Queralt Lahoz. Desde lo profundo.
2023 fue el año de Queralt Lahoz. Sin pausa pero sin prisa, Queralt ha sabido conquistar a la crítica internacional a golpe de sinceridad y tradición. En su fusión de sonidos latinos, urbanos y flamencos podemos encontrar la huella de leyendas de la música, pero también la historia de las mujeres de su familia que migraron desde Andalucía y le enseñaron lo que es la garra flamenca desde bien pequeña. La gira acústica ‘Todo se puso azul’ acercará la poderosa voz de la catalana al escenario de Victoria Eugenia.
Tu ascenso se ha cocinado a fuego lento. Muchos años de trabajo que han acabado dando sus frutos. ¿Ha llegado ese momento en tu carrera que te haya demostrado a ti misma que ya conseguiste tu sueño? Creo que aún me falta mucho para estar donde quiero estar. Pero éste es un lugar muy bonito, un lugar donde puedo permitirme ser yo y en el que hace mucho tiempo dejé de competir conmigo misma y de cuestionar por qué algunas personas crecen tan rápido y otras a otro tiempo. Entendí que yo no soy una cantante que me subo a un tema y hago una letra, sino que soy compositora, productora, y muchas otras cosas. Que juego con diferentes mundos y tengo otro tipo de inquietudes. Por esto me permito que esto sea así, y estoy muy tranquila sabiendo que hago lo que me piden mi cabeza y mi corazón.
Tienes una proyección internacional que estos últimos años ha crecido muchísimo. Desde SXSW hasta el premio en los Music Moves Europe Awards ¿Cómo reciben tu música en el extranjero? Me encanta tocar fuera. Sin embargo a veces siento que en este país vamos tarde. Nos creemos muy modernos y avanzados pero siempre vamos un paso por detrás de la evolución cultural de otros países del resto de Europa o Estados Unidos. En otros países he sentido que los músicos o la gente que ha venido a verme ha dicho “¡Qué chimba!” Reconocen que con este directo, este concepto y esta diversidad musical puedo al mismo tiempo ser yo. Siento como aquí son los mismos medios de comunicación los que critican las propuestas por debajo de lo que realmente son.
Es muy curioso que sea en España donde menos se comprenda una propuesta con tanta tradición como la tuya. Claro, además ahora se empieza a llevar que la gente haga cosas diferentes y no tenga un solo estilo musical y mezcle muchos conceptos en un disco, justo lo que estoy haciendo yo. Por eso me gusta viajar y que la gente lo valore fuera, y en España coincidir con músicos de otros lugares y que les encante no solo el disco sino el directo, que es donde ocurre la magia en la que se entienden unidas todas las propuestas.
Comienzas ahora una gira en acústico ¿Cómo es este formato y qué músicos te acompañan? Llevo casi diez años tocando con Daniel Felices, un compañero increíble que tuvo una banda llamada D’Callaos, que a mi me marcó muchísimo. Hacían flamenco rock con letras poéticas y era una cosa preciosa y muy transgresora. Decidí que me gustaría que la gente viese esa parte íntima que tengo y donde también mi voz se ve de otra manera, y es él quien me acompaña. Para este directo hemos escogido dieciseis canciones. Tres son versiones muy bonitas e importantes para mi y que quería que tuvieran ese foco en el directo. Es un directo partido en cuatro fases, como también lo es el EP de ‘Alto Cielo’ (2023). Está siendo un trabajo de alquimia muy bonito, desgranar las canciones para sacar ese flujo musical. Muy desnudo y escénicamente muy bonito de ver.
«Cuando alguien me escucha y se da cuenta de algo tan escondido como que la base de una canción es un tango argentino es una fantasía»
De las buenas críticas que recibe tu trabajo, ¿qué es lo que más te ilusiona que se aprecie? Siempre me hace mucha ilusión que se vea la parte actual y también la antigua. Un buen análisis de mi obra siempre me emociona, primero porque le han dedicado cariño y después porque han entendido el mundo del que vengo, algo muy importante para mi. Yo no vengo de un mundo de hace dos días, solamente de raperos o músicos virales con millones de escuchas. Por supuesto vengo de escuchar los artistas que todos hemos escuchado, pero también vengo de músicos que pasaron desapercibidos. Vengo de escuchar a Facundo Cabral, un mundo muy poético y muy profundo. Me gusta valorar al performático pero también al poeta. Cuando alguien me escucha y se da cuenta de algo tan escondido como que la base de una canción es un tango argentino es una fantasía.
