Loreena McKennitt. Música para un sueño místico.
La artista canadiense anuncia una extensa gira por España con motivo del 30 aniversario de ‘The Mask and the Mirror’, uno de sus trabajos más celebrados, que cuenta con algunos temas inspirados en sus viajes a España. Durante los próximos meses pasará por espacios tan diferentes como el Kursaal de Donostia o el festival Pirineos Sur.
Te encuentras en la gira del 30 aniversario de ‘The Mask and the Mirror’. Echando la vista atrás, ¿qué significó este álbum en tu carrera? Aunque ya habías experimentado antes en ese ámbito, quizá fue la confirmación de que no sólo te interesaba la música celta o irlandesa sino también la música del mundo. Sí, fue una grabación importante que realmente ayudó a lanzar mi carrera en Europa. En Norteamérica fue mi anterior trabajo, ‘The Visit’ el que impulsó mi carrera. ‘The Mask and the Mirror’ fue un disco que creé después de asistir a una exhibiciónen Venezuela sobre los celtas, en la que aprendí que había una gran colección de tribus que se descubrieron en Europa y en Asia Menor, y que se datan de 500 AC. Y así empecé una investigación que comenzó en el norte de España, donde había una gran influencia celta y luego trabajé con otras influencias, por supuesto, de África del Norte, que también influyeron mucho en este disco. Había muchos temas sobre los que reflexionar, relacionados con la historia, la cultura, la espiritualidad o la religión, que lo convirtieron en un disco muy significativo para mí.
En más de una ocasión has hablado de la influencia de la región gallega y celta de España en este disco en temas como ‘La noche oscura del alma’ adaptado de San Juan de la Cruz o ‘Santiago’, tema instrumental que lleva el nombre de la catedral, ¿puedes ampliar cómo desarrollaste estos temas o por qué te llamaron la atención? Para entender cómo llego a estos temas hay que tener en cuenta el proceso que sigo. A menudo siento que mi música es un documento de mi propio camino de exploración y de aprendizaje, en particular sobre diferentes aspectos de la historia, que de algún modo, en algún momento, conectan con la historia de los celtas. Y estos son los temas que, como mencioné antes, siempre me interesan: historia, religión, espiritualidad, agricultura, arquitectura…
Con el poema ‘La noche oscura de la alma’ sentí que era un reflejo de un momento y un lugar en el que en algunas permutaciones de la fe cristiana existía la perspectiva de que alguien podía tener una relación directa con su Dios, en lugar de tenerla a través de un sacerdote o alguna otra jerarquía. Y esto me pareció muy interesante. Ese poema se escribió de forma un tanto metafórica, que se vestía de una determinada manera, pero en realidad tenía otros significados más profundos.
Sentí que la imaginería de ese poema era muy hermosa y podía interpretarse a diferentes niveles tanto si entendías las conexiones históricas, políticas y religiosas, como si solo lo tomabas como una especie de poema de amor. En cuanto a ‘Santiago’ fue fascinante aprender sobre esta gran ruta de peregrinaje que la gente recorría desde todas las partes de Europa . La gente acudía a Santiago de Compostela y se conocían y se influían unos a otros en cuestiones como la comida o la música y quizás tenían una solidaridad religiosa para realizar esta ruta.
Pero trajeron todas estas influencias culturales que se conocieron y encontraron en el camino y que se llevaron a sus hogares. Así que eran como abejas llevando polen cargado con todas estas influencias. Por supuesto esto ocurrió en una época en el que la gente se movía más lentamente que ahora; no podían desplazarse en avión o comunicarse a través de la tecnología. Así que este es el tipo de cosas que analizo cuando miro la historia e intento encontrar su relevancia en la sociedad contemporánea. Pienso : ¿qué sucedió aquí? ¿Y qué significados tiene en la época actual?
«Miro a gente como Paul Simon o Peter Gabriel, que deliberadamente han acogido géneros musicales de diferentes lugares o han tenido una curiosidad real a la hora de mezclarlos y crear algo único. Es el enfoque de estos artistas el que me gustaría decir que me ha servido de modelo. Es posible que haya otro tipo de artistas, más enfocados en el marco comercial, que tomen ingredientes de otras culturas de una manera muy antinatural. Tal vez en esos casos puede tener sentido hablar de apropiación cultural».
