Mambo Jambo Arkestra. Nadie dijo que esto fuera fácil.
Los Mambo Jambo llegan a Bilbao en su formato ampliado para volarnos la cabeza, en un concierto en el que, además, tendremos la oportunidad de disfrutar del adelanto de los nuevos temas que formarán parte del disco que publicarán después de verano. Hablamos con Dani Nel·lo.
Para comenzar, recuérdanos cómo se gesta este proyecto de Mambo Jambo Arkestra. Hace unos años era el décimo aniversario de la banda, y queríamos hacer algo especial, que no fuera el típico disco con invitados. Había varias ideas, pero lo que se nos ocurrió fue ampliar la banda para esa celebración. Lo que hicimos fue añadir doce músicos: una sección de vientos y una segunda guitarra, cogimos un repertorio ideal de los discos que ya teníamos publicados, e hicimos unos arreglos extras para la big band. Lo que suele ocurrir cuando la gente del rock and roll o del rhythm and blues amplía la banda, es que siempre acaban tirando hacia el swing, y nosotros lo que queríamos era amplificar nuestro sonido “jambofónico” para que fuera todavía más brutal, multiplicando su potencia. Hicimos aquel concierto de celebración y, aunque pensábamos que iba a ser una cosa para cinco ó seis bolos, nos empezaron a contratar y acabamos haciendo unos veinte.
Ahora, cuando estábamos planificando qué hacer este año, pensamos que podíamos aprovechar el trabajo que hicimos con este proyecto, así que nos engorilamos y ahora hemos hecho un segundo disco, dando un paso más con la Arkestra. Estamos muy contentos con este trabajo porque además, al tener la experiencia del primer disco, todo ha sido más ágil y fluido.
Por lo tanto, podríamos decir que la Arkestra es un ente vivo, que vais actualizando ¿no? Sí, lo bueno de esta situación es que una formación no molesta a la otra, porque seguimos dando bolos en cuarteto como Mambo Jambo en estado puro, y lo otro es como una celebración a lo grande, y las dos cosas se complementan. Está claro que a una sala pequeña es inviable ir con la Arkestra, pero en el escenario de un gran festival podemos hacer algo de mayores dimensiones y disfrutar muchísimo.
¿Y cuáles son las diferencias principales entre unos conciertos y otros? Son dos amores diferentes pero iguales, porque las composiciones que tocamos son las mismas. Con la big band sí que se reduce el margen de improvisación, pero el salvajismo es el mismo. Por otro lado, la energía es más punk o anárquica en cuarteto, y lo que nos pone a los Mambo es esa carga de energía, pero siempre con precisión, que todo suene ajustado. Con la banda, a veces tocas más relajado porque estás surfeando encima de una ola sónica de doce pavos, y te cansas menos, porque, al repartirse la energía entre más gente, el esfuerzo es menor. Son formatos diferentes, pero con los que disfrutamos lo mismo.
«Seguimos dando bolos en cuarteto como Mambo Jambo en estado puro y lo otro es como una celebración a lo grande. Las dos cosas se complementan».
¿Es casi un suicidio artístico llevar a cabo este tipo de proyectos, en los tiempos que corren? Es una propuesta que tiene su complejidad, pero uno se debe a lo que tiene que hacer, y si nosotros sentimos esta necesidad artística, la llevamos a cabo; ¿…que es más difícil? bueno, ¿quién dijo que esto sería fácil? Ya cuando lo hicimos la primera vez, también pensamos que era algo suicida, pero nos salió bien, así que ¿por qué no seguir con la aventura?
La portada del nuevo disco, ‘Gran ciclón’, que es una ilustración del artista alicantino Adrián Bago, es muy representativa del momento que estamos viviendo como grupo. En medio de un cataclismo de la industria, en un momento en que la música vive una estandarización total, nosotros hacemos un álbum largo de once canciones con una big band… y además, en vinilo. Y lo hacemos así porque, pase lo que pase, vamos a seguir fieles a los valores en los que creemos y a los formatos que nos gustan; en ese sentido, seguimos creyendo que un elepé es un formato muy válido y humano, y donde se puede desarrollar una obra y mostrar diferentes ambientes a través de diferentes composiciones más allá de la cultura actual de “sólo singles” o listas de reproducción.
¿Por eso no renunciáis a tocar cualquier estilo en vuestras composiciones? Es que el sonido jambofónico se trata de eso, no sólo hacemos surf o rock and roll; las influencias son amplias y además, cada uno de los miembros de la banda tiene sus proyectos alternativos totalmente diferentes. Cuando se junta todo eso, lo que sale es Mambo Jambo. Ya sabemos hasta dónde podemos llegar haciendo música instrumental en este país, pero nosotros nos revolcamos en nuestra propia realidad y seguimos con lo que nos sentimos a gusto.
Háblanos de vuestra próxima actuación en el Bilbao Blues Festival. Este verano la idea es seguir en formato de cuarteto hasta que, en septiembre, publiquemos el nuevo disco, y la única excepción será el bolo de Bilbao, que será el primer concierto grande con este repertorio en esta etapa; nos hace mucha ilusión porque somos muy devotos de una ciudad, que vive la calle como pocas, y que tiene un gran criterio musical. Además, es un lujo estar en un cartel tan impresionante, y me parece importante seguir llevando a cabo este tipo de iniciativas, que son más necesarias que nunca. El público no es tonto, y si les das calidad, acuden y hacen que este tipo de proyectos se vean respaldados.
Para terminar, ¿qué crees que tenéis los Mambo, para que nunca se oiga una crítica negativa de vosotros y que, además tengáis un público super fiel? Por un lado, está el recorrido de cuatro músicos que vienen de lugares diferentes, y el amor por lo que hacemos, nos gusta hacer las cosas bien, forzar la máquina en cada uno de los ensayos y exigirnos mucho. Cuando subimos al escenario, tenemos el compromiso de no guardarnos nada, porque cada concierto puede ser el último y por eso nuestros directos son tan potentes. Esto lo percibe la gente; lo bueno que tenemos Mambo Jambo es que nos podemos plantar en cualquier punto del planeta, dar un bolo y quedar como señores, como ha pasado cuando hemos estado por México, Brasil, o por toda Europa… por eso fue tan horrible la pandemia para nosotros, porque nos faltaba sentir esa reacción del público, que al fin y al cabo, es nuestra identidad. Texto de Sergio Iglesias.