Los Miserables. Canta el pueblo su canción.
Texto de Roberto González.
Tras su paso por el Kursaal de San Sebastián llega a Bilbao “Los Miserables”, el legendario musical que cumplió su 25º aniversario en 2010 con una renovada puesta en escena que incluye proyecciones de pinturas del propio Victor Hugo. Daniel Anglés, director residente de la función con gran experiencia en el género, nos cuenta todo lo que debemos saber sobre esta historia de pasión y redención recientemente llevada al cine, en la que podremos revivir la mítica confrontación entre Jean Valjean y el inspector Javert en la Francia revolucionaria del siglo XIX.
¿Qué tiene este musical para tener una fama especial dentro de este género? Si tuvieras que quedarte con un elemento por encima de los demás, ¿crees que tiene más que ver con los temas que trata, con las emociones o con las canciones? Lo que hace que un musical pase a formar parte de la historia del género de una manera tan fuerte es una suma de factores pero creo que la música es determinante. Una partitura brillante, inspirada, que emocione acostumbra a ser clave. Sin duda lo que hace que Los Miserables sea el musical más importante de todos los tiempos es una serie de cosas, porque esta música sola si no contara esta historia o no tuviera estos personajes detrás no tendría la misma fuerza pero si me haces destacar un elemento me quedaría con las canciones.
¿Crees que el contenido y mensaje de la obra está especialmente de actualidad por todo el tema de la crisis y los indignados? Se puede relacionar mucho y no sólo ahora sino que desde que Víctor Hugo escribió la novela de alguna manera siempre se ha podido leer en clave actual. Siempre ha habido una generación nueva que quiere cosas distintas de lo que tenía la generación anterior, siempre ha habido gente que vive situaciones de injusticia social y luego están los conceptos del perdón y de la aplicación de la ley que de alguna manera siempre están presentes. Sin duda en los últimos años ha cobrado más relevancia con el tema de la crisis económica pero hay cosas de fondo, más humanas incluso, aparte de las que tienen que ver con la revolución social, que siempre han estado de plena actualidad: la relación de la madre con la hija, el enamorarse, la culpabilidad…Diría que la culpabilidad y el perdón son los temas principales de la función.
Cuando se habla de que esta misma producción, preparada especialmente para el 25 aniversario, se representa en Madrid, Seúl, Tokio, Toronto y Broadway, ¿hay un sustrato común en todas ellas? Cameron Mackintosh, el productor de Los Miserables, inició una cosa que antes no existía, que es hacer que los espectáculos se realicen exactamente de la misma manera en todo el mundo. Hasta el estreno de Los Miserables cuando una producción tenía éxito en un país alguien compraba los derechos del espectáculo en otro país y lo dirigía a su manera. En cambio con Mackintosh se decide hacerlo igual en todo el mundo: misma escenografía, mismo vestuario, misma iluminación, los directores van a viajar a cada país y tu vás a ver Los Miserables en cualquier parte del mundo y siempre verás el mismo espectáculo. La producción que tenemos ahora es la última de Cameron Mackintosh que es la que se hizo por el 25 aniversario y es exactamente la misma que está ahora en Broadway, en Canadá, en Australia y demás sitios que has mencionado.
Por eso se nos denomina “directores residentes”. Estamos en cada país pero trabajamos a partir de la dirección original que se ha hecho en Inglaterra.
¿Qué opinas de la reciente versión cinematográfica? Obtuvo algunas críticas por el abuso de planos cortos. Personalmente no soy un gran fan de la versión cinematográfica. Para mi se hizo una apuesta por dejar un poco de lado la música y tratar la historia como si fuera una historia cantada, pero sin darle una dimensión a nivel de musicalidad que este espectáculo tiene cuando lo ves en el teatro. Como tú dices, la opción del director es de un realizador poco dado a la épica y más dado a la historia pequeña y al detalle del personaje. Yo creo que a Los Miserables le correspondía una película que se acercara más a los grandes musicales clásicos que a lo que se hizo, pero tiene cosas muy bonitas e interpretaciones brillantes y hay momentos que dan empaque a la parte actoral de los personajes que no habíamos podido ver en teatro porque te las da el primer plano. Es un buen complemento de la producción teatral pero no es la película que yo hubiera hecho.
