Conciertos ilustrados, según ALEX ORBE.
Cómic// El ilustrador y dibujante de cómic Alex Orbe (‘Los enciclopedistas’, ‘Sigue a la hormiga’) siente también un gran amor por la música en directo. Así pues, decidió hacer caso a aquellos que le aconsejaban recopilar las ilustraciones que realizaba inspirándose , sobre todo, en conciertos a los que había asistido. El resultado es ‘La banda sonora de mi vida’, un libro autoeditado en el que el artista de Barakaldo no sólo muestra fabulosos dibujos de intérpretes como los Pixies, PJ Harvey, Idles, David Bowie, Neil Young, Amy Winehouse o Niña Coyote eta Chico Tornado, entre otros, sino que además los intercala con una divertida y sentida narración en cómic sobre su relación con la música. El libro ha contado con una edición limitada de 200 ejemplates (de los que apenas quedan unos 30) y no ha sido distribuido en librerías, aunque pueden encontrarse algunos ejemplares en Joker. Puede solicitarse en la página web de Alex Orbe (ver ficha) y cuenta con un aliciente adicional: todo aquel que lo solicite puede pedir un dibujo dedicado de su artista favorito o ,a través de la web, una lámina en color de una banda al completo. ¿Quién da más?
Aunque en el prólogo incluyes un pequeño descargo queda claro que eres un auténtico melómano, ¿crees que el movimiento Getxo Sound fue determinante en que desarrollarás tu afición por la música como se intuye en el libro?Imagino que sí, pero todo el mundo es aficionado a la música ¿No? No hay ningún hecho cultural, ningún arte, al que sea más fácil aficionarse, exige muy poquito (a nivel usuario, claro). El movimiento del Getxo Sound me aficionó a la música en directo por la facilidad de acceso a conciertos de pequeño formato -y creó una comunidad de aficionados-, pero de haber vivido en otra zona hubiesen sido los gaztetxes o cualquier otra vía.
¿Desde el principio pensaste en que este libro fuera una autoedición? ¿No valoraste la idea de publicarlo con alguna editorial? Hice un par de intentos un poco tímidos pero, por un lado, lo veía demasiado alternativo para el catálogo de una editorial de cómic o una especializada en libros de rock y por otro me apetecía probar con la autoedición. Me ha gustado mucho tener el control total. Yo no vengo del fanzine y creo que tenía una espinita clavada al respecto, que he podido subsanar más o menos con este álbum.
¿Has hecho una selección de dibujos para el libro o están casi todos los conciertos que tenías dibujados? Es un acierto añadirle una parte narrativa en forma de cómic, ya que añade tanto contexto como sentido del humor. He metido todos los que había hecho e incluso he preparado algunos nuevos porque la narración me los fue pidiendo de forma natural. Es curioso que he dejado sin dibujar muchísimos conciertos que he disfrutado a tope, pero me estoy resarciendo un poco con las dedicatorias, que empecé haciendo de forma aleatoria y ahora doy a elegir al artista que prefiera cada cuál en las ventas online.
El estilo de dibujo varía un poco según la banda o incluso cuando representas al mismo artista en diferentes épocas como en el caso de David Bowie. Supongo que las sensaciones que evoca la música o el aura de los artistas te lleva a esa experimentación gráfica, ¿es así? No sé si es tanto por el artista -que, en ocasiones sí que me pedían un tratamiento concreto- o por probar cosas, son dibujos hechos por gusto y no tener que cumplir con un estilo predefinido me permitía tomarme estas libertades.
En el cómic bromeas sobre lo difícil que es dibujar un saxofón con respecto a un concierto de PJ Harvey pero lo cierto es que los bajos, las guitarras o hacer caricaturas que guarden cierto parecido tampoco son moco de pavo. Aunque tus aptitudes para la ilustración están más que demostradas, ¿hay algún dibujo que te costara especialmente? No soy caricaturista, me conformo con sacar un aire al retratado/a o que se interprete por contexto, por la actitud, la guitarra que lleva, la ropa… No me costó ninguno especialmente, porque el hecho de hacerlos para mi propia satisfacción me permitía cambiar el objetivo si veía que me estaba complicando demasiado.
A muchos de los grandes artistas que mencionas los has visto en el País Vasco. ¿Hay alguno por el que te desplazarías a miles de kilómetros de casa? Sí, por ver a Pixies la primera vez me hice un viaje relámpago a Madrid de menos de 20 horas. A Bruce Springsteen solo lo he visto una vez, cuando era muy joven, en Zaragoza. Para ver a Neil Young nos fuimos hasta Barcelona. Pero ya no creo que lo haga, tampoco me importa esperar a que se acerquen a mi zona. Y, a ser posible, en sala, no en un festival.
Y en el libro hablas de alguno con el que has repetido, pero ¿hay alguien al/ a la que ineludiblemente vayas a ver siempre que puedes? A Wilco, que no aparecen en el libro, los he visto tres veces y volveré seguro cuando se acerquen a menos de 100 km.
¿Qué festival del País Vasco o alrededores te suele parecer una cita ineludible? Cada vez llevo peor los festivales. El trato, los precios, etc, pero el Azkena todavía me parece soportable. Se nota que la gente antepone la música a la fiesta. Y echo de menos el Serie B que se hacía en Calahorra y que no tenía nada que ver con los macroeventos recaudatorios en que se han convertido estas cosas ahora.
Aparte del Kafe Antzoki, ¿tienes alguna otra sala preferida? La Santana suena muy bien (pero, por favor, 4€ por una Heineken 0,0… no se la daría ni a mi peor enemigo) y en la sala Azkena he visto conciertos chulísimos de pequeño formato.
El libro ha surgido como una especie de reivindicación de los artistas musicales tras la crisis de la pandemia pero si se te acumulasen otras muchas ilustraciones de esta temática, ¿podría llegar a haber una segunda parte? No creo, no sé si da para más el tema y estoy ya aburrido de dibujar guitarras, pero, oye, ¡todo lo que sea absurdo hay que hacerlo inmediatamente! Texto de Roberto González.
‘La banda sonora de mi vida’, escrito y dibujado por Alex Orbe, tiene 80 páginas y cuesta 12,95 euros. Puede adquirirse en alexorbeinktober.bigcartel.com