¿En qué consiste la actuación en esta gira? ¿Volverás a tocar todas las canciones del álbum? Al igual que en ‘The Visit’, ¿habrá dos sets , uno con todo el álbum y otro con otros temas ? Sí, creo que el primer set será una colección de canciones de otros títulos y álbumes y el segundo set será ‘The Mask and the Mirror’ de arriba abajo y en orden. También viajaremos con el baterista que tuvimos en el pasado, porque la batería y la parte rítmica son una parte muy importante en este disco, no tanto en ‘The Visit’. En ‘The Mask and the Mirror’ los patrones rítmicos, ya sean los de ‘Santiago’ o los de los temas de influencia marroquí, son muy importantes. Tendremos al violinista Hugh Marsh, a Caroline Lavelle en el chelo, Brian Hughes en las guitarras y el laúd, Robert Brian en la batería y Dudley Phillips en el bajo. Y es posible que tengamos algunos invitados en algunos de los conciertos de España, en particular en los de Madrid, aunque esto no está cerrado todavía.
En los próximos meses alternaréis diferentes salas de conciertos como el Kursaal de San Sebastián o el festival Pirineos Sur, algunas serán recintos cerrados y otras espacios abiertos. ¿Qué ventajas encuentras a estos diferentes recintos? ¿Prefieres los segundos, los espacios abiertos, o no necesariamente? Sí, soy amante de la naturaleza, me encanta estar en exteriores, pero hay ciertas renuncias que hay que realizar cuando actúas en espacios abiertos. Hay compromisos logísticos y operativos y ciertas preocupaciones. Nunca tienes el silencio prístino) que tienes en un local cerrado pero creo que este repertorio con la batería y todo lo demás funcionará bien en espacios abiertos.
También siento que la mentalidad es diferente cuando estamos en espacios hermosos y naturales o en lugares históricos. Hay algo que resuena al público y a nosotros mismos y que es agradable que experimentemos juntos.
Vivimos en una sociedad alejada de la religión, y a menudo se critica a las religiones por buenos motivos, pero, ¿hay aspectos culturales positivos (o incluso éticos) en ellas? Este es un tema muy interesante y atemporal. Cuando comencé a investigar y viajar para ‘The Mask and the Mirror’, uno de los grandes temas fue siempre la religión y la espiritualidad. Y una de las primeras preguntas que tuve que hacerme fue “¿Cuál es la diferencia entre espiritualidad y religión?”. Y la manera en que me lo respondí a mí misma, no sé si esto es correcto o no, es que parece que como especie tenemos una necesidad de estar espiritualmente comprometidos y eso parece ser algo universal. Incluso aquí en Canadá, cuando me relaciono con nuestros pueblos indígenas, sienten una conexión espiritual muy profunda con la tierra y la naturaleza. Cuando aprendí un poco más sobre la historia de España descubrí que hubo un momento en el que la comunidad judía, islámica y cristiana cohabitaron, quizás no de una forma perfecta, pero lo hicieron durante un largo tiempo. Esto te lleva a pensar “¿Cómo sucedió esto? ¿Y por qué sucedió? ¿Qué relevancia tiene eso en nuestros tiempos contemporáneos?”. Creo que tratando de eliminar de nuestra especie un modo muy bárbaro de vida, las religiones fueron intentos de infundirnos a nosotros mismos algunos principios a modo de guía que hicieron nuestras vidas y existencias más armoniosas.
Pero, como con muchas otras estructuras políticas, las religiones han sido dominadas o han ido cambiado, han sido fruto de la ambición o se han distorsionado. Así que su misión original, que muchas veces era noble, se ha diluido o se ha perdido. Temas como el amor, la inclusión, la amabilidad, la compasión o el servir a otras personas, han surgido en muchas estructuras religiosas y creo que todavía tienen mucho valor en nuestros tiempos.
Has estudiado la música y el arte de varios países y te interesan las conexiones entre ellos. ¿Qué opinas del concepto de «apropiación cultural»? ¿Crees que se puede aplicar en algunos casos? Es una pregunta muy interesante y no creo que me la hayan formulado frecuentemente. Pero sí, vuelvo a lo que decía sobre Santiago de Compostela y el peregrinaje.
Una vez que empiezas a exponer a la gente a diferentes culturas, tienes la opción de decidir que sólo vas a vivir en tu estructura cultural en cuanto a la comida, la ropa, la música…o interactúas con ellas. Entonces dices: “oh, aquí están cocinando dumplings y nosotros hacemos pierogis que son muy parecidos a los dumplings, pero se encuentran más en Polonia, Ucrania o Rusia mientras que los dumplings se encuentran más en China y Japón.
