Irati Bilbao. La voz del jazz en Euskal Herria.

Tras cuatro años de espera la cantante de jazz duranguesa Irati Bilbao presenta ‘Bloom’, un segundo trabajo que refleja una evolución frente a su antecesor, ‘Begin’. El 15 de febrero lo defenderá junto a su banda en la sala BBK.
Sigues cultivando un jazz de estilo clásico, no hay fusión ni aspectos excesivamente modernos en cuanto a lo vocal o instrumental, pero , aparte de un toque autoral, introduces un bolero y una versión de ‘Mendian Gora’. ¿Te guías por la intuición a la hora de decidir qué tipo de canciones pueden llegar a encajar en este proyecto?
Yo no diría que no hay aspectos modernos, creo que hay una diferencia importante entre los arreglos de standards que llevo siempre en mi repertorio y mis composiciones, que siempre tienen un corte más contemporáneo, con ritmos más even o grooves más actuales que se separan del swing tradicional, pero creo que esas dos realidades conviven y se mezclan bien en el proyecto. En cuanto a incluir un bolero, la verdad es que últimamente hay un gran auge de cantantes como Silvia Pérez Cruz o Rita Payés que tienen una gran visibilidad en festivales de jazz pero han introducido mucho los boleros o otras formas de canciones tradicionales. En mi caso fue simplemente por que me enamoré de esa canción de Marta Valdés, me gustaba cantarla y quizá por que esas barreras ya las habían roto, no se me hizo difícil incluirlo en un proyecto de jazz. Mendian Gora es diferente, Imanol fue posiblemente el primer cantante que admiré en mi infancia y esta versión ha entrado en el disco desde la nostalgia, la ternura, el cariño y el respeto que le tengo, así que si, creo que todo se puede mezclar y llevar a tu terreno.
Se ha destacado tu uso del scat. ¿Es este aspecto de improvisación lo que hace que el jazz te interese por encima de otros géneros musicales?
El jazz no ha sido la música con la que crecí, así que podría decir que hay muchas otras cosas que me interesan y me gustan, pero es cierto que para mi la libertad que te da el jazz no te lo dan otros géneros. La improvisación vocal, el scat es un recurso exigente y complejo pero que disfruto mucho haciendo, poder ir más allá de la melodía y jugar y comunicarte con el resto de músicos en directo engancha. Creo que es un recurso que tenemos y estudiamos los cantantes de jazz que es refrescante, divertido y propio del estilo y espero no dejarlo nunca de lado, creo que hay que fomentarlo.
De todos modos también formas parte del grupo de folk Sarrabete. ¿Se encuentra entonces tu corazón dividido entre diferentes estilos y formaciones?
Como he dicho antes, mi educación musical no viene solo del jazz, por tanto creo que es muy enriquecedor desarrollarte en otros estilos. Yo no estaba muy familiarizada con el folk, y cuando me surgió la oportunidad de formar parte de Sarrabete me tiré de cabeza. En Sarrabete además escribo muchas de las letras y canto en mi idioma materno, el euskera, y lo disfruto mucho también.
El tema de tu primer disco ‘Hopefully my prince won’t come’ obtuvo un premio por su mensaje feminista, ¿qué otras cuestiones te interesan o te inspiran a la hora de componer tus temas propios?
Soy más activista en la vida que en la composición, inconscientemente la mayoría de mis letras son intimas, introspectivas y hablan de mis sentimientos, de mi vulnerabilidad como artista y como persona. Pero me he propuesto muchas veces inspirarme en el mundo que me rodea, ese mundo que a veces puede ser tan hostil y feo, peligroso e injusto. Hay mil temas de los que se podría escribir y de los que ya se ha escrito por que lamentablemente el ser humano olvida fácil la historia y comete los mismos errores, las mismas injusticias una y otra vez. La música tiene un gran poder sanador y muchas canciones y obras de arte han cambiado el mundo, aun que sea un poquito, así que me queda como asignatura pendiente.
