Charlie y la fábrica de chocolate. Un billete dorado para el teatro.
Daniel Diges interpreta al asombroso chocolatero Willy Wonka en esta gira del musical basado en la imperecedera obra de Roald Dahl (por más que algunos se empeñen en censurarla). Tras un exitoso paso por Madrid, en el que Edu Soto fue quien interpretó a Wonka, la función pasará por varios teatros como el Arriaga en Bilbao.
Willy Wonka ha tenido muchas caras, la de Gene Wilder, luego Johnny Depp, próximamente Timothée Chalamet… También lo ha hecho Edu Soto aquí en el teatro… ¿te has abstraído de estas versiones o has intentado tomar partes de algunas de ellas? Yo siempre me baso en la esencia del personaje. Tienes que inspirarte en el espíritu del personaje, en este caso desde la base del libro. De hecho la manera en que los actores interpretaron a Willy Wonka en la primera y en la segunda película prácticamente no tiene nada que ver. Hay que aportar verdad a la manera en la que se comporta el personaje y a las cosas que dice. Yo pensaba un poco en cómo lo haría alguien como Jim Carrey y luego a partir de ahí se trataba de crear desde la esencia del personaje. Yo intento jugar con eso, ver otras películas que no tienen nada que ver pero en las que haya personajes muy estrambóticos…
La película de 1971 tenía algunas canciones muy icónicas como la de ‘The Candy Man’ o ‘Pure Imagination’. ¿Cómo es este musical y qué números destacarías? El musical está más basado en la película original del año 71. El resto de los temas se han creado con la energía de aquellas canciones y ese tipo de sonoridad. Me gustan mucho todos los números. Hay canciones increíbles. Es muy Broadway. Las hay muy divertidas y otras que te llegan al alma. La de ‘Pure Imagination’ no hay noche que no llore cantándola. La última canción en la que tengo un dúo con el niño es realmente bonita también. Las canciones además están muy bien hiladas. No están metidas con calzador. No hay ninguna canción en la que digas “esto por qué está aquí”. Hay otra canción muy divertida que explica cómo me encontré a los Oompa Loompas en la selva. Yo creo que en este musical se ríen casi más los niños que los padres. Es un humor a veces un poquito ácido o negro. A los niños les encanta también pero los padres se ríen con unas cosas y los niños con otras. Vas escuchando las carcajadas fuertes y las finas.
El mismo Willy Wonka tiene una relación muy especial con los niños y es una especie de niño grande. Sí, él realmente mata niños, así que es una relación muy especial (Risas). Sí, la gente le coge mucho cariño. Es un tipo al que le cuesta moverse en la vida social. Se ha encerrado con los Oompa Loompa para no tener que relacionarse con la gente.
Una de las cualidades que hacen especiales los relatos de Roald Dahl son sus toques oscuros que en Estados Unidos últimamente han sido puestos en entredicho. En España parece haber menos problemas en ese sentido, ¿ha habido algo con lo que hayáis tenido cuidado en esta adaptación? No, no tiene nada que pueda ser considerado problemático. Hay un humor muy inteligente. Hay cosas en las que hay que ver la obra varias veces para entender el chiste. Hay un texto y un subtexto impresionantes. No hay ninguna burrada. Todo esto llevado desde un lugar muy divertido y muy sano.
«Hay una canción muy divertida que explica cómo me encontré a los Oompa Loompas en la selva. En esta función se ríen tanto los niños como los padres».
En la película original era bastante siniestra la escena de la barca, pero eso la hacía memorable. Nosotros también tenemos la barca, claro. Ahí tenemos un gag de diálogo que me parece muy divertido, cuando una de las señoras dice: “Mis conocimientos mínimos de geología me dicen que lo que usted afirma no es real”. Y Willy Wonka le responde: “Unos conocimientos máximos le dirían lo contrario”. Cada chiste está totalmente medido. El humor funciona de una forma matemática.
El propio personaje de Willy Wonka es un poco oscuro, termina revelándose como un buen hombre pero al principio no suele ser tan clara su intención. Es lo bonito del personaje, que es impredecible. Puede parecer el ser más luminoso del mundo y luego cambiar. Es de los personajes más bonitos que he hecho y de los más cómicos.
¿Y ha tenido lugar algún tipo de actualización? Por ejemplo, el enfoque de Mike Teavee varió un poco en cada versión cinematográfica. Son parecidos pero son más actuales. Ahora los niños van con móviles y con ipads. Hay un momento en el que yo le cojo el ipad y se lo tiro. También hay un momento con Mike Teavee en el que mostramos canales reales de España.
¿Cómo ha sido el trabajo con el resto del elenco? Los compañeros son maravillosos. Con algunos ya había coincidido y con otros no. Algunos ya interpretaron a sus personajes en la gira de Madrid y los tienen superpillados. Yo intento darles alguna cosa nueva y en esta gira estamos intentando ser más fieles al musical de Broadway que a lo que se vio en Madrid.
¿Llega a haber muchas personas sobre el escenario? Sí, cuando salen todos los Oompa Loompas somos como treinta personas sobre el escenario. Cuando los niños van muriendo (risas), quiero decir, desapareciendo sospechosamente, ya empezamos a ser menos. Cada personaje se lleva un aplauso, todos tienen su momento de protagonismo. Yo siempre estoy en el medio hablando y dirigiendo a los otros, pero todos los personajes tienen su momento para brillar.
La escenografía parece muy colorida, en ese sentido casi más cercana a la versión de Tim Burton. Federico Bellone la adaptó para Italia e hicieron una adaptación mucho más luminosa que la de Broadway. Los Oompa Loompa por ejemplo son más coloridos. Está muy conseguido.
Has trabajado como actor en varias series y paralelamente en teatro musical, ¿echas en falta que en España se hagan más musicales para cine o televisión? Sí, sí se echa de menos. En España todavía no hemos cogido el hábito de hacer cine musical. Me gusta más verlo en directo pero hay películas de este género que funcionan muy bien. Sí se echa un poquito en falta.
¿Cómo animarías al público a que acuda a ver la obra? Sobre todo quiero recalcar que no es un musical solo para niños. Es también para un público adulto. Por mucho colorido que tenga es un musical traído de Broadway, con decorados de Broadway, y no hay día en el que el público no se ponga de pie a la hora de aplaudir. Texto de Roberto González.