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Ariel Rot. Una celebración entre amigos.

arielrotpeque

Para celebrar los 25 años de ‘Hablando solo’, Ariel Rot publica una reedición del disco que hizo después de terminar su aventura con Los Rodríguez, y junta de nuevo a la banda que le acompañó en aquella gira.

Para comenzar, una curiosidad: ¿Sentías algún tipo de presión cuando te planteaste grabar este trabajo, después de todo lo que habíais logrado con Los Rodríguez? Yo no hablaría de presión; sí que sentía que era un desafío, pero muy deseado, una nueva oportunidad para comprobar si estaba preparado para ser autosuficiente; lo tomé con muchas ganas e ilusión y tuve la suerte de coincidir con un grupo muy bueno de jóvenes que se tomaron el proyecto como suyo, con lo cual tenía lo mejor de los dos mundos: la libertad de poder decidir las cosas y elegir el equipo, pero a la vez, sintiéndome muy acompañado en la gira. Fuimos creciendo juntos en una época en que se tocaba mucho en salas pequeñas, y todo era un poco “vieja escuela”, ya que pasábamos horas y horas de furgoneta y no llevábamos una gran producción… compartir tantas charlas y tanta música con los chicos fue como una maravillosa ceremonia, porque en el caso de los músicos, nuestro trabajo determina mucho nuestro entorno social, y al estar cinco años juntos, se creó algo muy bonito entre todos. Así que, después de 20 años en los que prácticamente no nos hemos visto, ha sido algo muy hermoso sentir que todavía queda llama para encender de nuevo el fuego.

¿Los temas que formaban parte de ‘Hablando solo’ eran nuevos o ya los tenías cuando estabas con Los Rodríguez? Como suele pasar en estos cambios de etapa, había un poco de todo, igual que me pasó cuando saqué ‘Debajo del puente’ después de Tequila; había temas que había mantenido congelados durante la época de Los Rodríguez, demos para discos que nunca grabé… en aquella época también monté una banda que se llamó Derrota, junto a mi amigo Guille Martín, y de ahí salieron unos cuantos temas del disco, así que podríamos decir que en ‘Hablando solo’ había canciones que tenían tres meses y otras que tenían seis años.

¿Trataste de reivindicarte como músico, intentando hacer cosas totalmente diferentes a lo que habíais hecho durante los últimos años? En aquel momento, yo ya llevaba 20 años de carrera, por lo que tampoco tenía la necesidad de buscar nuevos rumbos. Todo salió de una manera muy natural, había una base de rock, alguna cosa latina, y ya empezaba a coquetear con el swing, que también está presente en el disco, junto a temas más personales o de autor con sonidos de rock un poco inclasificable. Pero, normalmente, me pongo muy pocas reglas cuando hago un disco, y no fuerzo las cosas, la única vez que lo hice fue con ‘Debajo del puente’, mi primer disco en solitario y en el que sí busqué distanciarme de la fórmula de Tequila, buscando cosas nuevas… yo era joven y también quería ser moderno (risas).

¿Y cómo fue grabar con la banda de Elvis Costello, The Attractions? Pues tengo que decirte que, antes de empezar, había cierto vértigo, porque yo era muy fan de ellos y les respetaba muchísimo, pero no tenía ni idea de cómo iba a funcionar aquello. De hecho, ellos fueron los que marcaron cómo iba a ser la grabación. Con Los Rodríguez estábamos acostumbrados a grabar de una manera muy ansiosa, queríamos grabar rápido y mucho y, sin embargo, ellos lo que más tardaban en grabar era la estructura inicial más básica, con lo que el tema ya sonaba desde el principio y todo iba rodado. Las grabaciones eran mucho más pausadas y las posibilidades para encarar cada canción eran infinitas; además, les gustaba mucho experimentar, y para mí fue un gran aprendizaje, porque descubrí otra manera de hacer la grabación. La relación personal también fue fantástica, son gente con mucho humor y muy culta. En fin, que lo recuerdo como algo muy especial, de un día a otro me había puesto a dirigir a los Attractions tocando mis temas… algo increíble. De todas formas, yo creo que el material estaba a la altura y ellos estaban encantados porque, al final, somos músicos y nos entendemos porque hablamos el mismo lenguaje.

Supongo que también sería importante para ti contar, en esos momentos, con amigos como Fito Paez o Moris… Por supuesto. Fito siempre fue muy generoso conmigo, así que fue maravilloso ese encuentro con él en el disco; y lo de Moris también fue muy emocionante, él ya no vivía en Madrid, pero vino a hacerme una visita y trajo algunos textos, y cuando sacó de su carpeta una canción que él había llamado “Bruma en La Castellana, Madrid 1979”, y la leí, no entendí cómo no la había grabado, porque perfectamente podía haber formado parte de cualquier disco suyo. Así que esa canción fue un regalo increíble, porque es alguien a quien tengo muchísimo cariño, y que fue muy importante para nosotros, sobre todo en la época con Tequila.

Tequila primero, Los Rodríguez después… ¿siempre ha sido importante para ti rodearte de una banda para desarrollar mejor tu trabajo? En los últimos años aprendí un montón de cosas, sobre todo por necesidad, e incluso aprendí a salir solo al escenario, algo que, para mí, casi fue como aprender otro oficio; lo disfruté muchísimo porque iba sólo con tres personas y era una cosa más libre y romántica, decidiendo sobre la marcha qué hacer en cada momento. Sentí como que había completado mi educación. Ahora hace mucho que no salgo con una banda a tocar, y cuando hemos quedado ha sido una sensación de mucha efervescencia, como un reencuentro de amigos de la infancia… era algo que no me esperaba y que iluminó todo lo que está ocurriendo y lo que está por ocurrir.