«En los directos defendemos el nuevo disco normalmente en formato cuarteto; piano, contrabajo, batería y voz. Sin embargo el 15 de febrero en la Sala BBK el concierto será un poco más especial, es la presentación del nuevo disco en Bilbao y para esta ocasión vendrán el trombonista Álvaro Zarzuela y el trompetista Xabier Arriola a arroparnos».
Te graduaste en Canto Jazz en Musikene. ¿Qué nos puedes contar sobre la calidad de la formación musical en el País Vasco?
Mi experiencia fue muy positiva, puedo decir que fueron unos de los años más felices de mi vida. Estar rodeada de música y músicos con tus mismos intereses durante cuatro años fue una experiencia inmersiva muy fuerte, muy dura y exigente pero precioso al mismo tiempo. Yo sólo puedo hablar de Musikene, que es donde me formé, y aun que siempre hay muchas cosas que podrían ser mejores creo que es una suerte poder tener un centro superior de música en donosti. La exigencia no excluye el agradecimiento. También sé de gente que no disfruta de este tipo de experiencias estudiantiles, no hay que olvidar que son estudios reglados, como la universidad, y hay que pasar por ciertos aros. Hay que estudiar repertorios variados que a veces no son tus favoritos o los que más se adaptan a tu instrumento… por eso hay gente que prefiere formarse con profesores particulares. En cualquier caso cada uno tiene que encontrar su fórmula, pero formarse siempre es positivo. No hay más que ver la cantera de músicos que hay hoy en día, que no creo que sea casual.
Has comentado que desearías vivir de la música, ¿qué respuesta estáis obteniendo por parte del público? ¿Cómo se está recibiendo tu proyecto fuera del País Vasco?
La respuesta del público que viene a mis conciertos siempre es muy positiva, creo que es un repertorio amable tanto para los más aficionados al jazz como para gente que se acerca a un concierto de jazz con curiosidad pero un poco de respeto. Me sorprendo de la cantidad de discos que se venden y de lo agradable que es la gente, es un lujo y una satisfacción enorme tanto en Euskadi como fuera. Hemos tocado en León, Galicia, Asturias, Andalucía, Madrid o Cataluña y la sensación se repite. El esfuerzo que ponemos los músicos en sacar un disco y llevar un proyecto es enorme. Invertimos una gran cantidad de horas en componer, arreglar, escribir, ensayar, grabar, viajar, llevar redes sociales, hacer promoción trabajos que no se remuneran y que ocupan muchísimo tiempo, tiempo que robamos a nuestro descanso o nuestro ocio por que vivir de esto es complicadísimo. La mayoría de nosotros necesitamos otro trabajo para poder tener unos ingresos fijos y vivir, por eso es tan bonito ver que a la gente le llega lo que haces, eso compensa el sacrificio.
¿Cuáles son tus artistas preferidos de jazz en la actualidad?
Hay muchísima gente que me encanta y me inspira, cantantes como Sara Gazarek, el grupo Säje, Michael Mayo, Veronica Swift, Cyrille Aimée, Jazzmeia Horn… y a nivel nacional me gustan mucho también el saxofonista Ariel Bringuez o el proyecto Move, que me parece maravilloso.
¿Cómo son tus directos? Dado que el disco también se graba con todos los músicos en el estudio, ¿se aproxima mucho el sonido de tus actuaciones al de la grabación? ¿Qué podemos esperar del concierto en Sala BBK el 15 de febrero?
En los directos defendemos el nuevo disco normalmente en formato cuarteto; piano, contrabajo, batería y voz. Como bien dices, el disco se grabó en directo como la mayoría de proyectos de jazz y eso te acerca a la experiencia de directo. Pero el jazz es una música muy viva, llena de improvisación y comunicación entre los músicos y eso hace que cada concierto sea distinto. La energía del lugar, del público y entre nosotros cambia y ahí reside la magia.
Sin embargo el 15 de febrero en la Sala BBK el concierto será un poco más especial, es la presentación del nuevo disco en Bilbao y para esta ocasión vendrán el trombonista Álvaro Zarzuela y el trompetista Xabier Arriola a arroparnos. Los dos participaron en la grabación del disco y me hace mucha ilusión que puedan estar presentes en este concierto. Texto de Roberto González. Fotografía de Pablo Bueno.