Sara Zozaya. En busca de la libertad absoluta.

Sara Zozaya comienza en Bilbao la gira de presentación de su nuevo trabajo, un disco muy ambicioso en el que la artista donostiarra muestra su faceta más personal en su búsqueda de la libertad musical absoluta.

‘Nara’ está compuesto por canciones que ya tenías desde hace tiempo, pero que has tenido que ir postergando por otros proyectos, ¿no? Todo el rato estoy componiendo y es un proceso constante, y este disco es la culminación del trabajo que empezó hace mucho tiempo, pero donde también hay temas que, incluso, nacieron en el proceso de grabación, así que es una mezcla entre canciones muy antiguas y otras compuestas hace poco. Por eso, no es que se haya postergado por otros proyectos, ya que cada una de las cosas que hago tienen su manera de ser, eso es algo que está muy claro. Y en mi proyecto personal, lo que quiero es hacer música de manera muy libre, y sin pensar en el valor comercial que pueda llegar a tener; esa libertad la aprovecho totalmente, y utilizo ese espacio para hacer lo que realmente siento en cada momento.

¿Cómo es el proceso creativo a la hora de componer estas canciones tan personales? Todo empieza con las notas de voz que suelo tener en el móvil, grabadas en esos días de introspección que suelo tener en los que cojo la guitarra o el piano, y empiezo a tocar. A partir de ahí, salen las melodías que, al cabo de un tiempo, recupero para valorar si son algo que puedo aprovechar o no; hay cosas que, directamente, descarto porque no me dicen nada, pero hay otras que ya me evocan una canción, y son con las que empiezo a trabajar… así nacen las canciones, y como ves, es un proceso constante y muy largo en el tiempo.

Entiendo, por tanto, que todas tus canciones, en principio podrían mantenerse perfectamente sólo con guitarra o piano, sin necesidad de más arreglos… Totalmente, y de hecho, eso es algo que me parece importante en mi música: que sean canciones que pueda defender en solitario; me gusta ese formato más crudo, y por eso siempre guardo las primeras demos con piano o guitarra.

¿Y qué influencia ha tenido la producción de Jon Agirrezabalaga en el resultado final? Muchísima, porque esas canciones en crudo que yo le doy a él pueden sonar, pero luego hay infinitas posibilidades hacia dónde llevarlas en cuanto a ritmos, estilos, sonidos… todo eso lo delego en Jon, confío muchísimo en él, porque es una persona que siempre está actualizándose, aprendiendo y escuchando cosas. Así que lo que hago es contarle la idea que tengo, y a partir de ahí, me propone un camino, y empezamos a trabajar juntos.

¿Ha sido complicado elegir los singles de presentación previos al lanzamiento, siendo un disco tan variado? La verdad es que sí que es un proceso difícil, porque había muchas variables, y cada canción tiene su esencia y su sentido. Pero con el primero confié ciegamente en mi mánager, que me dijo que tenía que ser ‘Misty’, porque decía que ahí se me veía a mí, y que representaba a la perfección lo que es para mí la música. Es un tema muy crudo y directo, que compuse en un día; es todo lo contrario a lo que se escucha hoy en día, porque es muy libre y casi no tiene ni estructura.

El segundo fue ‘Caravan’, un pop más clásico… ‘Caravan’ fue un poco como una liberación, porque, aunque siempre he creado desde un punto bastante serio o responsable, ésta la creé con la idea de jugar y divertirme haciéndola, y creo que fue importante para verme también en ese otro sitio más accesible para todo el mundo, al ser, como tú dices, un pop sin muchas complicaciones.

Y el tercer adelanto, ha sido ‘Maitia’, la colaboración con Bengo… Sí, ese es uno de esos audios que, desde el principio, vi que iba a ser importante. Eran unos acordes de teclado que había grabado, y la letra me salió de golpe en un vuelo volviendo de Argentina. Según llegué a casa la escribí, la toqué al piano y se la mandé a Jon. Una vez que la tenía, pensé que una voz masculina podría dar cierta frescura al tema, e inmediatamente me vino el nombre de Aitor a la cabeza, porque nos conocemos y nos seguimos mutuamente desde hace tiempo, y además, me parecía una colaboración un poco inesperada y que podía aportar mucho, y la verdad es que está siendo un lanzamiento increíble.

En la parte lírica, también son textos muy personales, incluso con pasajes muy crudos, como hablábamos antes en ‘Misty’. ¿Ha sido duro desnudarte emocionalmente de esta manera? Normalmente, escribes los textos para ti, y me parece que tiene sentido hacerlo así, más aún cuando, como en el caso de ‘Misty’, recibes mensajes de gente que dice que, incluso, les ha ayudado escuchar esta canción. Creo que, al final, todos vivimos cosas parecidas, aunque sea de maneras diferentes, y creo que es positivo escribir de esa manera tan directa y que cada persona las pueda identificar con su propia historia.

¿Hay una responsabilidad extra cuando creas un trabajo como Sara Zozaya, a diferencia de cuando eras parte de una banda, como en Nerabe? Sí, claro, estoy poniendo mi nombre y mi apellido, y eso se traduce en mi música, que es lo que yo soy al cien por cien. Por eso, sobre todo, hay una responsabilidad conmigo misma de que lo que haga sea coherente con lo que soy, porque siempre está ahí el peligro de hacer algo que no vaya conmigo para agradar a los demás.

Ahora comienzas una gira que te llevará por todo Euskal Herria, Barcelona y Madrid. ¿Sientes que estás recibiendo ya el premio a todo el trabajo realizado previamente? Al final, al haber hecho tantas cosas, parece que todo viene de golpe, pero ¡qué va!… empiezas tocando en bares, vas creando la red de contactos, y el público es el que te va guiando. Texto de Sergio Iglesias. Fotografía de Arriguri.