Muriel Grossmann. De lo espiritual en el jazz.

Con la saxofonista austriaca Muriel Grossmann al frente, el directo de Muriel Grossmann Quartet uno de los platos fuertes del 46º Festival de Jazz de Getxo. Con Radomir Milojkovic a la guitarra, Gina Schwarz al bajo, Uros Stamenkovic a la batería y la colaboración de Llorenç Barceló al Hammond B3, el cuarteto propone un viaje conmovedor y vitalista por los sonidos del jazz espiritual.
Te mudaste a Baleares hace casi dos décadas. ¿Cómo ha afectado la cultura española a tu música? Me mudé a Ibiza en 2003 después de haber vivido en Barcelona durante un año y medio y creo que el lado soleado del planeta se adapta mejor a mi personalidad, o al menos me ayuda a mantener un estado mental positivo durante todo el año. Los ritmos del folclore mediterráneo siempre me han fascinado, se pueden escuchar tanto en la música Knawa como en la música folclórica ibicenca. La música que compongo proviene de varios factores externos que se traducen internamente en la experiencia de vivir aquí. El mar tan cerca, el aire limpio y salado, la exuberante vegetación mediterránea, las culturas multifacéticas representadas en esta pequeña isla por sus habitantes internacionales, el espíritu profundo del movimiento de los años 70 aún arraigado aquí y en mi vida, las posibilidades del lugar en el que vivo desde hace más de diez años (con estudio mi casa, el jardín alrededor, etc.), tener tiempo para la contemplación y, por supuesto, ser madre o dos niños maravillosos que me apoyan, con la posibilidad de jugar a diario durante el largo verano y de ir de gira principalmente en los meses de primavera, otoño e invierno.
El álbum ‘Union’ (2021) surgió de un set en vivo. ¿Qué te llevó a tomar la decisión de grabarlo y publicarlo? Con la pandemia acabando con toda rutina habitual que se vivía antes, pudimos publicar una sesión de grabación que añadimos en una pequeña gira por las islas vecinas, a la que teníamos mucho cariño. ‘Union’ llego a ser un disco prioritario en un tiempo donde no pude grabar una secuencia a ‘Reverence’ (2019) y estoy muy feliz de haber capturado el espíritu en vivo de la banda nuevamente después de mucho tiempo, el disco en vivo anterior fue ‘Awakening’ (2013), una grabación de un concierto en vivo con el gran Christian Lillinger y Robert Landfermann. Capturar una actuación en vivo o grabarla durante el período de una gira permite que el público experimente la energía y las emociones puras y espontáneas de una actuación como si estuviera allí.
Cuando cada músico tiene sus propios proyectos paralelos, ¿cómo es vuestra forma de trabajar como cuarteto? Todos los músicos de mi banda, incluyéndome a mí, tenemos proyectos paralelos, pero elegimos darle prioridad a mi proyecto. Lo que más disfruto es poder profundizar con una formación. La música es un lenguaje muy complejo y rico, y la comprensión profunda y la comunicación más elaborada que se reproducen juntas en la música que escucha el público provienen de tocar en la misma formación durante un largo período de tiempo. Al menos así es como funciona para mí.
«Mi vida gira en torno a la música. Expresarme a través de ese vehículo es lo más cercano a mi corazón y la expresión más completa de mis posibilidades, pero todas mis decisiones y elecciones en la vida diaria siempre se basan en las necesidades del momento, como en la música. La mayor calma y alegría la siento practicando o leyendo y procesando lo que leo. Pero en todas las demás actividades o no actividades trato de acercarme a ese sentimiento».
Hacer música de jazz requiere el uso constante de la improvisación y la experimentación. ¿El entrenamiento diario sobre este mecanismo creativo también te ayuda a ver la vida de otra manera? Mi vida gira en torno a la música. Expresarme a través de ese vehículo es lo más cercano a mi corazón y la expresión más completa de mis posibilidades, pero todas mis decisiones y elecciones en la vida diaria siempre se basan en las necesidades del momento, como en la música. La mayor calma y alegría la siento practicando o leyendo y procesando lo que leo. Pero en todas las demás actividades o no actividades trato de acercarme a ese sentimiento.
Siguiendo la estela de algunos de tus últimos discos en los que te sumergiste en el jazz espiritual, las canciones de ‘Universal Code’ llevan el nombre de sentimientos, estados y conceptos muy concretos relacionados con el proceso del despertar espiritual. ¿Cómo te las arreglas para traducir estos conceptos complejos en piezas? Mis composiciones son una expresión natural de la evolución que estoy experimentando en la vida. Cada uno de ellos se trata de un cierto período de reflexión, ‘Earth Tones’ (2015) se trata de sintonizar con las necesidades de nuestro planeta, ‘Natural Time’ (2016) se trata de comprender la motivación y sacar adelante la propia esencia, ‘Momentum’ (2017) se trata de una decisión consciente en beneficio de los demás, ‘Golden Rule’ (2018) se trata de comprender el aspecto fundamental de la interacción humana, tomar decisiones que promuevan el bienestar de las personas que nos rodean, ‘Reverence’ (2019) se trata de honrar las raíces, ‘Quiet Earth’ (2020) se trata de tomar decisiones momento a momento, ‘Universal Code’ (2022) se trata de trascender las limitaciones biológico y elegir la iluminación. Cada álbum representa una etapa de desarrollo durante un período de tiempo específico. Como músico, uso la música para expresarme por completo y traducir mis experiencias en piezas que capturan la esencia de mi viaje. Este proceso es natural y proviene de una conexión profunda con la mente clara y un deseo de comunicarse de la manera más auténtica y significativa posible.
Muriel Grossmann Quartet tocará el 29 de junio en el Festival Internacional de Jazz de Getxo.
Texto de Janire Goikoetxea. Fotografías de Erich Reismann.