Y así que mientras haya personas que se encuentren ya sea en la Ruta de la Seda o en el Camino de Santiago habrá influencias culturales que sucedan de una manera natural. Canadá, donde yo vivo, es un lugar muy multicultural. Este edificio, en el que está mi oficina, tiene una asociación multicultural debajo. Así que vemos gente de Siria, Ucrania, Kenia o Eritrea. Y tienen cenas aquí y me invitan a acudir.
De modo que creo que la misma cosa puede suceder con la música. Miro a gente como Paul Simon o Peter Gabriel, que deliberadamente han acogido géneros musicales de diferentes lugares o han tenido una curiosidad real a la hora de mezclarlos y crear algo único. Es el enfoque de estos artistas el que me gustaría decir que me ha servido de modelo. Es posible que haya otro tipo de artistas, más enfocados en el marco comercial, que no vienen del espíritu de la llamada multiculturalidad, y que estén tomando ingredientes de otras culturas de una manera muy antinatural. Tal vez en esos casos se podría tener un argumento a favor o una preocupación acerca de la llamada apropiación cultural.
Paralelamente a este aniversario, has publicado otro disco reciente, ‘The Road Back Home’, un álbum en directo con más canciones celtas. ¿Estarán presentes las canciones de este otro álbum en alguno de vuestros próximos conciertos? Algunos de ellos son temas raros de tus comienzos en el circuito folk. Sí, sí. Hagámoslo todo a la vez (Risas). Creo que estos temas no estarán en mis próximos conciertos. El grupo de músicos con los que grabé ‘The Road Back Home’ es muy distinto con la excepción de Caroline Lavelle, la chelista, que trabaja en ambas giras.
‘The Road Back Home’ es una grabación casi accidental. Estábamos planeando viajar a Europa el verano pasado, pero teníamos que empezar a decidir los tours al menos un año antes y no sabíamos dónde iba a estar el COVID, así que me dije “bueno, pongámonos el tour en Europa en el verano de 2024”. Así que el verano pasado no estaba haciendo nada en particular, pero hubo festivales cerca de donde vivo en el sur de Ontario, que me habían pedido que asistiera durante varios años y nunca me había sido posible. Así que pensé que ese verano podríamos hacerlo. Llegué a este grupo celta que vive aquí en Stratford y les dije “¿Creéis que que podríamos realizar un set de 60 minutos y tocar en estos cuatro festivales?”. De modo que ensayamos esa música y fuimos a tocar en los festivales, pero antes de ello pensé que probablemente deberíamos grabar estas actuaciones ya que, en el caso de que fueran buenas, podríamos sacarlas como un disco de directos.
Así que teníamos al mismo tiempo la gira que estábamos preparando de ‘The Mask and The Mirror’, también de ‘The Mask and the Mirror Live’, una grabación en directo de aquel disco, y ‘The Road Back Home’…todo al mismo tiempo (risas).
Tengo entendido que algunos de los temas de ‘The Road Back Home’ son muy de los comienzos de tu carrera. Sí. Algunas personas creen que nací en Irlanda, pero nací en Canadá y en una ciudad en la que no había música celta. La primera vez que escuché música celta fue cuando me mudé a Winnipeg y fui parte de un club de poesía que se reunía los domingos por la noche.Y algunos de los miembros eran de Escocia, Irlanda, Alemania o Inglaterra. Intercambiábamos álbumes y nos enseñábamos piezas y las tocábamos junto a los demás. Y fue una manera realmente maravillosa de ser sumergirme en la música celta. Y así, de una manera involuntaria, me enamoré de las canciones celtas. Nunca pensé que tendría una carrera dedicada a ello, pero me encantaba tocarla y escucharla.
«Creé mi propio sello, Quinlan Road, porque me di cuenta de que era ingobernable (Risas). Mi idea del negocio no encajaba con la de ningún mánager, así que tuve que gestionar toda esa parte aunque eso motive que mi producción artística sea menor. Creo que al final fue la decisión correcta».