Para aquel que ya se conoce la historia de memoria ¿qué sorpresas depara esta representación? Tecnológicamente es un paso adelante muy importante con respecto a la versión primera de la que hace ya veintiocho años. Por ejemplo se utilizan unas proyecciones de ilustraciones originales de Víctor Hugo que ayudan a darle una textura y una contextualización que le dan mucha magia. El sonido sin duda también es mejor, más potente. El que vaya a ver la función verá una producción llena de vida, llena de cambios que no para de tener sorpresas a nivel escenográfico. Está hecho para ver a los cantantes y la orquesta en directo y es algo que se produce sólo en el teatro.
¿Fue complicada la búsqueda del elenco? Es muy difícil de encontrar siempre, muy exigente. Por suerte el nivel en nuestro país ha subido muchísimo y cada vez que hacemos audiciones es más fácil encontrar nuevas generaciones de gente muy preparada y además todo el mundo quiere trabajar en Los Miserables. Es muy fácil encontrar a gente que está acostumbrada a hacer protagonistas a la que no le importe hacer papeles cortos o secundarios y eso hace que suba mucho el nivel.
¿Y la puesta en escena? El escenario tiene complejidad escénica, necesitamos espacio sobre todo donde el público no lo ve, entre cajas , por los cambios de vestuario. La gira no permite ir a todas las ciudades y estamos tratando con un esfuerzo técnico muy grande para que el espectáculo sea exactamente igual sin renunciar a nada. El proceso técnico es muy complicado.
No es el primer musical que diriges pero ¿se trata del más complejo? Es el más significativo, el más importante, el más determinante, el que todos debemos hacer en algún momento de nuestras vidas. Cuando estoy tratando con un actor simplemente pienso que tengo que hablar con él para una función, no que estoy haciendo Los Miserables porque si no te paralizarías y no harías nada.
Está en todas partes, aunque alguna gente no lo sabe hasta la película de South Park era una especie de parodia de este musical… Sí. Hay gente que se sabe el espectáculo de memoria y hay gente que ha viajado a Londres y a Nueva York y lo ha visto infinidad de veces.
¿Hay algún personaje por el que sientas especial simpatía? Cuando tomé contacto con la función por primera vez y la vi como público, de adolescente, en el 92 el personaje que más me fascinó fue Fantine por la que siempre le he tenido un especial cariño. Es un personaje corto por el que siempre he sentido una especial debilidad.
¿Y en cuanto a las canciones? Te diría que de canciones lo que más me gustan son momentos cantados y de discusión entre los personajes, más que canciones enteras.
¿El haber sido actor/intérprete le ayuda a la hora de dirigir? Yo entiendo el proceso de dirección como una evolución del proceso actoral. Creo que es bueno que el director tenga información actoral y que haya vivido en primera persona lo que es trabajar en un espectáculo de estas características.
Has sido actor de doblaje, por ejemplo, en la versión catalana de “El Jorobado de Notre Dame” de Disney. ¿Por qué crees que el musical parece tener más aceptación en el teatro que en el cine? Hay gente que no soporta que en las películas Disney se cante. Y con todo, parece que se acepta más el musical en animación que en imagen real. El cine musical en un momento determinado perdió su conexión con el público y quedó relegado al cine de animación, donde parece que es más creíble que un dibujo animado cante, en lugar de una persona que está en un código más realista. La época de los musicales en el cine que eran las películas de más éxito desapareció y luego ha habido fenómenos excepcionales como Chicago en su momento o Mamma Mia! A ver qué pasa ahora con Into The Woods, que está preparando Disney con Meryl Streep…No sé por qué ocurre, porque si que gusta ir a conciertos y ver a gente cantando. Estoy contigo, creo que el género tiene su peculiaridad y tú haces un pacto, aceptas que la gente se comunica cantando y que eso aumenta la intensidad y para mi eso funciona también en el cine. Moulin Rouge! en su momento supo encontrar una conexión muy fuerte con el público y con la gente joven. En cualquier momento puede volver a pasar. En las pelis de Disney también pasa lo mismo, hubo un momento en que hubo un parón en esto, pero ahora “Frozen” vuelve a ser un musical al estilo de los que había en los noventa.
Aparte de Los Miserables, ¿cuáles son tus musicales favoritos? Sunset Boulevard es uno de mis musicales preferidos que siempre me ha gustado mucho. Me gusta mucho ver musicales en teatro, me gusta mucho este formato. Hedwig, por ejemplo, que pude hacer hace diez años como actor me parece una pieza maravillosa. Ahora estoy haciendo una obra que estrenaremos en Barcelona y se llama Bare: A Pop Opera. Me gusta mucho combinar las grandes producciones con estos espectáculos pequeños y distintos.