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April 19, 2024

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Jaume Balagueró. Pesadilla en alta mar.

REC4

Jaume Balagueró, el cineasta catalán más adicto al género del terror, vuelve a la carga, esta vez en solitario, con la cuarta entrega de la saga REC, subtitulada Apocalipsis. Porque, según asegura, será la última de una serie tan claustrofóbica, brutal, misteriosa, sangrienta y frenética como exitosa. Hablamos con él de ésta y de otras constantes de su inquieta e inquietante filmografía.

El primer REC, allá por 2007 y dirigido por Jaume Balagueró y Paco Plaza, nos presentaba a Ángela Vidal, una reportera dicharachera que, una noche en la que debía mostrar el trabajo de los bomberos y policías, acababa acudiendo con ellos a una casa barcelonesa donde parece que se había desatado la locura. El espectador era testigo directo y cercano, gracias a la cámara en mano que manejaba dicha periodista. No vamos a contar aquel final, donde una niña muy flaca y mala, con apellido portugués, tenía algo que ver. La película fue un bombazo, haciendo gritar a audiencias de medio mundo.
En la segunda entrega de REC, dos años después y orquestada por el mismo travieso dúo que la anterior, volvíamos a aquella casa maldita y apenas aparecía la reportera, pero sí se desvelaba parte del misterio que envolvía los sucesos inexplicables y tremendos que habían sucedido en la primera.
La tercera (con el subtítulo de Génesis) era otro cantar: dirigida por Paco Plaza en solitario, nos invitaba a una boda -la de Patricia Dolera con Diego Martín- amenizada por el Gavilán o paloma de Pablo Abraira, mientras los invitados se iban convirtiendo en zombies. Un despendole tan divertido como sorprendente con un final que era un festival de la sangre.
Ahora, con el cuarto capítulo, Balagueró en solitario nos devuelve al final del principio, o sea, de la primera parte, y al rescate de la reportera por los bomberos, que será llevada a un barco en cuarentena para evitar contagios. Pero lo que ocurre allí tendrás que descubrirlo tú mismo, querido lector, acudiendo al cine.
¿De dónde surge la idea de ubicar la acción, en lugar de un edificio como en la primera entrega de REC, ahora en un barco enorme, oxidado y siniestro? Cuando nos planteamos -Manu Díez, guionista- y yo la escritura de esta cuarta parte, teníamos claro que ya era el momento de salir del edificio de las dos primeras entregas. Había que salir de allí a toda costa. Pero al mismo tiempo queríamos mantener la claustrofobia como una de las señas de identidad de la saga. Así que enseguida nos planteamos la idea del barco, un lugar aislado en mitad del mar, perfecto para establecer una cuarentena. Un espacio oscuro y opresivo del que es imposible escapar, ideal para ubicar nuestra historia.
Si en REC3 dominaba el humor y el despendole, ¿qué impera en esta esperada cuarta entrega? Nos gusta la idea de que cada nueva película sea una propuesta nueva y diferente, aunque fiel al espíritu de la saga. En esta cuarta quisimos ofrecer una experiencia distinta, un viaje inesperado y lleno de tensión, una aventura trepidante de acción y de horror. Una montaña rusa de diversión, sin más pretensiones que eso: pasarlo bien.
¿Cuál crees sinceramente que es el secreto del éxito de la saga? Es difícil decirlo. Supongo que el impacto de la primera tuvo que ver con la experiencia hiperrealista que planteaba: la idea de la cámara subjetiva emulando un reportaje real permitía al espectador adentrarse en la historia casi como si la estuviese viviendo en tiempo real. La historia y el carisma de su protagonista (la reportera que encarna Manuela Velasco) también tienen mucho que ver. De todos modos, el éxito es siempre impredecible e inesperado. Casi un milagro.
¿Qué te diferencia, como cineasta, de tu colega Paco Plaza, codirector de algunas entregas de esta saga? No lo sé. Supongo que muchas cosas, como todos los directores. Cada cineasta es un mundo, posee una visión personal y una sensibilidad. Pero en nuestro caso, lo que ocurre es que también hay infinidad de cosas en las que nos parecemos. Y eso debe ser lo que hizo que lo pasáramos tan bien dirigiendo juntos.
Abres el festival de Sitges el día 3 de octubre ¿qué tiene ese certamen que no tengan otros a la hora de acoger una película como la tuya? Es un festival de género: eso lo hace perfecto. Y además fue en él donde se dio a conocer la primera película, donde se proyectó casi por primera vez. Eso lo hacía ideal para estrenar la última entrega de la saga. Acabar las cosas donde empezaron. Perfecto.
Se puede comparar Sitges con la semana de terror de Donosti en cuanto a la entrega del público a un género tan particular… ¿o el vasco es más bestia? Sí, el vasco es más bestia.
Tu carrera contiene dos tipos de filmes, unos más sosegados “Mientras duermes” y otros más frenéticos (REC)… ¿en cual de estos estilos narrativos te sientes más cómodo? Yo me siento cómodo en todas partes. Eso te hace sobrevivir y, sobre todo, ser más feliz.
¿Cómo ha afectado el paso del tiempo, siete años, a la evolución de la saga REC? Hemos querido que cada entrega sea una experiencia novedosa, una propuesta distinta, no repetir de nuevo lo que ya está hecho y ya funcionó. Más que el tiempo, creo que somos nosotros los que hemos querido hacerla evolucionar. Después de estos siete años, otra película con cámara subjetiva ya no iba a ser tan original, me temo.
Viendo la película, cuesta de veras pensar que no va continuar la saga…Las cosas podrían seguir eternamente, pero hay un momento en que hay que parar, y todos los implicados estamos de acuerdo en que ha llegado el momento.
Supongo que ya habrás oído eso de que REC4 recuerda un poco a alguna de las entregas de Alien… ¿estás de acuerdo? Sí, supongo que sí. Creo que recuerda a muchas más cosas, en cierto modo es hija de todas las pelis maravillosas que amamos y con las que crecimos.
¿Veremos algún día una comedia -o un western- dirigid@ por Jaume Balagueró? Nunca se sabe. Durante un tiempo me estuvo rondando en la cabeza un western, una idea basada en una novela que leí. No sé… quizás algún día. También me encantaría dirigir un musical. A veces fantaseo con ello. Texto de Alfonso Rivera.

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