Has estado dirigiendo tu propio sello discográfico, Quinlan Road, en Stratford, Ontario. Para muchos artistas que se encuentran más en un espacio creativo, el negocio no siempre es la parte más fácil. ¿Ha sido fácil para ti? Bueno, esto fue algo que aprendí muy temprano en mi carrera. Hice mi primera grabación en 1985. Estaba armada con un libro llamado ‘Cómo hacer y vender tus grabaciones’, que por aquel entonces era como mi Biblia. Pero en 1985 no habría podido siquiera nombrar las grandes compañías discográficas de aquel momento. Pero simplemente fui haciendo mis propias grabaciones. Luego iba al mercado de Toronto, donde vendía mis cassettes. Gané suficiente dinero para hacer mi segunda grabación en el 87 y continué buscando. Luego empecé a hacer pequeños conciertos en Ontario y el resto de Canadá.
Y fui construyendo mi carrera durante cinco años hasta que produje mi tercer disco, ‘Parallel Dreams’ en 1989. En ese momento podía financiar mis grabaciones. Me juntaba con un pequeño equipo de gente en ua tour de 30 días en Canadá. Y me di cuenta de que no necesitaba una compañía de discos.
Pero también comencé a viajar a Midem en Cannes. Midem es una conferencia anual de discográficas independientes. Empecé a hacer acuerdos de distribución con pequeños distribuidores. Recuerdo que en España era Arpa Folk que era uno de los distribuidores que me ayudó a comenzar a finales de los 80.
Pero me di cuenta de que había más potencial del que podía gestionar de esa manera así que uní fuerzas con el grupo Warner Music. Firmé con Warner Music Canadá a través de su acuerdo internacional con otros países alrededor del mundo: Warner España, Warner Italia, etc. tomaron mis grabaciones y las distribuyeron. Así que cuando en el 92 fui a Warner Brothers Records en Los Ángeles estaban muy preocupados de que yo no tenía un mánager.
Ya tenía distribución internacional, mi propio sello, podía financiar mis grabaciones, ir de gira, pero necesitaba a alguien que me ayudara en el mercado estadounidense para el tour y el marketing. Y Warner Brothers Records me asignó un montón de , por así decirlo, citas a ciegas con un montón de mánagers. Y ninguno de ellos se acercaba a mi mundo en los término que yo deseaba. Y recuerdo que el último, cuando le expliqué que estaba buscando a alguien para el mercado estadounidense y para el tour, se levantó y me dijo “Si piensas que voy a trabajar para cualquier artista, lo llevas claro”. Y yo le contesté: “Estoy segura de que a los otros artistas les encantaría oír eso”. Y me di cuenta de que probablemente nunca encontraría a un manáger.
Probablemente era ingobernable (Risas) y tenía que aceptar que si iba a continuar con mi carrera, tendría que seguir gestionando todo ese lado del negocio. Ya fuera la producción de música o las giras que son masivas y que, en consecuencia, mi producción creativa sería menor. Era un sacrificio que había que hacer. Creo que al final fue la decisión correcta, porque creo que si dejara mi carrera en manos de otro manáger no creo que entendieran la naturaleza única de mi proyecto.
Probablemente lo hubieran tratado a través de un proceso convencional. Y no es un proyecto convencional. No es algo que vaya a formar parte de un Top 20. Es un género musical muy diferente. Pero lo que realmente me reafirmó fue que muchas de las compañías de discos llaman a mi puerta y me dicen “podemos ver que algo está funcionando, pero no sabemos qué hacer con ello”. Eso es lo que me preocupa. Así que continué llevando yo misma el negocio.
«Siempre que puedas hacerlo, debes devolver a la gente lo que te ha dado».
Participas en diversas iniciativas filantrópicas. ¿Encuentras gratificante ayudar en lo posible a determinadas causas? Sí. Crecí en una pequeña ciudad en la que dar algo a los demás era algo muy común. Tanto si tenías mucho como si tenías poco siempre había una manera de apoyar y servir a otros, y contribuir a la sociedad.
Y ahora más que nunca, recuerdo esos días en los que muchas personas contribuyeron de forma voluntaria a que aumentaran la riqueza y la fuerza de esa pequeña ciudad.
Mi carrera ha sido mucho más exitosa de lo que jamás podría haber imaginado y siento una responsabilidad de contribuir y apoyar a otros tanto como pueda, porque yo misma me he beneficiado de eso en el pasado. Recuerdo muchas ocasiones en las que la gente me ayudó de diferentes maneras y de manera desinteresada. Siempre que puedas hacerlo, debes devolver a la gente lo que te ha dado. Así es como yo lo veo. Texto de Roberto González. Fotografías de Richard Haughton, John Fearnall – Owen Sound