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Radiocrimen. Diez años de punk rabioso.

radiocrimen

Radiocrimen celebran sus diez años de existencia con la publicación de ‘Franki’, una original “opera-punk” con ciertos toques autobiográficos, que estarán presentando en directo en Bilbao el próximo 15 de abril (Kafe Antzokia).

Tras presentarnos su trilogía ‘IRA’, los bilbaínos regresan con un disco muy especial, un trabajo conceptual titulado ‘Franki’, que se presenta como un retrato generacional de una época que han querido reivindicar, como nos cuentan los miembros de Radiocrimen, “sobre todo, porque fue la que vivimos”.

La idea surge a partir de influencias como ‘American idiot’, el disco conceptual que, en su momento, hicieron Green Day, pero llevándolo a su terreno: “a la hora de contar algo que parece pretencioso en un mundo como el punk, hay referentes porque, lógicamente, sabemos que hay otras bandas que ya lo han hecho antes, así que lo afrontábamos como un reto”, nos cuentan.

Para ello, lo que han tirado de memoria, contando una historia que conocían muy bien: “lo más fácil era hablar de lo que conocemos: el Bilbao de los 80 con toda la reconversión industrial y la explosión del punk, como alternativa a nuestras vidas abocadas al fracaso”.

La mutación de Jon

El protagonista de estos nuevos temas es un joven llamado Jon que, poco a poco, va mutando hasta convertirse en Franki, que no es otro que el ya inconfundible personaje que acompaña a la banda desde el principio, tal y como explican Txarly y Luis: “Lo que hacemos en las letras es reflejar la historia de Jon, un joven que se va transformando en un punki cañero urbano, haciendo una transición hasta Franki, el personaje de nuestro logo”.

De esta manera, es como se van desarrollando las historias que rodean a Jon-Franki y que se mueven en un abanico temático, conectado con la historia de todos estos años. Todo ello contado de una manera original: “el punk, a veces, está encorsetado en unas temáticas concretas, que aunque siguen apareciendo aquí, lo que buscábamos era crear una especie de novela cantada para hacer este retrato generacional”, destacan.

El disco está compuesto por tres actos en el que se cuentan las vivencias del joven punki, y recomiendan escucharlo entero y en orden: “aunque cada canción por sí misma tiene sentido, lo mejor es escuchar el disco de principio a fin, pero ya sabemos que, hoy en día, pedir a la gente que gaste 35 minutos en ti es la hostia”, aseguran.

Para realizar este trabajo, los miembros de Radiocrimen reconocen que han tenido que hacer “un ejercicio de nostalgia muy bonito” que también han querido trasladar a los videoclips que acompañarán algunos de los temas de ‘Franki’.

En la primera parte, se tocan tanto asuntos sociopolíticos relacionados con la realidad de aquellos años, como sentimientos más íntimos como “lo que se vivía en esas casas de obreros que llegaban a buscarse la vida, y venían de una época muy oscura y que, de pronto, ven aparecer a sus hijos con pelos de colores y botas militares”. Se habla, en definitiva, de ese choque intergeneracional, tan habitual a lo largo de la historia, en una época social muy complicada en medio de una reconversión industrial salvaje.

“El punk, a veces, está encorsetado en unas temáticas concretas, que aunque siguen apareciendo aquí, lo que buscábamos era crear una especie de novela cantada para hacer este retrato generacional”.

El punk como vía de escape

La historia continua con el crecimiento vital de un chaval confundido que ve en la calle, en sus amigos y en el punk su vía de escape ante un futuro poco halagüeño. Para relatar ese crecimiento, la banda ha hecho un esfuerzo por adaptar sus habituales ritmos punk a los sonidos de cada época, tal y como señalan: “queríamos adecuar la música al orden cronológico, esforzándonos en buscar tocar palos que, hasta ahora, no habíamos tocado, desde ritmos ska hasta sonidos de los 90, y acabando con una versión libre de los Pixies”.

Como señalábamos al principio, este disco tiene mucho de reivindicación de una de esas “generaciones perdidas” y así lo han querido transmitir: “Está bien dejar estos documentos porque, al fin y al cabo, es como hacer un ejercicio de costumbrismo, se ha hecho cine, literatura… y en este caso, nos hemos quedado muy a gusto porque es una especie de pequeño testimonio, es verdad que no es absolutamente autobiográfico, pero sí éramos nosotros, porque estuvimos ahí”.

La mirada está puesta en cómo se vivió todo aquello desde el movimiento punk, que tuvo su apogeo en los años 80 y primeros 90, una época de incertidumbre social que dejó sus víctimas, aunque también sus supervivientes, tal y como explica Txarly: “En la reunión por el cierre del gaztetxe estuvimos unas 2.000 personas y parecía que teníamos poder, pero todo se va diluyendo porque muchos se quedan en el camino y otros se salen de este circuito”. “Lo que me reconforta –añade- es que todavía seguimos existiendo muchos de aquella generación, lo que pasa es que nos hemos adaptado a sobrevivir”

Respecto a los cambios vividos desde entonces, ellos creen que siempre van a existir diferencias de clases: “para que se sustenten los de arriba, siempre van a necesitar alguien que esté abajo”, recalcan. Tampoco son muy optimistas en que algún día se pueda vivir una revolución social como la que retratan en ‘Franki’, ya que como explican, “fuimos de los últimos movimientos que nos rebelamos contra lo que había, y es más probable que llegue antes la extinción de la humanidad que una revuelta, porque tienen muy bien montado el sistema y no hay alternativas en las que te puedas reflejar hoy en día; además, han visto que funciona mejor la sumisión velada o blanda, dejándonos las migajas para que no nos rebelemos, y parece que nos basta con tener wifi para que la gente esté tranquila”.

En cuanto a la música, también creen que todo ha cambiado mucho y que, de alguna manera, se ha perdido la rabia: “Nosotros exigíamos a través de nuestras canciones unos cambios porque no nos gustaba lo que había, y en cambio, ahora, aunque hay grupos que se salvan y propuestas musicales aceptables, hay movimientos que se denominan “punk”, pero que no vemos que sean muy sociales, ya que su único objetivo es tener ropa de marca y un Lamborghini … al final, son traperos que dicen que escuchan Eskorbuto”.

‘Franki’ ha sido grabado en los estudios Chromaticity, con Pedro J. Monge a los mandos, asistido por Aitor “Tano”, con quienes han grabado sus últimos trabajos: “Cuando trabajamos con ellos sabemos que todo va a ir bien, además, Pedro es un tipo que escucha mucha música y eso es fundamental para poder sacar el sonido que la banda necesita en el estudio”, destacan.

Con este nuevo trabajo, la banda bilbaína celebra sus diez años de existencia, en una carrera en la que también ha habido bajas y en la actualidad, Luis y Txarly son los únicos miembros originales que se mantienen en la banda, algo que tiene mucho que ver con el respeto que ambos se tienen: “cada uno veníamos de un lugar diferente del punk, y lo que ha hecho que esto funcione ha sido el saber dejarnos llevar por el otro y complementarnos y respetarnos”, concluyen. Texto de Sergio Iglesias. Fotografía de Nadege López.

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