va en un tono muy cómico y romántico. Hay dos historias de amor. Somos cuatro personajes en la cual están el doctor y la doctora, Sergio Pazos y Montse Pla y Juanjo Cucalón y yo y es muy bonito ver cómo se llega a eso.
Uno de los autores de la obra, Arturo Roldán, es médico y psicoanalista. Sí, de hecho los personajes que interpretamos Juanjo Cucalón y yo están basados en casos concretos reales que ha tratado el coautor. El personaje de Juanjo tiene síndrome de Cotard, que son gente que piensa que es trasparente, que no pesan, que huelen mal, que son muy grandes o muy pequeños. Cuando la vida te pone en situaciones límites el cerebro se defiende con las cosas más insospechadas.
Trabajas junto a tu hija, Montse Pla. En televisión trabajamos juntas en la última temporada de “Compañeros” y allí coincidimos muy poco. Sin embargo aquí coincidimos mucho. Es estupendo poder trabajar con tu hija. Sobre todo porque a mi me gusta mucho que haya decidido hacer teatro, cosa que no suele hacer la gente joven ahora, y yo creo que ahí es donde se aprende de verdad esta profesión.
Desde que empezaste, ¿ha cambiado mucho el mundo del teatro? Ahora mismo hay más ofertas, aunque son distintas. Con la cuestión económica y el famoso veintiuno por ciento de IVA cada vez se montan funciones con menos personajes y siempre se tiende a que los personajes sean gente conocida. Así que han surgido los microteatros, las pequeñas salas de teatro donde los actores jóvenes afortunadamente pueden empezar a desarrollar su profesión. El teatro pese a todo está en una de las etapas en que está funcionando mejor.
También hay muchos espectáculos unipersonales, monólogos...Tú empezaste como humorista. Lo fui durante muchos años. Ahora mismo se hace un humor que me gusta más que él que se hacía antes. Yo creo que el humor es subirte a un escenario a contar la actualidad y darle la vuelta a lo que te duele para poder soportarlo. Eso es lo que se hace ahora, se cuentan cosas tremendas en tono de monólogo de humor. Eso está muy bien. Estuve en el mundo del humor muchos años y tuve que dejarlo porque debía elegir entre ser humorista o actriz y opté por lo segundo, aunque soy una actriz con más posibilidades cómicas que otra gente.
Te mantienes de actualidad gracias a las series de televisión, ¿crees que eso atrae al público joven al teatro? No lo sé. Llevo tantos años en esto que no sé si es antes el huevo o la gallina. Cincuenta años trabajando, que no está mal. Indudablemente la televisión te da una popularidad que la gente recibe y les gusta ir a verte porque les gusta lo que han visto en la tele. Si no les gustara no irían.
En tus inicios colaboraste en el “Un, dos, tres” ¿qué recuerdas del programa? Ahora mismo todos los programas concurso tienen algo que ver con el “Un, dos, tres”. Fue el programa concurso por excelencia. Tuve la suerte de estar allí durante tres o cuatro temporadas y mis recuerdos son muy buenos. Texto de Roberto González.