Cristina Castaño. Dram(edi)as de palacio.
La intérprete de “La que se avecina” se pone en la piel de una princesa que sufre por amor en esta versión de Amelia Ochandiano de un texto de Marivaux escrito en 1724. Un excelente elenco de intérpretes encabezado por Cristina Castaño. Iker Lastra, Itziar Atienza y Jacobo Dicenta le acompañan en el escenario en esta historia de intrigas, sobornos y corruptelas que recuerda sorprendentemente a la época que vivimos .
Cristina Castaño vive un buen momento profesional, compaginando su fama en televisión con otro tipo de proyectos, musicales y teatrales. En “El príncipe travestido” se pone en la piel de una mujer enamorada de un hombre misterioso, que pide a su mejor amiga que investigue el origen de su amado. Mientras tanto, el príncipe de Castilla ha pedido la mano de la princesa para poder unir su reino con el de Barcelona. Las intrigas y sobornos de unos y de otros darán pie a una función llena de risas y llantos.
¿Qué nos puedes contar de tu personaje y del argumento? Mi personaje es la princesa de Barcelona. La obra la escribió un autor francés, Marivaux, pero se desarrolla en España. La historia comienza con las dudas de la princesa porque se ha enamorado de un hombre del que no conoce el origen pero le consta que es un hombre noble, generoso, inteligente… pero, como princesa, ella considera que debería casarse con alguien de la nobleza o de la realeza, tal y como desea el pueblo. Le cuenta esto a su mejor amiga y ella le dice que si el hombre es noble de corazón no necesita ser noble de sangre. A partir de ahí ella naturalmente tira hacia adelante y así es como se origina la comedia pero también el drama, porque la princesa a lo largo de la función sufre, lo que pasa es que ese sufrimiento a veces también da lugar a situaciones de humor y es divertido verla pasarlo mal. Las indicaciones de la directora para mi eran que sufriera de verdad.
¿En qué sentido es actual la sátira? Para empezar se sitúa en España , aunque los temas que se tratan son universales: amor, desamor, traiciones, amistad…Dentro del palacio hay consejeros de estado, ministros, políticos… que lo que pretenden es lucrarse ellos mismos. Eso es lo que estamos viviendo hoy en día en España. El papel del político, que debería ser una persona que cuide del bienestar general, se reduce a utilizar su profesión para su propia ambición personal.
¿Cómo es la adaptación de Amelia Ochandiano? Es bastante fiel en cuanto a lo que sucede, lo que pasa es que ella ha metido música de Bach, y algunas escenas para explicar las cosas. También ha acercado bastante la obra original. Cuando ves la funcion no tienes la sensación de estar viendo un clásico en absoluto. Los personajes son absolutamente contemporáneos y la interpretación también. Y al público se le pasa la función volando y salen de ella habiendo reído y llorado con nosotros, palabras textuales de gente que ha venido a felicitarnos después de verla.
¿Y qué tal con los compañeros de reparto? Maravillosamente bien. Hemos hecho un grupo de gira muy bueno. Tenemos siempre muchas ganas de vernos los unos a los otros. En la función de Bilbao tendremos la incorporación de una nueva actriz, Itziar Atienza.
Con la cantidad de episodios que ruedas de “La que se avecina” ¿ya queda tiempo de hacer cosas? Cuando uno está viviendo una época de bonanza en esta profesión sabe que tiene que trabajar el triple porque no siempre dura. Yo llevo ya cinco años interpretando a Judith. Así que cuando me dan la oportunidad de salirme de ese personaje se agradece. Además los actores disfrutamos muchísimo con nuestro trabajo, es como un juego, y siempre queremos que venga más. Cuesta saciar nuestro apetito.
¿Te da buena fama Judith o a alguna gente le cae mal? Con Judith he tenido suerte, con Lydia de “Al salir de clase” no tanta. Allí hacía de mala y cuando hago de mala lo hago con ganas. Judith es una psicóloga un poco desaquilibrada que no cae mal. Aparte es una comedia y cuando los personajes tienen algo de maldad se lleva al extremo y como a la pobre le sale todo mal…Me siento muy querida y lo noto cuando represento la función.
¿Qué recuerdas de tus comienzos? Entré en “Al salir de clase” con veinte años, en la serie de mayor éxito de adolescentes con un personaje fijo, y estuve allí dos años. Esa época fue tan bonita como esta de ahora pero desde otro punto de vista. Entonces tenía a veinte y ahora treinta y seis años y se viven las cosas de forma diferente. Pero son momentos en la vida de un actor que tiene que aprovechar y disfrutar.
También compartiste escena con Concha Velasco. Tenía diecinueve años y fue lo primero que hice a nivel nacional y la primera obra de teatro que hice. Cuando yo me la encuentro por ahí, ya que coincidimos también en Herederos, ella siempre me dice “Recuerda que yo fui la que te descubrí”. Me hace mucha ilusión. Yo cuando era pequeña decía que quería ser como Concha Velasco, que presentaba, cantaba y actuaba, lo hacía todo ella. Como yo también soy bastante polifacética a nivel artístico me gustaba ver cómo una actriz podía hacer todas esas cosas. Fue un sueño cumplido poder subir a las tablas de su mano. Yo me quedaba entre bambalinas viéndola actuar a ella y aprendi muchisímo.
El tema del cante te va mucho, has participado en musicales y has cantado junto a Carlos Núñez… Me encanta, siempre que la profesión lo requiere de mi yo lo utilizo. Y aparte de mis conciertos con amigos en Madrid en bares y demas siempre intento sacarlo fuera. Soy muy cantarina, voy por los pasillos cantando. Texto de Roberto González