La mitocondria. Centro de Salud Buenavista en Portugalete.
En una zona de nuevo crecimiento de Portugalete se puede contemplar este equipamiento sanitario de reciente construcción y que pretende dar asistencia en un futuro no lejano a unas 16.000 personas. El primer reto, seguramente, era decidir sobre la adaptación o no a la acusada pendiente del terreno. La respuesta ha sido adaptarse mediante la disposición de un planta baja fragmentada en pequeñas piezas hacia el frente, facilitando los accesos y gracias a su crecimiento hacia el interior de la parcela hasta apoyarse en la ladera. La imagen resulta contundente y atractiva, a la vez que en sus formas redondas se hace más amable. El tratamiento conjunto de las dos plantas superiores hace creer que se tratara de un edificio de planta baja y planta piso. Este efecto es destacable, consiguiendo aminorar el impacto sobre el lugar, llevándolo a una escala más amable y cercana. Edificio con patio interior de doble altura iluminado desde la cubierta, como lugar de espera y encuentro que a su vez es el nudo de las circulaciones del edificio. Dentro de lo que resulta en esta tipología de edificios públicos como patio de operaciones y a su vez espacio representativo y multiusos. Resulta relevante el empleo del filtro lumínico y visual de lamas metálicas como segunda piel. A la manera de varios edificios recientes (como uno de los referentes más cercanos el nuevo Estadio de San Mamés), si bien aquí su empleo presenta una manera diferenciada a otros casos creando una sensación más heterogénea que dota al conjunto de mayor impacto formal y plasticidad, con el solo hecho de cambiar su orientación y color de unas a otras. El detalle es el hecho de que las lamas se interrumpen allí donde el edificio se asoma en sus zonas públicas a la fachada principal a modo de balcón, con un agradable efecto desde el interior de fondo de sala de espera recortando una vista del exterior. El edificio por lo demás se orienta de forma correcta en sus fachadas principales hacia el este (noreste y sureste), presentando hacia estas fachadas las salas de consulta, lo que favorece la luz de mañana, que viene a ser el horario de mayor uso del edificio. El deambulatorio perimetral al patio es de suficiente amplitud para posibilitar la espera de los pacientes sin la necesidad de duplicar pasillos y salas de espera. En el interior, resulta destacable el efecto de los falsos techos en los que se repite el movimiento oscilante de la cubierta del edificio. Permítanme la licencia, pero no me digan que sus fachadas no se asemejan a una mitocondria celular seccionada, más allá de la obligada referencia al edificio del Educatorium en el Campus de la Universidad de Utrecht realizado por el estudio OMA. Se trata en definitiva de un edificio interesante desde el punto de vista arquitectónico y que a mayores, y esto a veces no es así, resulta de un muy fácil uso y agradable para los usuarios, con una mínima transición exterior interior, ya que el patio central parece una continuidad de los accesos. Texto de Leonardo Ignacio González Ferreras. Fotografía de ASGA Arquitectos.