Joe Crepúsculo. La máquina de baile.
Joe Crepúsculo sigue en una extensa gira que le llevará a principios de agosto hasta el Santander Music donde presenta su último disco ‘Trovador Tecno’ (El Volcán, 22) del que se acaba de publicar una edición deluxe con remixes de artistas invitados como Putochinomaricón, Grande Amore y DJ Bruce Lee.
Somos una generación los nacidos en los 80 que, cuando salíamos de fiesta, muchas veces acabábamos en discotecas y nos rompíamos bailando a ritmo de dance, tecno o bakalao. Con este disco reivindicas una época en tu vida pero también una escena que en tu caso viviste en Barcelona. Yo tuve la suerte de vivir la última oleada de la música máquina y de estar en Barcelona y también en Valenca. En Barcelona viví una escena sobre todo en el último tramo en los años noventa en discotecas como Pont Aeri,Chasis, Scorpia… Con dieciséis años fui a esas discotecas, me gustaba mucho la música máquina y yo creo que lo viví como una manera de reivindicar las diferencias con mis padres que les gustaba mucho el rock sinfónico, Genesis, Dire Straits… Era la manera de martirizarles a través de la música máquina. Yo era un poco rebelde y así empecé a ir a estas discotecas, me gustaba mucho la música allí.
El bakalao estaba en boca de todos pero en poco años giró hacia el undeground, y otros estilos con ritmos más lentos, ambient o House y se alzaron frente a éste. La música máquina ha sido muy denostada todo este tiempo y cuando se hablaba del bakalao y de la ruta del bakalao siempre ha sido de forma peyorativa, no ha sido hasta hace pocos años cuando han empezado a salir libros, y entonces se ha visto de una manera cultural y con valor. Aún así, todavía queda ese punto de mugre pero yo creo que hay cosas, aparte de lo que que socialmente significó, que han marcado mis historia musical.
¿Crees que es una época y un estilo que se ha intentado silenciar? Se pasó a otra cosa y creo que fue un cambio empujado desde arriba. Hacia el año 96 o 97 un amigo que era DJ me dijo que había estado hablando con el director de no se qué discográfica y que le dijo que la música máquina se iba a dejar de llevar y yo le decía “cómo no se va a llevar si es lo más”, y me respondía “no, se va a llevar el house” que era una cosa que empezaba. Luego me acordé después de años. Tenía razón, yo creo que a alguien le interesaba hacer ese cambio, quizá por la velocidad extrema de bpms. Había algo que ellos necesitaban tener más controlado y se cambió desde arriba. No se quiso la máquina y se cambió.
¿En este último disco ‘Trovador Tecno’ demuestras que la lírica también puede moverse a ritmo de dance? Reivindico la lírica en mi proyecto musical. Lo que siempre me gusta es aportar algo, coger ese tipo de música y cantar cosas que nunca se han cantado, darle un giro diferente. La música dance líricamente siempre ha tenido esa cosa de llevarte al baile a través de letras que no decían nada, “dame la mano” o “vamos a bailar”, y en ese sentido yo he querido darle la vuelta a todo esto.
«El estilo no deja de ser un traje, a veces se pone el traje del rock, se pone el traje del tecno, del flamenco o la rumba y hoy mis canciones se han puesto el traje del tecno».
Así nos muestras que una canción pueda hacernos pensar, críticar nuestras rutinas, hacernos reír y sin parar de bailar. Esa era la idea, poder juntarlo todo y hacer un combinado en el que haya ritmo, melodía, profundidad y humor porque todo debe poder hacerte reír y llorar a la vez mientras bailas.
‘Super Crepus II’ era un disco más rockero y en este con Aaron Rux os pusisteis la premisa de encontrar canciones para volvernos a juntar y bailar, celebrar de manera colectiva. Con el cambio de estilo, ¿cambia la forma en la que te enfrentas al texto, tu manera de componer las letras? Creo que no. No sé si fue porque salíamos de la pandemia que Aaron y yo buscamos canciones que nos llevaran de nuevo a la pista de baile. Pero a la hora de escribir canciones siempre te enfocas en escribir estrofas y estribillo. Lo que yo hago es pop, puede tener ritmo de rock o forma de tecno pero no deja de ser canción pop todo el rato. Todo se maneja de una determinada manera en estas canciones pop. El estilo no deja de ser un traje, a veces se pone el traje del rock, se pone el traje del tecno, del flamenco o la rumba y hoy mis canciones se han puesto el traje del tecno.
A la hora de dar forma a las canciones Aaron Rux, que aquí ejerce también de productor, me decía que él era más de ambient house y de canciones más melódicas y tú, en cambio, más macarra maquinero, ¿cómo ha sido el proceso creativo entre los dos? Aaron trabajó en muchas canciones, él hizo las bases y yo hice las letras, y luego él creaba sonidos y repeticiones. Es un disco muy complejo en el que él ha sido una pieza clave. Aaron conoce bien la música electrónica porque la ha bailado también en discoteca, es un estilo que le gustaba ya antes y después cuando vino a España. Entre los dos teníamos un abanico muy amplio de la música electrónica.
¿Cómo están siendo los conciertos en esta gira, se convierte el público en una gran pista de baile? Estamos teniendo una reacción muy potente. La verdad que con este disco la gente está reaccionando muy bien y al final estamos tocando muchas canciones del disco. Estamos haciendo unos conciertos que la mitad son clásicos y la otra mitad es casi este disco entero. Es muy guay salir con un disco en el que todas las canciones son chulas.
¿Tenéis pensado cómo será la puesta en escena y el setlist del concierto en el Santader Music? Cuando sepamos las características del festival, a qué hora tocamos y qué tiempo tenemos veremos qué tocaremos pero te aseguro que va a ser un concierto divertido en el que se podrá bailar muchísimo.
¿Tenemos disco nuevo en camino? ¿Seguirás con el tecno o cambiarán de nuevo las canciones de traje? Ahora vamos a sacar una canción nueva y vamos a seguir tocando mucho. Sí, siempre estoy trabajando y componiendo. No sé qué vendrá o si seguiré dando caña a la máquina. Igual sale chirigota rap, no lo sé. Texto de Sendoa Bilbao. Fotografías de Jessica Towers y Pablo Zamora.