Por cierto, ¿cómo se gestó este reencuentro? Fue algo muy curioso, yo hacía tiempo que pensaba lo bonito que sería volver a juntarse con los chicos, porque lo pasábamos muy bien juntos. Pero me parecía muy complicado, algo casi utópico, porque cada uno tiene sus proyectos; el primero con el que contacté fue Tito Dávila y le comenté la idea, después hablé con los demás, y el destino fue generoso e hizo que este periodo coincidiera con un momento en que ellos tenían disponibilidad y, sobre todo, muchas ganas. Y eso se ha notado en cada encuentro, porque parece que no ha pasado el tiempo. En esas giras uno se conoce como realmente es, son unos tipos geniales y no es casualidad que ocurriera lo que ocurrió en aquel momento, y es maravilloso lo que se arma cuando estamos juntos. Lo mejor es que han crecido muchísimo como músicos, y si antes era yo el que llevaba todo el peso, ahora me puedo relajar y apoyarme en ellos. Están muy preparados y además, más puestos que yo en lo que es la música actual, y por eso me interesa tanto escuchar su opinión sobre las canciones.

«En los últimos años aprendí un montón de cosas, e incluso aprendí a salir solo al escenario, algo que casi fue como aprender otro oficio».

¿Costó mucho recopilar el material para la reedición del disco? Yo soy un desastre para esas cosas, pero por suerte, mi persona de confianza en Warner, que es David Bonilla, lo tenía todo absolutamente localizado y archivado, me pasó un montón de material sonoro y gráfico, incluso filmaciones domésticas que pasó a formato digital, y de ahí ha salido de todo. Básicamente hay demos, inéditos, actuaciones en directo y una actuación con Derrota el grupo que hice con Guille Martín.

¡Qué buena noticia! Siempre es poco todo el material nuevo que salga de Guille Martín, una de las grandes pérdidas del rock estatal, ¿verdad? ¡Qué bien lo pasaba yo tocando con Guille!… para mí, las grandes pérdidas en esta vida han sido las de Guille, Julián Infante y Daniel Zamora. Todavía no lo encajo, y con el tiempo, cada vez echo más en falta esas amistades tan profundas y fraternales, que sólo las da el convivir “a calzón quitado” con una persona, porque ahí no se puede fingir.

¿Crees que ‘Hablando solo’ ha envejecido bien? Mucho mejor de lo que yo me esperaba. Aparte, lo acabo de recibir en vinilo y he disfrutado mucho escuchándolo… Yo es que no escucho mis discos, así que cuando llegó el disco, me senté a escucharlo detenidamente y realmente, es un disco muy especial porque está grabado con unos musicazos geniales y muy creativos… al final, una grabación de los Attractions es una grabación de los Attractions. Pero creo que, como te decía antes, hay muy buen material, tanto que cuando nos pusimos a preparar la lista del repertorio, me di cuenta de que, por lo menos la mitad de las canciones de ese disco, las he seguido tocando siempre.

Pues te aconsejo que escuches tus discos, porque vas a disfrutar mucho ¿eh? (Risas) Bueno, tiene que pasar tiempo, pero a lo mejor lo hago.

26 años desde el disco y 25 la gira. ¿Crees que, en el aspecto musical, han cambiado mucho las cosas en este tiempo? Muchísimo. Sobre todo, en los últimos 3 ó 4 años, el cambio ya ha sido explosivo, y yo creo que sería absurdo decir si el cambio ha sido para mejor o para peor; lo que está claro es que hay más cosas para elegir y ahora, cada uno puede decidir cómo quiere grabar, porque todavía hay opción de seguir con las fórmulas antiguas. Pero este nuevo mundo que surgió da muchísimas posibilidades y, además, es el lenguaje de las nuevas generaciones, es una realidad de millones de personas y ahora lo importante es encontrar lo que te guste, dentro de esta especie de universo tan hiperpoblado de música para escoger y para hacer.

Yo vengo del rock, esa es mi escuela y mi lenguaje y, evidentemente, hemos vivido tiempos mejores para el rock a nivel creativo… en mi caso, soy contemporáneo, probablemente, a la mejor época de la historia del rock, y entonces era más fácil mantener el pulso a la actualidad, porque no había ese exceso de información que hay ahora. Pero tener la oportunidad de manejar como quieras todo eso también me parece interesante. En mi caso, reconozco que no me resulta fácil conectar con la música actual y sigo escuchando música vieja… ¡porque yo soy viejo! (risas). Pero eso no quiere decir que lo que se hace ahora sea malo, y me encanta que haya gente haciendo cosas diferentes.

Después de esta charla, lo que ha quedado claro por la ilusión que derrochan tus palabras, es que estás loco por empezar con la gira, ¿verdad? Poder juntarte con unos amigos para salir a tocar es algo que hace mucho tiempo que no hago, sobre todo con estos amigos, porque sigo con los conciertos con Kiko (Veneno), pero recuperar esa mística que vivíamos en aquella época es un regalo y espero que lo disfrutemos un montón. Texto de Sergio Iglesias.

 

 

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