Airu. Un breve sol de invierno.
El cuarteto bilbaíno airu presenta bajo el sello Oso Polita el EP ‘YO NO SÉ NADA! NADA!!!’. La banda tiende sus ritmos bailables al sol, ese astro tan cálido e indiscreto como sus letras. Grabado en El Tigre Studios de Bilbao y con Jon Arrizabalaga a los mandos de la producción, airu vuelve dispuesto a iluminar los escenarios con su pegadizo indie-rock melancólico.
Como si fuerais un director de escena, decidnos, ¿cómo tenemos que leer el título ‘YO NO SÉ NADA! NADA!!!? El título se debe leer a grito pelado e imitando la voz de Gollum o la de Voldemort. Cada persona que sea libre de elegir a través de la voz de quién la quiere leer. (risas)
Volvéis de un tour por Francia, ¿cómo está recibiendo el público vuestra nueva música? El público francés ha sido muy variopinto. Nos hemos encontrado con personas prestando mucha atención, cosa que nos sorprende porque cuando tocamos más cerca de casa notamos que suele haber más barullo, y con otra gente mostrando mucha motivación. ¡La acogida ha sido maravillosa!
¿Qué sabéis ahora que no sabíais cuando lanzasteis ‘Con lo bueno y con pena’ (2023)? Buff, muchas cosas. Algo que hemos aprendido es a adaptarnos al formato particular de cada sitio donde hemos tocado, desde Stereolux, una sala muy bien gestionada en Nantes, hasta cualquier local pequeñito en el que no llegamos a entrar las cuatro encima del escenario.
‘Anegauta’ remata por todo lo alto el EP, ¿supisteis siempre que era una canción de cierre? En un principio no lo sabíamos. De hecho, es la primera canción que teníamos construida, porque la hemos estado tocando en directo desde hace un tiempo. Escuchando el conjunto de los temas nos dimos cuenta de que un orden que funcionaba muy bien es en el que actualmente se ha publicado el trabajo, con ‘Anegauta’ al final.
¿Preferís tocar al sol o de noche? Empezaríamos nuestro concierto ideal bañadas por los últimos rayos del sol para terminarlo de noche a la luz de la luna. Creemos que el mood de nuestra música encaja bien con ese momento del día. Texto de Janire Goikoetxea. Fotografía de Haizea Ogueta.