En el videoálbum que creaste para ‘Alto Cielo’ hay muchas referencias visuales a la juventud vivida por los millenials. ¿Es esa época algo que te inspira? Ahora mismo acabo de cumplir treinta años, y claro, veo artistas que tienen veinte y los diez años de diferencia se notan. Hemos vivido otro imaginario, otro contexto que para mi es muy bonito. Nosotros nos relacionábamos en el parque, no había otra cosa. Lo que escribíamos era por SMS y contando las palabras. Estoy reconectando con mi adolescencia y con mi infancia, son sitios que había tenido muy olvidados y a los que ahora vuelvo de forma profunda. Me estoy permitiendo viajar ahí para componer. En ‘Pureza’ (2021) no había ni una sola canción de amor, eran más bien reivindicaciones hacia la vida. Lo más parecido fue ‘Tu boca’, que se la dediqué a mi sobrino con un doble sentido para que la gente pudiera hacerla suya. Este disco me ha permitido entrar a ese mundo adolescente en el que se empieza a amar.
Algo curioso es que no has usado tu imagen para los videoclips. Me gusta atreverme a hacer cosas profundamente artísticas. En ese momento sentí que si yo personificaba mi obra, no dejaría que la gente lo sintiera tan suyo como si ve a una actriz. Si pusiera el foco en mí creerías que soy simplemente yo la que vive la historia, pero es que no soy yo sola. También eres tú, o cualquiera que haya vivido esas cuatro etapas. Creí que sería también interesante entenderlo como una crítica indirecta a que tenemos que ser todo el rato ‘360’. Cuando yo pongo mi voz, mi composición, mi idea para el vídeo, la chicha para el guion, ya estoy yo ahí dentro, todo el rato. La idea sigue a esa necesidad de no tener que poner el foco en lo que los demás harían o esperan.
Dijiste en una entrevista que lo importante de la música no es lo buena que sea, sino el momento en el que te llegue. ¿Hay algo que hayas escuchado recientemente que te haya hecho pensar que ha llegado a ti justo a tiempo?
Sí, creo que cuando te engancha algo es porque ha llegado en el momento en el que tiene que llegar. Es verdad que el último disco que he quemado bastante es el de Abhir Hathi, un rapero de Las Palmas de origen indio que ha sacado un disco muy bien hecho y con mucha raíz que viaja directamente a la raíz cultural de sus padres. Hay propuestas que te enganchan por la producción o gente que te directamente te emociona. El otro día por ejemplo descubrí a Julia Sabaté, una chica que vive en Holanda de origen en catalán, y flipé. La vi en directo y me emocionó. Esa chica tiene algo muy especial, una profundidad maravillosa. Creo que esto me llega ahora porque estoy conectando mucho con cosas muy profundas y ella habla del amor de una forma muy hermosa y muy sangrante.
Tu música fusiona el sonido de muchos lugares. Si pudieras elegir un lugar del mundo para estar un tiempo absorbiendo influencias y música a pie de calle, ¿cuál sería?
Yo es que soy muy de Granada. Es mi tierra en mi tierra de paz, mi tierra de soñar, de amor y de raíz familiar. Allí siempre conecto muchísimo. Yo me iría allí a vivir un año entero, a disfrutar el Albaicín, a pasear por sus calles y amarlas y llorarlas. Me parece uno de los lugares más mágicos del mundo. Nueva York también me gustaría. Es un lugar con un ajetreo y una velocidad es abrumadora, pero su cultura musical es increíble. Hay muchísimos músicos latinos viviendo allí que generan unas influencias muy fuertes dentro de una misma ciudad. Y por supuesto Puerto Rico, algún día seguro que pasaré tiempo en estos sitios.
Tienes muchos registros, desde ‘El Tiroteo’ y su interpretación intensa, ‘Con Poco’, mucho más agresiva y ‘Aurora’, más dulce y serena. ¿Con cuál de estas personalidades disfrutas más en el escenario?
La canción que más me gusta en el escenario es ‘El Tiroteo’, sin duda. Tengo muchas ganas de volver al flamenco, en mi base, ahí muero yo. Creo que es lo más bonito del mundo entero. Nunca quise ser cantaora, quizás de niña. Estuve trabajando cantando para bailes y me gustaba mucho pero era un mundo muy crítico, y no crítico constructivo. Quizás fue la gente que me encontré en ese momento, porque cuando he vuelto a hacer cosas siempre he encontrado gente maravillosa y preciosa. Pero me gusta mucho flamenquear de noche con mis amigos o cantar una soleá. ’El Tiroteo’ es una canción que está inspirada en el disco ‘Omega’ (1996) de Enrique Morente. Yo aluciné la primera vez que lo escuché. Ahí sentí que mi vida había cambiado, y mi concepción musical también. Sentí que anteriormente había sido pobre musicalmente. Eso sí que era ser libre componiendo. Por eso me gusta tanto ese momento de tocar ‘El Tiroteo’ en directo. Poder taconear, bailar y sentirme muy fuerte. No descarto nunca volver a hacer cosas así. Texto de Janire Goikoetxea. Fotografía de Inti Gajardo.
Queralt Lahoz actuará el 7 de marzo en el Victoria Eugenia Antzokia de Donostia.